
El nuevo Ivan Rakitic
Ivan Rakitic es una guía a través del Barça de las últimas temporadas. Uno de los jugadores en quien más, y de forma más clara, se reflejan los cambios y evoluciones a nivel táctico del cuadro culé. Un futbolista condicionado por la idea de conjunto y amoldado a los escenarios cambiantes del equipo, que durante cuatro años ha ido mutando de aspecto para hacerse con un espacio que no llevaba su nombre, a fuerza de ofrecer un encaje justo y preciso a los requerimientos del puesto en cada momento. Le ha proporcionado al Barça tantos Rakitics como haya podido necesitar. Quien fuera mediapunta y estrella del Sevilla campeón de la Europa League, a su llegada al Camp Nou asumió que su sino pasaría por ceder a otros los galones, y por adoptar un rol subordinado a sus portadores. Al lateral derecho cuando la idea fuera que Dani Alves se encargara de todo el carril, en pos de restarle preocupaciones a la espalda; al extremo cuando éste fuera uno tan particular como Messi, y cuyas licencias posicionales para dirigirse al centro y acercarse a la medular demandaran del croata movimientos compensatorios hacia la banda y la delantera; o al mediocentro cuando se tratara de abrigar el centro del campo para multiplicarle destinos al pase y coberturas a la presión. El nuevo Ivan Rakitic explica al Barça de Valverde.
Una de las armas favoritas con las que el 4 azulgrana libra sus batallas es el golpeo de balón. Ese que en el Sánchez-Pizjuán se acercó a las porterías rivales, y en el que Luis Enrique quiso ver la puerta de entrada del croata a las exigentes particularidades del juego en el mediocampo culé. Sin embargo, la construcción del aquel Barça a partir del Messi más centrocampista de cuantos han vestido de blaugrana, terminó dando a Rakitic un papel que, de forma resumida, se representaba en la dirección contraria a la del balón. Cuando el cuero entraba en la zona del interior derecho, Ivan debía abandonarla pues no sería a él a quien buscaría sino a una aparición de Leo llegando desde arriba. Del mismo modo, cuando la pelota avanzara por el carril central y se encaramara a la mediapunta, él debía despedirse y abrirse a banda, ya que la corona que en Sevilla fuera suya ahora era para Leo, y con tal de que el argentino pudiera trasladar su trono desde la banda a la frontal alguien debía darle el relevo en la orilla con la misión de mantener abierto el ataque por ambos costados. Ese alguien volvía a ser Rakitic. El Barça de Valverde, sin embargo, ha tomado dos grandes decisiones a propósito de Messi. Una es que Leo ya no parte de la cal sino que vuelve a fijar su punto de inicio en el centro, y que donde antes habitaba él ahora a veces se ubica un tercer delantero. La otra es que en la medida que sea posible se persigue que sean los demás quien lleven el balón al 10 cerca del área y no al contrario. Que Leo no tenga que ser centrocampista por obligación.
Se trata de dos postulados referentes al astro culé que, en consecuencia, tienen un efecto directo en quien de forma reciente había estado sujeto a él: Ivan ha quedado liberado. El Rakitic de Valverde crece y permanece en el centro del campo. Su espacio ya no está lejos de la pelota, y como resultado sus estadísticas en relación a ella se han visto reforzadas. Nunca antes había dado tantos pases por partido como ahora, y si en la pasada Champions League promedió poco más de 35, en esta su media supera los 68. Su golpeo vuelve a estar en centro del tablero. Además, lo hace desde una altura algo inferior a la de las últimas temporadas, cuando su responsabilidad de vestirse de atacante tan pronto como Messi hiciera de mediocampista lo dibujaba como el interior más tendente a esperar por delante y, por lo tanto, a a recibir el pase de espaldas. Hoy ese interior es el izquierdo, Iniesta, y para Rakitic ha quedado una parcela a la derecha de Sergio Busquets casi a la misma altura que la del mediocentro. El croata, de este modo, forma parte del escalón que da acceso a tres cuartos de campo, del salvoconducto para que Messi y compañía se alimenten a la espalda del mediocampo rival. Un elemento de gran importancia conectando con limpieza la defensa y la mediapunta, y cuyo éxito en la eliminatoria se presume capital en una de las batallas más destacadas que debe deparar el cruce. Si el mediocampo del Barça, en el que Rakitic hoy es pieza clave, es capaz de hacer llegar el esférico a Messi entre la la zaga y la medular blue, el duelo individual entre el argentino y N’Golo Kanté se desarrollará en un escenario de ventaja táctica para el 10. Sin necesidad de superar dos líneas adversarias, de aumentar la distancia de los recorridos dando tiempo a las correcciones del exuberante francés, y pudiendo jugar en su retaguardia con las dudas de los tres centrales del Chelsea.
Igualmente, en lo referente a la estrella del cuadro de Conte tiene Ivan, a priori, un lugar protagonista en el enfrentamiento de esta noche. Y es que además de la vertiente ofensiva del nuevo Rakitic expuesta hasta ahora, sin balón su peso e influencia también han crecido. Sobre todo cuando por delante del lateral derecho Valverde sitúa la referencia abierta de un extremo, para el croata queda el encargo de reforzar en el interior la zona de Busquets. El mediocentro es el emblema de la feroz y eficaz presión que practican los blaugranas, y a la espalda de la cual aguardará su oportunidad Hazard. El belga, menos escorado que en cursos anteriores, en este Chelsea se desenvuelve con total libertad por detrás del punta, y con tendencia a una cierta inclinación hacia el sector izquierdo con tal de orientar su salida natural hacia el carril central. Es, por lo tanto, una amenaza potencialmente muy significada entre la presión del Barça y la anticipación de Piqué y Umtiti, que en la medida que el delantero centro blue logre retardar o empujar hacia atrás a los centrales, ganara rampa de lanzamiento. Rakitic, bien desde una posición central, o bien llegando al refuerzo desde un punto de arranque más lateral, tendrá mucho que decir en el escenario previo de las recepciones de Hazard y en los caminos que pueda recorrer con el esférico. La actuación que lleven a cabo las dos estrellas de la noche va a estar relacionada con el desempeño del 4 del Barça. Un nuevo Rakitic puesto en el centro.
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– Foto: Aitor Alcalde/Getty Images