
El caso de Deco es otro de los puntos calientes de la secretaría técnica en la confección de la plantilla de la próxima temporada. Como en el caso de Márquez, al 100% muy pocos futbolistas en el mundo pueden igualarse a Deco. Su ascendencia sobre sus compañeros, su carácter ganador, su sacrificio en la presión, inteligencia táctica, lectura del partido, dominio de las transiciones… lo convierten en un futbolista único. No obstante, esta ha sido su segunda temporada con un nivel por debajo de sus posibilidades y todo parece indicar que, teniendo en cuenta que su edad no permite encontrar en el portugués a uno de los pilares sobre los que levantar el nuevo proyecto, lo más beneficioso para el club sería un traspaso. El bajón en el rendimiento de Deco, como en el caso de rafa Márquez, es producto por un problema de actitud, pero a diferencia del mexicano, no por una cuestión de falta de profesionalidad sino motivado por la pérdida de confianza en el cuerpo técnico. Deco llegó al Barça proveniente del Porto de Mourinho, un entrenador que para bien o para mal, consigue que sus juagadores tengan la sensación que están siendo entrenados por el mejor técnico posible y logra que sus hombres salgan al campo completamente confiados de lo que sucederá sobre el césped está bajo el control del mister. En el caso de Deco, su función no se reducía solamente a cumplir con las ordenes de «Mou», sino que era el encargado de interpretar el partido y ejercer de técnico sobre el campo. En Barcelona, en cambio, se encontró con un perfil de técnico totalmente diferente, ya que Frank Rijkaard tendrá muchas virtudes, pero la lectura del partido y el planteamiento de soluciones en función de las diferentes situaciones de juego no sería una de ellas. Así, mientras los resultados fueron positivos no hubo ningún problema ya que Deco podía seguir alimentando su insaciable obsesión por la victoria. El problema llegó cuando empezaros a sucederse los malos resultados, puesto que Deco tenía la sensación de que su técnico no era capaz de analizar los problemas del equipo ni de plantear soluciones para seguir ganando. Esta era la única obsesión del jugador, seguir ganando, y su desesperación venía cuando entendía que el principal freno para que esto fuese posible era su entrenador, hasta él punto de creer que él estaba más capacitado para encontrar las soluciones que el propio Frank. Él fue el primero en saber que para ser competitivos era necesaria la entrada de Motta en la media, el primero en denunciar que tras la lesión de Eto’o el equipo vivía en constante inferioridad numérica en la media respecto al rival, el primero en darse cuenta de las limitaciones del sistema 1-4-3-3 cuando los laterales no cierran bien en defensa, de la necesidad de olvidar la alternativa de los tres pequeños para contar siempre con un mediocentro… la desconfianza entre técnico y jugador era mutua y su relación irreconciliable.
Opción A: jugador por jugador
A priori la solución lógica a la hora de cubrir la baja de Deco es la de sustituir al portugués por otro futbolista que cumpla con su rol, de características similares y que pueda ofrecer al equipo las mismas prestaciones. El problema de esta alternativa viene dado por la dificultad de encontrar en el mercado a un futbolista como Deco. Salvo la excepción de Cesc Fabregas, que no va a salir del Arsenal al menos este verano, no hay jugadores tan completos como el portugués, capaces de ser uno de los hombres decisivos tanto en defensa como en ataque o de dominar las dos direcciones de la transición, en definitiva, encerrar en un mismo futbolista a un dos por uno. Hay que recordar que el puesto de interior que Deco ha venido ocupando en el Barça, antes de la llegada del portugués era propiedad de Edgar Davids, un futbolista de un perfil claramente defensivo y de nula influencia en el juego de ataque. Con Deco, el centro del campo encontró a un mediapunta con la capacidad defensiva del «pitbull», o lo que es lo mismo, a un Davids con la calidad de un 10. Así, si lo que se pretende es un mero cambio de piezas, en la suma final el equipo saldrá perdiendo ya que pese a existir buenas opciones, ninguna sería tan completa ni tendría el nivel del 20 azulgrana.
Si finalmente la opción de cambiar jugador por jugador fuese la escogida por el F.C.Barcelona, la mejor opción, desde nuestro punto de vista, sería la de Tiago Mendes ya que la verdadera importancia de Deco y lo que realimente hizo del Barça un equipo competitivo, fue su trabajo defensivo, aspecto en el que las otras dos alternativas son más flojas. En el aspecto ofensivo será Andrés Iniesta quien deberá tomar un mayor protagonismo y dar un paso al frente para establecerse como un jugador determinante para el equipo dejando para xavi el papel de jugador de banquillo. Junto al fichaje del interior, en el centro del campo sería necesaria la incorporación de un segundo futbolista destinado, en este caso, a cumplir como reserva para la posición de mediocentro defensivo que ocuparía Touré Yaya. Por relación calidad-precio la opción de Poulsen sería la ideal ya que los diez millones de euros que figuran en su cláusula de rescisión son una cantidad perfectamente asumible para el club. En las últimas horas, no obstante, y como contrapartida a una rebaja en el traspaso por Dani Alves, se ha especulado con la posibilidad de un pacto entre entidades en el que el Barça se comprometería a no tocar a los jugadores sevillistas con una cláusula de rescisión baja como son Keita, Capel o el mismo Poulsen. Así, es probable que deban manejarse otras opciones como las del ghanés Muntari, propiedad del Prosmouth inglés y una de las sensaciones de la temporada en la Premier, o el belga Fellaini del Standard de Lieja, un joven mediocentro con unas cualidades físicas excelentes que no tardará mucho en dar el salto a una liga de mayor potencial.
*En los próximos posts interrumpiremos la serie dedicada ala planificación azulgrana para analizar la final de la Champions League entre el Chelsea y el Manchuester United, en uno o dos posts que se publicarán a principio de semana. A continuación, retomaremos el futuro de la plantilla culé, descubriendo cual puede ser la segunda opción que maneje la dirección deportiva para remplazar el hueco dejado por Deco, y el papel que pueden tener los canteranos en este centro del campo.
