
Palencia y los nueves del Barça B
Como le ocurre al del primer equipo, el nueve del Barça B tiene problemas. De ellos, y de cómo están impidiendo a Gerard afianzar a uno de sus hombres en la posición, hablaban recientemente los compañeros de Rondo Blaugrana. De los mismos problemas, también, fueron partícipes los asistentes al Miniestadi el pasado sábado, durante el partido que enfrentó al filial blaugrana con el Huesca de Rubi, nuevo líder de Segunda División. El encuentro, como la mayoría que viene disputando el Barça B durante los primeros meses de competición, transcurrió como una concatenación de fases de juego muy diferenciadas, con tramos de dominio y cierta autoridad culé y otros en que los jóvenes pupilos de Gerard le perdieron la cara al partido. Rescatando lo más positivo del duelo queda un arranque que se prolongó prácticamente durante media hora y que dibujó a un Barça B que, formando con uno de los onces de mayores posibilidades de cuantos puede formar su técnico este curso, llevó la iniciativa y resolvió con suficiencia la mayoría de las dificultades que le planteó el enfrentamiento. En salida de balón, por ejemplo, pese a alguna puntual pérdida peligrosa, el quinteto que conformaron Ortolá, Costas, Jorge Cuenca, Oriol Busquets y Galarreta le permitió a los locales un avance sostenido y regular, habitualmente en ventaja y que esquivaba la necesidad de que piezas más adelantadas tuvieran que retroceder metros para auxiliar en el inicio.
Así pues, Vitinho y Carles Aleñá, el primero desde el interior izquierdo y el segundo desde el extremo derecho, pudieron encargarse de cruzar el segundo puente, el que termina en la espalda del mediocampo rival. El brasileño llevando el balón en vertical y el catalán moviéndose libre desde la banda y buscando el cambio de orientación hacia las subidas de Cucurella, fueron junto a la movilidad de Arnaiz la puerta de entrada a los últimos metros. Es ahí donde el Barça B no logró traducir lo que hasta ese momento había ido edificando. Además de que el rendimiento individual de quienes hasta ahora más veces han ejercido como punta de lanza del equipo no haya acompañado, en las dificultades de cara al gol (desde la jornada cinco el filial sólo ha conseguido marcar más de uno ante Osasuna) subyace una cuestión táctica hasta cierto punto emparentada con el primer equipo, en tanto que tiene que ver con la nueva posición de su máxima estrella. Del mismo modo que con los mayores Messi se ha mudado del teórico extremo al falso nueve, en el B también Carles Aleñá ha cambiado el mediocampo por la delantera, y lo ha hecho a partir de una posición de banda inicial que con el balón en juego sirve de disparadero para que el canterano se mueva por cualquier zona del campo. La medida, muy productiva en otras cuestiones tanto individuales como colectivas, plantea sin embargo la necesidad de equilibrar con el resto de piezas un comportamiento tan libre.
Dependiendo de cómo se mueva Aleñá para pesar en el juego, algo siempre bueno en el arranque de temporada del filial, es probable que el Barça B se encuentre formando o bien con únicamente dos delanteros o sin una referencia más o menos clara en el carril diestro. Entre Jesús Alfaro y Aleñá, a nivel táctico, hay una gran diferencia para el nueve, tanta como la que hay entre servir de referencia para el juego del extremo, o jugar en función de él. Ya sea porque Carles se acerque al mediocampo o porque acuda a la frontal del área, es común en el Barça B que el delantero centro deba lidiar con una importante cantidad de metros desocupados a su derecha. Siendo Marc Cardona un nueve orientado al gol y El Choco Lozano uno tendente al apoyo de espaldas, para no desnaturalizar su juego necesitarán que Gerard halle el complemento en otras piernas. Dado que Galarreta es un interior importante relacionándose con la base y que su reparto de alturas con Aleñá en el carril derecho le está haciendo mucho bien al catalán, la solución puede llegar con el crecimiento de Palencia a lo largo de la temporada. No es Sergi un lateral derecho especialmente determinante en los últimos metros como sí puede serlo Cucurella en la izquierda, pero, probablemente, en la medida en que sea capaz de hacer valer su sector incorporándose al ataque, los nueves del Barça B deberían gozar de un escenario más favorecedor.
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