
El punto ciego de Unzué
Durante mucho tiempo, se consideró que la única forma que tenía el Barça para no sufrir en las acciones a balón parado era que no las hubiera. Unas veces por incapacidad y otras casi por exigencia del guión al plagar el once de futbolistas de modesta estatura, a lo largo de varios años el conjunto azulgrana fue más vulnerable en estos lances del juego que en cualquier otro. La última década, en la que la estrategia culé ha contemplado a centrales de 1,74 y mediocentros sin un especial poderío aéreo, ha obligado especialmente a los inquilinos del banquillo barcelonista a buscar soluciones imaginativas a la realidad física de sus plantillas. En cuanto a su efectividad, la de Luis Enrique y su cuerpo técnico no tiene parangón entre sus más inmediatos predecesores, hasta el punto de que durante el ciclo del asturiano lo que antaño fue debilidad se ha convertido en fortaleza. La final de Berlín, con el Barça concediendo el saque de esquina como escenario controlado ante las embestidas en juego de la Juventus, seguramente sea la postal más emblemática de tan espectacular crecimiento.
El truco de Luis Enrique y de Unzué, su hombre fuerte en la estrategia, ha consistido en potenciar a las pocas piezas con verdadera autoridad por arriba de las que disponen, mediante una defensa combinada en la que las marcas al hombre acompañan la presencia de dos futbolistas liberados cuyo comportamiento es zonal. Luis Suárez al primer palo y Gerard Piqué en el límite del área pequeña son la llave maestra, el uruguayo como primer bastión que obliga a elevar el centro, y el catalán como encargado de atacar el balón sin más referencia que el esférico. A todo cuanto debe atender el mejor cabecead0r del equipo es al cuero. De esta forma vistió el Barça una defensa de la estrategia que le ha valido convertirse en uno de los equipos más eficaces en la materia. Cuarto equipo de La Liga al que menor porcentaje de veces el rival le remata un córner en contra, de esta guisa se plantaron los culés en 2017 sin haber recibido un sólo tanto de saque de esquina durante la primera vuelta del campeonato. Arrancado el nuevo año, sin embargo, primero el Betis y recientemente el Deportivo de la Coruña, han logrado dañar al antaño impenetrable sistema de contención azulgrana, y ambos lo han hecho evidenciando un ajustado estudio de las bazas de la receta del Barça. Los de Víctor Sánchez del Amo, tirando del hilo que antes insinuó Zidane, optaron por actuar sobre Gerard Piqué, argumento principal del plan barcelonista, situando sobre él a Alin Tosca como si se tratara de algo parecido a una marca al hombre encargada de ensuciarle el recorrido al catalán cuando éste saliese en busca del balón aéreo.
Pepe Mel, en cambio, planteó una idea distinta. Parte de la fórmula del éxito del Barça se basa en el hecho de que, para superar tanto la primera barrera de Luis Suárez como la zona de dominio de Piqué, el lanzador del córner normalmente necesita imprimirle una curva a su centro que le resta veneno. El balón tiene que elevarse más y por lo tanto es más fácilmente defendible tanto por parte del conjunto de marcadores que habitan en el área barcelonista como por parte del guardameta. La carta que jugó el nuevo entrenador del Dépor para recobrar la ventaja, así pues, fue propiciar que la batalla por alto se librara contra el culé que menos argumentos físico tenía para ello y en la zona donde más desprotegido iba a estar. De este modo, usando a su favor el condicionante de tener que bombear más el saque, y aunándolo con el hecho de que el Barça no dispone a una tercera vigilancia zonal en el segundo palo, sino que el defensor de este espacio depende de los movimientos que realicen los rematadores, generó el aclarado y llevó hacia esa zona al futbolista emparejado con Jordi Alba. Bergantiños se impuso al catalán y dio la victoria a los coruñeses, al tiempo que señaló el punto ciego al que la pizarra de Unzué deberá atender con tal de lo que hasta ahora ha resultado una fortaleza, no se convierta en una posible puerta abierta.
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– Foto: Pau Barrena/AFP/Getty Images
Riera 16 marzo, 2017
A propósito de Unzué y de los rumores que le vinculan al banquillo del Barça, ¿alguien tiene constancia del sistema táctico que utilizó en Numancia?