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Un Barça sin Messi, Iniesta ni Piqué

TOPSHOT - Barcelona's Uruguayan forward Luis alberto Suarez celebrates after scoring during the Spanish league football match Granada FC vs FC Barcelona at Nuevo Los Carmenes stadium in Granada on April 2, 2017. / AFP PHOTO / JORGE GUERRERO (Photo credit should read JORGE GUERRERO/AFP/Getty Images)

Un Barça sin Messi, Iniesta ni Piqué

Fue distinto. Para el Barça, afrontar un partido de relevancia competitiva sin Leo Messi siempre supone la aparición de un enorme ramillete de nuevas preguntas. El argentino es su argumento y su motivo principal, el futbolista a quien busca, mira y necesita. El hombre, pareció descubrir ayer Luis Enrique, por quien de un tiempo a esta parte había adoptado como dibujo base el 1-3-4-3. El objetivo siempre es dar con Leo, ya sea en la mediapunta como en los primeros compases del técnico asturiano en el banquillo barcelonista, el falso nueve o el extremo, y el 1-4-3-3 no lo estaba logrando. Sin creatividad en la banda derecha con la que aproximarse al 10, y unos acuciantes problemas en la salida de balón que por momentos levantaban un muro entre la MSN y el resto, el cambio de esquema, con más éxito al principio y menos al final, siempre tuvo a Messi en sus pensamientos. De este modo, sin él, el Barça regresó al 1-4-3-3.

Si el objetivo cuando Leo está sobre el campo es hacerle llegar a él la pelota y una nueva organización podía contribuir a ello, ausente el argentino las miradas hay que volcarlas sobre Neymar, un futbolista al que, por momento de forma y configuración del carril zurdo azulgrana, el Barça no tiene las mismas dificultades para encontrar. Antes del golpe de timón de Luis Enrique, de hecho, él fue la llave para acercar el juego a la delantera. Así pues, a diferencia de lo ocurrido a finales de septiembre cuando la baja de Leo no supuso una reconfiguración alrededor de otra de las piezas del once, ayer en Granada, bien porque el momento de juego de Neymar invita, bien porque del anterior sistema queda poco que mantener, Luis Enrique sí dio la impresión de querer llevar al equipo hacia focos alternativos. En este sentido, una de las decisiones más llamativas del inicio de partido en Los Cármenes, fueron, junto al regreso del 1-4-3-3, las posiciones que asumieron tanto Rafinha como André Gomes.

El primero venía entrando en el once como hombre de banda derecha, y el segundo había sumado la práctica totalidad de sus minutos como culé en la línea de medios, pero para la ocasión intercambiaron sus zonas del campo. El brasileño se situaría de partida a la vera de Neymar, y el portugués en la teórica posición de extremo derecho, una elección probablemente encaminada a desplazar el foco hacia el carril izquierdo llevando cerca del nuevo futbolista referencia al interior más capaz de pararse con el balón, al tiempo que reconfigurar el costado derecho con un futbolista de gran poderío al espacio capaz de golpear en un lado débil limpio por el efecto de la orilla contraria. André Gomes, como Munir hace un año cuando momentáneamente el Barça ya fue de Neymar, no sería un extremo derecho sobre el que pararse. Como tampoco lo sería Paco Alcácer, relevo del portugués en la posición cuando la lesión de Rafinha mandó a André de vuelta al interior.

El valenciano es un delantero centro a priori menos indicado que otros de su estirpe para adaptarse a una posición de banda, pues ni posee la velocidad ni el regate de otros que han ejercido ese doble rol, pero en un escenario que, primero le despejaba la zona, y segundo requería de él una lectura del desmarque que sí tiene, firmó una actuación más que positiva pese a su poco habitual punto de partida. A ello le ayudó la presencia en punta de Luis Suárez, con quien comparte demarcación favorita pero muy pocas características, y para quien, por lo tanto, parece mejor complemento que reemplazo. El uruguayo y sus particularidades como nueve son claves para el Barça a la hora de dar forma a su juego, y ayer sin Messi prácticamente fue la solución para levantar un sistema de ataque alternativo. En su versión de salvador, la de la selección o el Liverpool, esa que tira de él para convertirlo en héroe, el uruguayo respondió a la llamada con un partido de altura en el que enfrentó una guerra en inferioridad contra hasta seis contrarios, a los que derrotó construyendo batallas de uno contra uno.

Si Luis se hizo grande en ausencia de Leo, en mediocampo se dio un proceso similar con Sergio Busquets y la suplencia de Iniesta, pues el descanso de capitán hizo emerger a un mediocentro no sólo más rotundo en el juego sino también jerárquicamente superior. Y es que sin Leo, Andrés ni Piqué, había muchos galones por repartir entre los integrantes del once. Quizá los que menos reemplazo hallaron fueron los del central, y así se observó por ejemplo en la acción del gol local. Un pase a la espalda de la defensa, que en la teoría debería ser recurrente por lo adelantada que acostumbra a jugar la zaga blaugrana, que sin embargo, en la práctica, con Gerard comandándola suele darse muy poco.

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– Foto: Jorge Guerrero/AFP/Getty Images

Comments:9
  • vi23 3 abril, 2017

    Es una locura pensar en jugar un partido importante con Leo de revulsivo? En la primera parte Suarez desgasta a los defensas y Neymar toma las riendas. Con la gente cansada y el 10 fresco encontrarle será más fácil. Y 35 minutos encontrándole seguido dan para mucho más que 90 sin hallarle

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    • Iniesta10 3 abril, 2017

      Creo que lo que planteas puede tener sentido en algún partido, pero no es viable como plan general.

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    • Morén 3 abril, 2017

      No le vería mucho sentido a tener al mejor jugador del mundo y renunciar a usarlo durante dos terceras partes del partido. Como no lo tendría no seguir intentando hacer que le llegue el balón en las mejores condiciones durante la mayor parte del encuentro. El objetivo desde ser ese. Dar con una fórmula que potencie a Messi, porque eso es lo más letal que tiene el fútbol. Y, evidentemente, no hay nada que haga de eso una tarea imposible. Al Barça le cuesta hacerlo porque como equipo tiene muchos problemas y no encontrar a Messi es una de las cosas que más claramente los muestra (no es que el Barça tenga problemas porque no encuentra a Messi, sino que no encuentra a Messi porque tiene problemas), pero el objetivo es trabajar para dejar de tenerlos, para ser mejor equipo. Si no es como aquello de talar los bosques para que no se quemen los árboles 😀

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      • Rigolo 3 abril, 2017

        “[…] como equipo tiene muchos problemas […]”

        ¿Podrías enumerarlos?

      • Morén 4 abril, 2017

        Pues ahora que con el nuevo dibujo las dificultades para sacar el balón desde atrás parece que se han reducido bastante, yo los centraría en tres ejes: la seguridad de la transición defensiva, la ausencia de pautas de juego en su ataque posicional y las dificultades para progresar por dentro de forma coral.

      • Rigolo 4 abril, 2017

        Merci por la respuesta, :).

  • punterito 3 abril, 2017

    VI23 plantea la posibilidad de jugar sin Messi desde el principio. Todo es posible lo contrario sería aceptar que estos jugadores sin él no dan el nivel del juego de elite.

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  • punterito 3 abril, 2017

    Y eso es muy arriezgado decir.

    Reply
  • punterito 3 abril, 2017

    Pero Messi en la cancha hace sonreir al corazón

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