
De sistemas y simetrías
Es célebre el comentario de César Luis Menotti, a propósito de las descripciones numéricas de los sistemas de juego, asemejándolas, por escasa utilidad, a meros números de teléfono. En el fútbol, por definición, las posiciones son dinámicas. Ningún jugador permanece estático en un mismo punto, independiente del transcurrir del partido y de la interacción que le exige tanto la situación del balón como la de los rivales o la de sus propios compañeros. Según se mueva el esférico y los veintidós protagonistas sobre el césped, unos hombres son reclamados en una dirección u otra, lo cual, al mismo tiempo, desencadena más reacciones. Aunque lejos de ser una receta mágica, una suerte de Piedra Rosetta que arroje luz sobre los saberes y entresijos de un partido de fútbol, no obstante, el esquema numérico sí suele proponer algunas respuestas acerca de cuestiones primarias e iniciales, a modo de mapeado preliminar, sobre el ordenamiento de las piezas. Que Jordi Alba aparezca señalado en el lado izquierdo de una teórica línea de cuatro defensiva, indica que con el equipo colocado delante de su propia área, detrás suyo normalmente no habrá nadie más, o que cuando intervenga en ataque lo hará empezando su carrera desde abajo. Se trata de una enumeración de atrás hacia adelante, que establece líneas según la altura del campo, pero no de una notación que tenga en cuenta el eje horizontal. Señala cuántos futbolistas están por delante de otros, pero no cuántos quedan a un lado u otro.
A pesar de que la tendencia sea identificar los diferentes esquemas con una puesta en escena simétrica, pues, esto último resulta una convención que la fórmula, por sí misma, no incorpora. Por eso, cuando un equipo desarrolla una ocupación de los espacios asimétrica, la tentación desde fuera suele ser la de rellenar mentalmente los huecos vacíos. El Barça de Valverde, por ejemplo, es un conjunto que en ataque acostumbra a emplear tres futbolistas, pero sólo a uno de ellos en banda. Con Luis Suárez y Leo Messi en el centro, y una nómina de delanteros por banda derecha que a lo largo de la temporada ha sido extensa, la asimetría del dibujo consiste en desocupar una punta izquierda que se reparten, en movimiento, varios futbolistas situados inicialmente en otras posiciones. El Barça – Villarreal de anoche, poco trascendente para los culés en cuanto al resultado más allá de acercarse un paso más al objetivo de la imbatibilidad, sirvió para exponer con cierta claridad algunos de los aspectos de ordenamiento que han acompañado a los de Valverde en su camino al título liguero. Así pues, en esta ocasión los azulgranas saltaron al campo con varias novedades nominales y una posicional: la presencia de Coutinho como delantero de banda izquierda. Al contrario que en muchas otras veces antes, el dibujo local sí fue simétrico, abriendo a un atacante a un lado y al otro de Leo Messi. Más que la propia ubicación del brasileño, lo esclarecedor en este caso fue el efecto sobre el posicionamiento de sus compañeros: resultó, a grandes rasgos, el mismo.

– La posición media de los dos interiores y del extremo derecho del Barça ante el Villarreal (en color), y ante el Real Madrid y en la Final de Copa (en blanco y negro). Click sobre la imagen para ampliar. (vía fcbarcelona.cat) –
Si a nivel de juego su presencia tuvo relación con el desempeño y los vínculos que sobre el terreno de juego pudieron establecer hombres como Digne, Iniesta o Messi, a propósito de su ubicación en el campo lo único que cambió en el Barça fue que la parcela habitualmente desocupada en ataque, quedó cubierta. La segunda pieza ofensiva central, se trasladó al carril zurdo. En ataque, por lo demás, los interiores tuvieron zonas de influencia muy parecidas a las de otros partidos, y el delantero de banda derecha se movió a una altura del campo similar a lo que viene acostumbrando. Distribuidos por líneas, es decir, según el despliegue vertical y no según el horizontal, los equilibrios no se alteraron. No sucedió así en defensa, fase del juego en la que, al contar el equipo con un futbolista más de banda, el retorno en transición para ocupar las posiciones defensivas dibujó a los dos extremos descendiendo por fuera y permitiendo un escudo por delante de la zaga compuesto por cinco hombres, en el cual, aprovechándose del efectivo extra, una de las piezas centrales gozó de un mayor margen para la escapada y la persecución. Paradójicamente, anoche, ante el Villarreal, el número de teléfono del Barça que cambió fue al que recurre el Txingurri cuando es el rival quien maneja la pelota.
– Foto: Pau Barrena/AFP/Getty Images
Riera 10 mayo, 2018
He pasado un buen rato leyendo este post. Me ayuda a entender mejor el juego.
“el retorno en transición para ocupar las posiciones defensivas dibujó a los dos extremos descendiendo por fuera y permitiendo un escudo por delante de la zaga compuesto por cinco hombres, en el cual, aprovechándose del efectivo extra, una de las piezas centrales gozó de un mayor margen para la escapada y la persecución.”
En las últimas ruedas de prensa, hemos escuchado a Valverde decir que con la marcha de Iniesta tendrán que buscar nuevos equilibrios, puede que pasen por la idea que apuntas.