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El Madrid al que no se llega

(FromL) Real Madrid's defender Dani Carvajal, Real Madrid's Brazilian midfielder Lucas Silva, Real Madrid's Brazilian defender Marcelo, Real Madrid's Portuguese defender Fabio Coentrao and Real Madrid's Portuguese forward Cristiano Ronaldo jog during a training session at Valdebebas training ground in Madrid on May 12, 2015, on the eve of the UEFA Champions League semi-final second leg football match Real Madrid CF vs Juventus. AFP PHOTO/ GERARD JULIEN (Photo credit should read GERARD JULIEN/AFP/Getty Images)

El Madrid al que no se llega

Que los laterales seguramente son las piezas cuyo papel y relevancia más ha evolucionado en el fútbol de las últimas décadas, es algo tan evidente como inesquivable en el análisis de aquellos equipos que los albergan. Sus atribuciones ofensivas, en un fútbol que parece haber desterrado a los extremos naturales en pos de atacantes de banda con presencia rematadora en el área, les ha encomendado a ellos, antiguamente refuerzos de un atacante externo de cargo superior, el protagonismo casi total de los costados a la hora de acechar la portería contraria. Sin ir más lejos, al Barça todavía le duele el adiós del más especial que ha dado a luz el nuevo paradigma, una despedida en forma de traspiés que ha marcado el devenir colectivo del conjunto de Luis Enrique de un modo hasta no hace tanto impensable para una posición que tenía una significación mucho más modesta. Tampoco resultaría demasiado novedoso referirse al nivel, calidad y posibilidades atacantes de la pareja que conforman Carvajal y Marcelo en el once tipo del Real Madrid. Uno pasa por representar, de otra forma y en otra dimensión, la especialidad que Dani Alves tuvo en la derecha trasladada a la orilla izquierda, y el otro probablemente se muestre como el estilete que más pincha en un puesto con escasez de grandes herederos a nivel global. Lo que probablemente sí sea un aspecto más nuevo tanto en el acercamiento al rol que ambos desempeñan en el actual Real Madrid como en el impacto que puede reservarles el último clásico de la temporada, es la redimensionada trascendencia que los dos han adquirido en la suerte ofensiva del conjunto de Zinedine Zidane.

En el engranaje del francés, Marcelo y Carvajal representan dos claves ofensivas capaces, mismamente, de condicionar como ninguna el desarrollo de un cruce de Champions entre su equipo y el Bayern Múnich. Hoy, ante un Barça mal herido, serán dos nombres especialmente señalados en la libreta de Luis Enrique. Ya anteriormente el asturiano los ha tenido en cuenta a los dos, en noches de sonrisas culés como la del 0-4 con Sergi Roberto cumpliendo como falso extremo derecho encargado de la persecución a Marcelo; de llantos como en aquella primera visita del proyecto de Luis Enrique al Bernabéu, entonces con Luis Suárez muy pendiente de la banda como medida de contención ante el lateral brasileño; o más recientemente en las tablas que esta temporada se firmaron en el Camp Nou, con un cambio que dio con Neymar en el banquillo en pos de unas piernas frescas capaces de aguantarle el ritmo a las de Carvajal con el Madrid volcado en busca del empate. Y es que el Barça de Luis Enrique vive paréntesis cuando se enfrenta a los blancos por una doble razón. En primer lugar, a causa de que su propuesta habitual abonada al intercambio de golpes enfrenta en su rival los puños que más fuerte pueden golpearle, y en segundo porque su desapego al control en el día a día, su tendencia a la transición y el debilitamiento de su centro del campo permiten a los rivales la posibilidad de arrebatarle el balón por tramos. El Madrid, en el Santiago Bernabéu, en determinadas fases del partido, podrá tenerlo, y está por ver qué puede hacer ante eso un conjunto concebido para que su terrible delantera funcione como intimidación y verdugo del atrevimientos, sobre todo ahora que la seguridad que exhibió el repliegue culé a inicios de año parece ya tan lejana.

En especial Marcelo, apostado en el sector que con Sergio Ramos en salida, Kroos en la dirección, Ronaldo en la finalización e Isco como sorpresa, más pesa actualmente con el cuero, puede ser un cabo suelto sobre el que ajustar a poco que los merengues se alimenten de la pelota. Aun con todo no está claro que lo hagan. El de Zidane es un conjunto construido desde la tranquilidad, tanto emocional como táctica, y que para la cita verá reforzado este rasgo distintivo por la ventaja con la que llega a la aparentemente batalla decisiva. Parece difícil que tenga la prisa, la agresividad en la recuperación y la necesidad de balón de antiguos enfrentamientos. Si así sucede y los blancos apuestan por un plan que priorice la compostura sin el esférico y la salida veloz aprovechando las puertas que pueda abrir su adversario en pos de derribar su muralla, hasta que no intervenga Asensio en el encuentro y a la espera del punto de forma y activación con el que llegue Bale a la confrontación, Carvajal resultará el elemento más profundo y punzante de cuantos reúna el once madridista. Uno que, con Jordi Alba pendiente del extremo, agreda sobre las posiciones de Iniesta y el sustituto de Neymar, valiéndose del cambio de orientación de su equipo, la visión de Modric poniéndole el pase al espacio o su incrementada autosuficiencia cerca del área rival.

 

– Foto: Gerard Julien/AFP/Getty Images

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