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Sergi para Sergio

BARCELONA, SPAIN - AUGUST 20: Lionel Messi (L) of FC Barcelona celebrates scoring their opening goal with teammates Sergi Roberto (3ndL) Sergio Busquets Burgos (R) and Ivan Rakitic (2ndL) during the La Liga match between FC Barcelona and Real Betis Balompie at Camp Nou stadium on August 20, 2017 in Barcelona, Spain. (Photo by Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images)

Sergi para Sergio

En algo más de medio año, Ernesto Valverde ha definido a un Barça sensiblemente distinto al que le precedió. A partir de una raíz casi opuesta, pues si uno fue un equipo dado al desenfreno el otro es un conjunto de marcada disposición hacia el control, su proyecto ha ido perfilando una identidad propia y diferenciada en las sucesivas fases del juego. Una de las que más han evidenciado el cambio es la salida de balón, fiel paradigma en ambos casos de lo pretendido desde los banquillos, como una pista a través de la cual adivinar el resto. Una insinuación del conjunto. La del Barça del Txingurri es una salida de balón definida por la seguridad. Por un lado transita caminos que esquiven el riesgo a perder el balón en zonas comprometidas, y por el otro, como su plan tiene menos prisa por llegar arriba, puede tomarse más tiempo en la protección del inicio de la jugada. La principal consecuencia de ambas cuestiones es que, por lo general, el actual es un Barça que pierde menos el balón en estadios tempranos del ataque. Uno de los jugadores clave para que así sea, es Sergio Busquets, quizá el futbolista culé al que con más afecto ha abrazado la propuesta de su nuevo técnico. El mediocentro catalán es un seguro protegiendo el balón entre sus pies, gracias a una mezcla de técnica, personalidad y giro que le permiten encontrar calma donde a los demás los nubla la ansiedad.

Con Ivan Rakitic cerca, y un ritmo de juego que huye de la precipitación, Sergio además acostumbra a desempeñar un rol posicional de destacado valor táctico, retrasando su posición cuando el rival intenta poner en jaque a los centrales. La salida lavolpiana llamó a la puerta del gran publico en el Mundial de 2006 disputado en Alemania, de la mano de la selección mexicana y de un trío conformado por Ricardo Osorio, Carlos Salcido y Rafa Márquez que enamoró al mismísimo Pep Guardiola. Sobre ellos escribiría el de Santpedor en un artículo publicado en El País que “los tres son maravillosos generando juego. Me viene a la memoria que un día, escuchando a Johan Cruyff, contaba que los jugadores más importantes para que un equipo juegue bien con la pelota en su poder, son sus defensores. Si sales bien, puedes llegar a jugar bien; si no lo haces, no hay opción“. El mecanismo del combinado tricolor, entonces sorprendente, consistía en que cuando los de La Volpe construían juego desde la defensa, Osorio y Salcido -los centrales- abrían sus posiciones y Rafa Márquez -el mediocentro- retrasaba la suya para situarse entre ambos. Con ello el entrenador argentino acercaba la visión del azulgrana al origen, creaba una superioridad numérica en el primer escalón y proyectaba a los laterales para abrir ventajas por delante.

Más de diez años después, aquella novedad hoy es uno de los recursos más utilizados por los equipos a la hora de invertir esfuerzos en una salida limpia. Curiosamente, no fue Pep Guardiola un técnico que insistiera en la fórmula cuando dirigió al FC Barcelona, pues aunque sí lo insinuó a propósito de Yaya Touré, ya con Busquets asentado en el once sus caminos fueron otros. Aquel era un Barça con Xavi, los lujos de una pizarra como la del de Santpedor, y que más habitualmente encontraba al tercer integrante del escalón inicial en uno de los laterales. Sergio Busquets, de este modo, podía mantenerse arriba, ofreciendo continuidad y situándose en esa altura del campo desde la cual, en caso de pérdida, su talento para la recuperación resulta diferencial. Puesto que el Barça de Valverde es un conjunto al que no le importa avanzar lentamente si a cambio avanza seguro, que Sergio inicie tan abajo no suele acarrearle los peajes que sí pudieron pagar otros, pues en primer lugar, minimizando las opciones de pérdida, se reducen las posibilidades de que aparezca el tipo de situación que requiera al mediocentro dispuesto para el corte en fases tempranas del juego, y en segundo lugar, el avance del equipo suele dar tiempo al catalán para recuperar altura y regresar a su teórico campo base.

No obstante, existe una excepción que ya ha comparecido este curso, y que tiene que ver con los momentos en que, bien por la eficacia de las presiones contrarias o por las características de las piezas que reúne el Barça sobre el césped, el control de riesgos en salida equivale a apostar por el envío directo. Se desarrolla entonces una ascensión mucho más acelerada y, a su vez, imprecisa, que traslada el balón rápidamente hacia arriba separándolo de los jugadores culés situados más abajo. Cuando esto ocurre, ahí sí, las opciones de pelear el balón dividido son mayores, así como la posibilidad de que, para hacerlo de forma eficaz, Sergio se encuentre demasiado lejos del cuero, situado entre centrales. Además de la salida en largo, ante presiones que comprometan el inicio de sus ataques el Barça ha encontrado un valioso recurso en la figura de Sergi Roberto. Cuando el rival despliega un campo minado para el pase, el lateral barcelonista es capaz de cortarlo gracias a su poderosa conducción. Acompañando el esférico y sin despegarlo de sus botas, asume una posición de partida algo más baja de lo que suele depararle la pizarra, para que de su mano la pelota se traslade desde la defensa al mediocampo evitando quedar desprotegida en ningún momento del viaje.

Juntando ambas cuestiones, esto es, el recurso de Roberto conduciendo el balón desde muy abajo y lo lejos que queda Busquets de la presión cuando el Barça recurre a la salida en largo, puede encontrar Valverde una formulación que suavice ciertas pautas del juego barcelonista cuando más eficazmente es defendida su salida de balón. Siendo el lateral el tercer integrante, junto a los centrales, del primer escalón, y quedando el mediocentro activado por delante más como receptor que como lanzador, y cerca de las zonas del campo donde pelear un hipotético balón dividido después de servir en largo hacia un delantero. Añadía Guardiola en su artículo que “Johan cree que aquello que equilibra el juego es la pelota. Pierde muchas, y serás un equipo desequilibrado. Pierde pocas, y será todo equilibrio“. Y ante el riesgo de perderla, mejor tener cerca a Sergio Busquets.

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– Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images

Comments:2
  • vi23 8 marzo, 2018

    Una variante que está usando Valverde este año y que me parece muy interesante es la hacer lavolpiana con rakitic. Tiene mejor desplazamiento en largo que Sergio y peor giro. Para mí tiene todo el sentido que sea el quién bajé entre centrales y Sergio se quede en el siguiente escalon

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  • Trulucho 13 marzo, 2018

    Muy interesante el comentario VI23. Esta variante aparece puntualmente en algunas fases y me parece un recurso muy interesante. Permite buscar desplazamientos con mayor precisión a extremos y filtrar un pase a interiores a mayor distancia, quedando Busquets más arriba para rebañar posibles rechaces cerca de Messi (donde es más interesante) y estar muy cerca de los mediocentros del equipo contrario ante un posible contraataque.

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