Con el fin de la BBC, el Real Madrid inició un proceso de reconstrucción en su parcela ofensiva que hoy todavía está por concluir. Teniendo a Benzema como elemento nuclear en el equipo y en buena parte de sus mecanismos de ataque, las dificultades para el encaje de hombres como Hazard o Gareth Bale en ocasiones han cargado sobre las espaldas del delantero galo un peso desmedido. Desmedido no por las capacidades del futbolista, sino por la imposibilidad de ofrecerlas todas de forma simultánea. Por momentos, los blancos han necesitado a Karim generando la ocasión de gol y, a la vez, resolviéndola. Como creador y definidor al mismo tiempo. No siempre ha contado con la ayuda de un socio que pudiera encargarse de una de las dos partes para que, entre ambos, el rompecabezas quedara completo. Vinícius Jr. pudo serlo durante tramos del curso 2018-19, agitando la mezcla y desequilibrando a las defensas rivales, pero su imprecisión técnica en el remate final parecieron descabalgarlo. No en vano, Carlo Ancelotti ha arrancado la temporada otorgándole la confianza de la titularidad a Eden Hazard y Gareth Bale, las dos cartas más completas de su baraja si consigue que caigan boca arriba sobre la mesa. Anoche, no obstante, en el Ciutat de Valencia algo pudo haber cambiado. La entrada en el segundo tiempo de Vinícius y Rodrygo no sólo le cambió el semblante al ataque madridista, sino que presentó a un Vinícius reconciliado con el gol. En dos jornadas ha marcado tres, y especialmente el primero que logró ante el Levante apunta el tipo de acción que debe cambiar su estatus en el plantilla del Real Madrid.
Antes del impacto del brasileño en el encuentro, la primera mitad se había desarrollado con un conjunto merengue creciente de la mano de Isco Alarcón. El malagueño, recambio de Luka Modric como recambio de Toni Kroos, fue quien asumió el liderazgo de un mediocampo sin sus habituales directores, arrancando a la izquierda de Casemiro pero haciéndose responsable, también, de sacar al equipo desde atrás ocupando las zonas del mediocentro (Imágenes abajo). Recogiendo el pase de los centrales y buscando los espacios vacíos con la posición, el envío o la conducción, tanto para sumar orden a su equipo como para inocular desorden en su rival. Para ello contó con la ayuda de David Alaba desde el lateral izquierdo, carril en el que los de Ancelotti cargaron buena parte de su juego apoyándose en la cercanía de Isco, Alaba, Hazard y Benzema. Siguiendo su estela ganó dominio el Madrid a medida que avanzaba el primer tiempo, haciendo correr hacia atrás a un conjunto abonado al ida y vuelta pero que arrancó el duelo con intenciones de recuperar el cuero más cerca de la línea divisoria que del área de Aitor.
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