
El Griezmann del Mundial
En el Mundial que fue de Leo Messi y que pudo ser el de Kylian Mbappé, por momentos Antoine Griezmann se hizo pasar por el mejor futbolista del torneo. El Principito ya había sido una pieza capital para que la selección de Didier Deschamps lograra el triunfo en la edición de 2018, ejerciendo de nexo desde la mediapunta para unir y dar sentido a las diferentes y diferenciales partes del combinado galo, más cerca de los centrocampistas de lo habitual y más lejos del área rival de lo que acostumbra. En Qatar, la reconversión de Griezmann fue incluso más allá, hasta el punto de que si el observador no conociera su pasado y trayectoria como delantero, no habría dudado en catalogar su rol en el equipo como el de un centrocampista más. Un interior derecho de mucha participación, capaz de medir la pausa y la dirección del juego, y de llevar las riendas del equipo para poner a jugar a sus compañeros. Así Antoine pasó de promediar 44 intervenciones y 24 pases por partido con su club, a escalar hasta las 59 intervenciones y los 34 pases en el Mundial logrando, además, que prácticamente todos sirvieran para mejorar el juego de la selección francesa. El cuadro de Deschamps avanzaba rondas y dejaba atrás rivales al son que marcaba la batuta de Griezmann.
Por ello, finalizado el Mundial cobraba sentido preguntarse si la versión mundialista del 8 colchonero podía replicarse en el contexto del Atlético de Madrid. Si también en el equipo de Simeone puede surgir el mismo Griezmann, más teniendo en cuenta las dificultades que ha tenido su equipo hasta la fecha para encontrar una línea de juego regular y competitiva. ¿Puede ser Griezmann, también en su club, la pieza que lo una todo? A tenor de lo que planteó El Cholo la pasada jornada ante el Elche, cabe intuir que al menos lo intentará. Junto a Joao Felix y Morata, pero por detrás de los dos, Antoine constó más que nunca en la medular atlética, tocó el balón hasta 70 veces y repartió 37 pases. Seguramente lo más relevante, y lo que puede marcar la viabilidad de la apuesta, es que a ello pudo sumar dos asistencias, cuatro pases clave y cuatro disparos. Y es que, en el Mundial, del mismo modo que se agrandó el Griezmann centrocampista, se empequeñeció el delantero. En Qatar, Antoine no marcó y apenas buscó portería una vez por partido. Fue un peaje que su selección pagó con gusto, pues teniendo en su ataque a un delantero como Kylian Mbappé el combinado galo iba a mantener intacta la amenaza de gol, pero que un Atlético de Madrid con menos mordiente en el remate está por ver que pueda asumir.
Para que, como hiciera con Francia, también en su club Griezmann pueda jugar sin mirar hacia portería, sería necesario que las piezas que alinee Simeone por delante del galo tengan un impacto sobre la portería rival muy elevado. Una exigencia que señala directamente en dirección a hombres como Álvaro Morata o Joao Félix. Aunque a una escala distinta a la de Griezmann, también el Mundial del portugués fue positivo, especialmente a la hora de incrementar la agresividad ofensiva de su juego. Con su selección, el luso fue más punzante y chutó más que con el Atlético, quizá para equilibrar a un combinado trufado de mediapuntas con gusto por recibir al pie pero con poco contrapeso vertical y al espacio. Algo de aquel Joao se mantuvo la semana pasada ante el Elche, un partido en el que además de ver portería fue el atlético que más veces buscó el gol. Que Joao chute más para que Griezmann, en su nuevo traje de centrocampista, pueda hacerlo menos.
– Foto: Pierre-Philippe Marcou / AFP