
Aleñá hacia portería
Para el Barça B, la temporada 2017-18 ha empezado con prácticamente una quinzena de incorporaciones y, por lo tanto, con la necesidad de construir un equipo nuevo. Si algo distinguió al filial el curso pasado, en comparación con los dos anteriores, fue el abrigo que recibieron los diferentes talentos individuales de la plantilla por parte de una estructura táctica que les diera cobijo. Varias resultaron las piezas relevantes del plan, pero durante buena parte del año una estuvo ligeramente por encima de las demás. Alberto Perea, desde la punta izquierda, significó para el Barça B un punto de apoyo y de desequilibrio. El origen de muchas pautas de juego y el sentido en las aportaciones de varios de los compañeros que lo rodeaban. Ahora a Gerard le toca encontrar un sistema alternativo, tarea en la que ya parece haberse enfrascado a juzgar por los primeros tres partidos en Segunda del filial. A falta de ver con continuidad al Choco Lozano como estilete central y cómo se relaciona esto con un Marc Cardona de juego más escorado, el foco, la cuestión principal, parece girar alrededor de las posiciones desde las que sacar el máximo jugo posible a Iñigo Ruiz de Galarreta, Vitinho y Carles Aleñá.
El viernes, en el estadio del Granada, tal y como ya sucediera el día del estreno ante el Valladolid, el técnico del Barça B optó por alinear a Aleñá en una posición de banda por la derecha, y tanto el resultado como, en parte, también el juego, le sonrieron. Este curso, para el canterano, debe ser el que asista a un paso al frente de su parte que lo erija no solo en uno de los activos más talentosos del equipo sino en uno de sus estandartes. En uno de sus líderes y valores más determinantes. Hasta la fecha, de hecho, Gerard más que buscar relacionarlo con otros aspectos del juego y de su crecimiento ha preferido vincularlo con la parte más concluyente de su fútbol. La del slalom, la salida en dirección al arco, el golpeo y la frontal como punto de destino. Un Aleñá conductor y ligado a los últimos metros en el que, en consecuencia, se ha priorizado el carril derecho como zona desde la que partir. Desde donde orientarse al centro, encontrar despejada la autopista y recorrerla con su pierna izquierda más alineada con la portería que con la línea de banda. Si con Valverde, en pretemporada, Carles sumó la mayoría de sus minutos en el interior zurdo, con Gerard, por el momento, no ha salido del perfil derecho.
La novedad en este arranque liguero es que en dos de las tres citas del filial lo ha hecho como delantero y no como centrocampista. A parte de los motivos individuales, relacionados con la determinación que atesora la bota izquierda del catalán y que hasta rediseñarse como colectivo el Barça B puede agradecer especialmente en los metros finales, es posible que haya dos razones que tengan que ver con sus compañeros que, en parte, también lo expliquen. En primer lugar, en el reparto de las dos plazas de interior que se adivinan con Galarreta y Vitinho, el brasileño es el otro integrante del trío que a priori es posible imaginar actuando por delante del mediocampo. Esconde balón, tiene quiebro, verticalidad, cambio de ritmo y la mirada puesta en la creación directa de ocasiones de gol, pero por lo observado en el Mini ante el Tenerife, su adaptación al costado va a requerir tiempo. La banda, en la forma de jugar del Barça, tiene un componente de espera y de control de los tiempos para acudir al centro que contra los insulares el brasileño estuvo lejos de interpretar y que le dibujaron un encuentro especialmente incómodo.
La segunda explicación pertenece a Galarreta, quien sí es un centrocampista con todas las letras y además uno de perfil organizativo. Siendo diestro, a diferencia de lo que ocurría hace unos meses en la medular azulgrana con Gumbau, que Aleñá se sitúe en el interior derecho lo desplaza a él también a jugar a pierna cambiada. Formar con los dos interiores en perfiles antinaturales es una fórmula ya de por sí exigente a nivel táctico que en un estilo como el culé redobla la dificultad. Mientras el Barça B va poniendo piedra sobre piedra de lo que será su nuevo camino, el conjunto de Gerard parece agradecer en este inicio que al menos uno de los dos ocupe su lado natural. Así sucedió el viernes en Granada, donde pese a un empate de esos con los que un filial debe convivir debido a la bisoñez de alguno de sus integrantes, el reparto de posiciones en la zona ancha estuvo acompañado de una notable mejoría por parte de sus integrantes. Galarreta recuperó su influencia sobre la dirección y Aleñá pudo golpear corriendo hacia adelante sin abandonar la mitad derecha del campo. La temporada dará para mucho, pero puede ser que Gerard haya encontrado el primer punto de apoyo.
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– Fotos: http://www.lpf.es
Iniesta10 4 septiembre, 2017
Veo a Carles en el primer equipo del Barça, si le respetan las lesiones y sigue evolucionando, creo que este llegará.
