
Laporte sin Yeray Álvarez
Hace unos días, los compañeros de Ecos del Balón se preguntaban qué central de La Liga está siendo más dependiente de su acompañante en defensa. Una de las respuestas fue el ineludible caso de Aymeric Laporte, todavía la esperanza de un central de campanillas que, sin embargo, ya desde el curso pasado arrastra unos niveles de juego y de acierto muy conflictivos. Todavía lejos con balón de las enormes posibilidades y relevancia que proyecta su técnica y visión futbolística, no obstante es a nivel defensivo donde su rendimiento más se ha desplomado, hasta el punto de que esta temporada el Athletic Club ha necesitado de la efusiva aparición de Yeray Álvarez para minimizar los efectos de una retaguardia tan insegura. Si antaño Aymeric era quien debía tutelar los pasos de Etxeita, San José o del reconvertido Eneko Bóveda en la última línea del equipo rojiblanco, ahora ha sido el francés quien ha necesitado sostenerse en el hombro de su pareja. Un Yeray Álvarez de estilo cannavaresco que además de mandar sobre su sector, tajante por arriba y preciso al corte por abajo, gracias a lo decantado de sus victorias y lo visual de su estilo, afectaba sobre el conjunto insuflándole desde atrás el ritmo que lo caracteriza y el aplomo con el que se conoce.
Por eso sin Yeray, ahora Aymeric Laporte no solamente extrañará el cayado que por momentos sostenía sus temblorosos pasos y espantaba las infelices consecuencias de sus tropiezos, sino que la situación, si no media sorpresa, reclamará nuevamente de él una posición de mando. Colectivamente, el Athletic va a precisar de un Laporte fuerte, seguro y nuevamente veraz al lado de quien sea su acompañante. Bien por ser éste un hombre menos familiarizado con la demarcación y con los secretos que esconde, o simplemente por albergar un talento inferior al que pese a su actual nivel anida en el fútbol de Laporte. Y es que la primera prueba que 2017 le depara a la menoscabada zaga vasca, consiste ni más ni menos que en enfrentarse al ataque del Barça de Messi, Neymar y Luis Suárez. El argentino y el uruguayo, por proximidad, serán las dos amenazas más claras que acechen la zona de Laporte. Un binomio terriblemente exigente tanto física como mentalmente, y que rara es la vez que se deja un descuido ajeno sin cobrar. Ante ellos, Aymeric ya ha protagonizado antes actuaciones de verdadero mérito, pero aquel fue un Aymeric distinto al que es ahora. Para esta noche y de cara a los siguientes meses de competición, el Athletic necesita que vuelva a parecérsele.
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– Foto: Franck Fife/AFP/Getty Images