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Un socio para Lewandowski

Aunque al inicio de la temporada la delantera se intuyera como la línea más potente del Barça de Xavi, en varios tramos del curso el ataque barcelonista se ha quedado corto. Tanto es así que el conjunto azulgrana, que arrancó poniendo el foco del juego en sus tres delanteros, ha terminado optando por cambiar el plan y encontrar su mejor versión apostando por prescindir de un atacante en favor de un centrocampista, y por mirar antes a la medular que a la delantera. Xavi ha sacado más de juntar en el mismo once a Pedri, De Jong, Busquets y Gavi, que en potenciar a Raphinha, Dembélé, Ansu o Ferran Torres como acompañantes de Lewandowski. Más allá de los tramos más desequilibrantes de Dembélé, por momentos, y especialmente en los duelos de mayor exigencia, al polaco le ha faltado un socio que ejerciera de segundo foco de amenaza, capaz de marcar las diferencias en los últimos metros y de repartir el peso de la ofensiva azulgrana.

La segunda dificultad que se ha encontrado el técnico de Terrassa por lo que respecta a la configuración de su ataque es que, pese a contar con una rotación amplia, la mayoría de sus extremos han demostrado adaptarse mejor a la banda derecha que a la izquierda. Unos a pierna natural y otros a pierna cambiada, tanto Dembélé como Raphinha o Ferran Torres han ofrecido un mejor rendimiento en el perfil diestro del ataque, dejando únicamente a un Ansu lejos de su mejor nivel y a un Memphis Depay ya traspasado al Atlético como opciones para la orilla izquierda. No por nada, la apuesta por los cuatro centrocampistas de Xavi ha llegado eliminando la posición de extremo zurdo y dejando el costado para las llegadas de Balde desde el lateral y para que Gavi intervenga en el carril central apartándose de la banda.

Así pues, atendiendo a la dificultad de que en un mismo verano el Barça pueda reforzar las plazas de titular en ambos extremos, cobraría sentido que la primera prioridad de la dirección deportiva fuera la de incorporar a un futbolista capaz de asumir la titularidad de la punta izquierda. Una operación a la que deberá hacer espacio desprendiéndose de, al menos, dos de los cinco extremos con los que contará a partir del 30 de junio (Dembélé, Raphinha, Ferran, Ansu y Abde) y que idealmente pueda encajar tanto si Xavi opta por jugar con tres puntas como si lo hace con cuatro centrocampistas. En este sentido, el papel que habitualmente le ha dado el técnico al extremo izquierdo facilitaría la definición del perfil, pues también en el 1-4-3-3 de comienzo de temporada el delantero de banda izquierda ha tenido un papel menos fijo en banda y más vinculado a la zona de la mediapunta. Un futbolista que pueda moverse entre líneas completando el cuadrado central del Barça en mediocampo, y con capacidad para introducirse en zona de remate compensando los movimientos de apoyo fuera del área de Robert Lewandowski.

Si el próximo fuera un verano más o menos normal en can Barça, uno en el que el club pudiera moverse en el mercado con el margen económico de otros años, seguramente el retrato robot de su fichaje ideal no distaría mucho del que representa el alemán del Bayer Leverkusen Florian Wirtz. Un futbolista con impacto en tres cuartos de campo, capaz de formar como interior o en la línea de ataque, y con un impacto numérico sobre la portería rival equivalente al de un delantero para mantener la amenaza aun apostando por juntar en un mismo once a cuatro teóricos centrocampistas. Otros perfiles similares, también alejados sobre el papel de las posibilidades económicas del actual Barça serían el jugador del Chelsea Mason Mount y el excanterano Dani Olmo.

Puesto que la realidad económica del club azulgrana hace complicado el acceso a jugadores como los mencionados, las alternativas de la dirección deportiva para captar futbolistas del nivel necesario sin que su incorporación signifique un gasto elevado pasan por aprovechar oportunidades de mercado sobrevenidas o el mercado de agentes libres. En el primer grupo podrían estar algunas piezas de ataque de un Chelsea que necesita dejar espacio a sus nuevos fichajes, o un Joao Félix que en caso de regresar al Atlético de Madrid en verano podría estar abierto a un nuevo préstamo. Por lo que respecta al mercado de agentes libres, dos nombres que podrían encajar con las necesidades del ataque culer son el de Marcus Thuram, futbolista del Gladbach que en Alemania ha actuado en banda izquierda y en posiciones centradas, y el de Leo Messi.

Más allá de otras consideraciones, a nivel deportivo el eventual regreso del argentino devolvería al Barça el desequilibrio interior, la capacidad para generar ocasiones y la resolución en los últimos metros que le ha faltado al equipo en varios momentos, si bien su adaptación táctica y a la intensidad sin balón que esta temporada vienen demostrando los culers sería menos automática. A diferencia de las demás opciones, Leo es un atacante que tiende más al perfil derecho que al izquierdo, y cuyo mejor encaje se da cuando se complementa con un extremo derecho y un delantero centro que agranden su zona de acción favorita: la mediapunta derecha. Junto a tres centrocampistas y con un lateral izquierdo de mucha llegada por banda, su aterrizaje en el Camp Nou estaría muy vinculado a la continuidad de una línea de ataque asimétrica que a nivel defensivo seguramente requiera partir más de un teórico 1-4-2-3-1 con falso extremo izquierdo, que del 1-4-3-3 con falso extremo izquierdo que durante los últimos meses ha utilizado Xavi.

Finalmente, otra alternativa que puede manejar el Barça para reforzar su ataque es la del prometedor brasileño Vitor Roque, un delantero diestro que puede actuar en punta o partiendo de las bandas, que hoy destaca sobre todo por su intensidad, relación con el gol y peligro atacando espacios. Una solución diferente como relevo en el puesto de nueve, cuyo futuro seguramente pase por un rol menos referencial.

 

 

– Foto: PAU BARRENA/AFP via Getty Images

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