Pienso lo mismo de otros, como Marc Cucurella. No le veo tanto talento a Palencia, pero puede tener hueco si Aleix Vidal no convence a Valverde,
No conocía a Galarreta, pero un jugador de sus características nos vendría muy bien ahora mismo. Pero tiempo al tiempo
Vitinho creo que está todavía aterrizando, creo que para valorarlo hace falta más tiempo
El que me ha sorprendido bastante, porque no lo conocía, es Abel Ruíz. Con 17 años, primera titularidad en 2ªA y resuelve el partido. Le vi mucho desparpajo a la hora de definir
Es pronto para todos ellos, y está claro que Aleñà quizás ya podría entrar en el primer equipo. Este Barça de Gerard pinta bien
Javier 4 septiembre, 2017
Pero esta posicion de extremo podria perjudicarle de cara a su formacion, este rol no es el que mas necessita para seguir puliendose como futuro jugador del primer equipo.
Morén 5 septiembre, 2017
Depende de qué tipo de jugador se quiera hacer de él, ¿no te parece? Es cierto que, a mi opinión, el interior izquierdo y el extremo derecho representan para Carles dos caminos casi opuestos, dos destinos muy alejados, pero según en qué se quiera convertirlo tendrá que caminar por un lado u otro.
J. 5 septiembre, 2017
Morén, ¿te sabría mal profundizar un poco más en la siguiente afirmación? Se trata de un tema interesante del que me gustaría aprender.
“Formar con los dos interiores en perfiles antinaturales es una fórmula ya de por sí exigente a nivel táctico que en un estilo como el culé redobla la dificultad.”
Javi__j 5 septiembre, 2017
“Depende de qué tipo de jugador se quiera hacer de él, ¿no te parece? Es cierto que, a mi opinión, el interior izquierdo y el extremo derecho representan para Carles dos caminos casi opuestos, dos destinos muy alejados, pero según en qué se quiera convertirlo tendrá que caminar por un lado u otro.”
¿Y qué camino os parece más interesante?
Yo creo que el interior izquierdo, tanto para Carles como para el Barça, pensando en el medio plazo. Por eso me gustó que Valverde lo utilizase ahí en pretemporada.
Morén 6 septiembre, 2017
@J
Evidentemente hay excepciones -Iniesta es una muy clara- pero el interior a pierna cambiada tiene unos condicionantes que, multiplicados por dos, se me hacen muy determinantes en un juego como el del Barça basado en el balón y en la fluidez para moverlo. Son sobre todo, entiendo, cuestiones vinculadas a la orientación. Por ejemplo en salida de balón, recibiendo el balón de los centrales, provoca que la recepción más natural del futbolista sea la más cerrada, cuando no directamente de espaldas.
Imagina a un jugador diestro en el interior derecho teniendo que controlar el pase de un defensa. Su control más seguro, el más habitual, será con el interior de su pie bueno. Si es el derecho, lo podrá acomodar con el cuerpo dando la espalda a la línea de banda derecha, es decir, encarado a la “parte grande” de campo que le queda. De ser zurdo, el interior del pie izquierdo se encara con un pase que llegue desde abajo cuando el jugador mira hacia la parte pequeña de campo, hacia la línea de cal de la banda derecha. Controlado el balón así, el terreno de juego habilitado es mucho menor, y exige giros, más tiempo invertido o gestos técnicos más complejos para orientarse hacia el otro lado.
Igualmente, superado ya ese primer estado, con el juego situado en una altura más adelantada, los controles con el interior del pie natural vuelven a orientarse a la zona menos favorecedora. Un interior derecho diestro lo orientará hacia fuera, hacia la zona donde menos piernas hay para quitárselo, mientras que uno zurdo lo moverá más cerca del centro, donde el rival acumula más gente.
Por último, dado que la salida natural del jugador será hacia su pie bueno, es una situación que tiende a verticalizar su juego ya que lo lanza sobre la vertical de la portería (de ahí que en el caso de los extremos se le haya sacado tanto jugo o que con un interior “conductor” como Aleñá tenga su lógica).
@Javi__J
Sobre esta cuestión seguramente publicaré un artículo más pronto que tarde, pero como avanzadilla comentar que, al menos, me parecería una mezcla interesante para la formación de Aleñá. Ya veremos si será una cosa u otra, pero que conozca ese otro vertiente y el nuevo punto de vista que puede darle a su fútbol, creo que resultaría positivo.
J. 7 septiembre, 2017
@ Morén
Muy interesante tu punto de vista. Veo que entendemos el fútbol de la misma manera, solo que yo soy más partidario de la cadena de pases central-interior (de espaldas)-medio centro-extremo-interior (orientado hacia la otra parte del campo, a pie cambiado). No sé si me explico bien.