Las caras nuevas de la Liga: Henrique

Las caras nuevas de la Liga: Henrique

Nombre: Henrique Adriano Buss.

Fecha y lugar de nacimiento: 14 de octubre de 1986. Marechal Candido Rondon, Brasil.

Altura: 1.85 m.

Peso: 73 kg.

Demarcación: Defensa central.

Club anterior: Palmeiras.

Durante el verano, y hasta que el balón no vuelva a rodar, abordaremos una serie de artículos en los que trataremos de presentar a algunos de los futbolistas que se incorporarán a equipos de la liga española, con el objetivo de que los aficionados a los diferentes clubs de primera división puedan tener una primera aproximación a sus nuevos futbolistas antes de verles en acción a lo largo de la nueva temporada. Abrirá el telón el hasta ahora defensa del Palmeiras brasileño que se unirá a la plantilla del F.C.Barcelona. Es probable, no obstante, que finalmente acabe marchándose cedido una temporada para foguearse ates de dar el salto definitivo y formar parte de la primera plantilla azulgrana, siendo el Betis uno de los candidatos a conseguir al brasileño a préstamo una temporada.

Se trata de uno de los defensores con más proyección de Brasil habiendo debutado ya, apenas superada la veintena, con la verdeamarelha. Su tremenda progresión tanto en la selección como en su club, donde en apenas unos meses ha pasado del equipo reserva a consolidarse como uno de los hombres clave del equipo de Vanderlei Luxemburgo, le ha valido para llamar la atención de la secretaría técnica azulgrana que ha visto en Henrique a un futbolista importante para el equipo en el futuro. Primero, no obstante, parece que se apostará por una cesión de un año a un equipo puente, aunque por sus características Henrique bien podría adaptarse con facilidad al sistema de juego y filosofía culé.

Se trata de un defensa central diestro -aunque su técnico muchas veces lo incline hacia el perfil zurdo- que actúa como líbero en una defensa de cuatro y que sobresale tanto por sus aptitudes físicas como técnicas. En el equipo de Luxemburgo, Henrique es el encargado de iniciar todos los ataques desde la defensa, una responsabilidad que el joven central ha asumido sin titubear demostrando una fuerte personalidad. Cualquier ataque iniciado desde atrás debe pasar antes por sus pies, ya que posee buen toque, una notable visión de juego y sabe leer las situaciones del juego. Sus compañeros lo saben, y por eso cuando el equipo recupera el esférico en defensa y no hay opciones para lanzar el contraataque, todos los pases buscan a Henrique para que con éste dé comienzo un nuevo ataque. De la misma forma, si el ataque no encuentra soluciones y eso obliga a los jugadores a retrasar el balón para no perder el control del esférico, el balón vuelve a caer a los pies del central para iniciar una nueva jugada de ataque. No estamos hablando de un futbolista determinante en la organización ni en el pase, pero si de un central con visión, jerarquía y una técnica individual destacable para un central que le permite combinar tanto en corto como buscar un desplazamiento largo. Cuando el equipo se encuentra en fase ofensiva, Henrique ofrece incluso otra solución que consiste en sumarse al ataque con decisión, conduciendo el balón, valiéndose de su potencia física y una muy buena velocidad para un jugador de su estatura.

Vemos pues, que pese a ser un defensa se convierte en un futbolista muy importante en fase ofensiva, ya que además es una de las principales armas del equipo en el juego a balón parado por su peligrosidad en el remate de cabeza. Por si fuera poco, tiene un chut muy potente por lo que, pese a no colocar en exceso sus disparos, es una alternativa en el saque de faltas cuando el lanzamiento debe realizarse desde una posición alejada de la portería y se precisa de un hombre que tire «a romper».

Defensivamente, pese a lo que podría parecer por su envergadura, vive más cómodo en una defensa adelantada que en una línea cercana al guardameta. Esto es debido a que por el hecho de poseer unas piernas largas y un centro de gravedad muy alto, su capacidad de reacción es espacios reducidos no es demasiado buena, lo que unido a algunas deficiencias de colocación producto de su juventud, provocan que jugando cercano a su portero en ocasiones da la impresión de estar perdido y llegar tarde a la jugada. En cambio, con campo por detrás, su amplia zancada lo habilita para recuperar terreno en carrera cuando el delantero logra superar la línea defensiva. Es un central que domina el juego aéreo frontal, por lo que resulta muy útil ante rivales que busquen el balón largo desde la defensa hacia un punta actuando como pivote para descolgar el balón e iniciar ataque a partir del rechace. Sus errores, más que consecuencia de alguna falta de atención, debido a su juventud, son producto de su proceso de formación táctico-técnico, ya que Henrique es un futbolista que vive muy metido en los partidos, 100% concentrado y que no se pierde nada de lo que en él transcurre.

En su futuro como azulgrana juega a su favor que el sistema de juego del Palmeiras provoca que los defensas se encuentren, con frecuencia, en situaciones de inferioridad numérica. En el famoso esquema de «cuadrado mágico» de Luxemburgo, el centro del campo está formado por dos mediocentros y dos mediapuntas situados detrás de la pareja de delanteros, de modo que, para ocupar las bandas, es indispensable la constante participación en ataque de los laterales. Por este motivo, es habitual encontrar a los dos laterales ocupando los carriles en fase ofensiva, ante lo cual, en caso de pérdida del balón, en posiciones defensivas sólo permanecen los dos centrales, que deben prestar especial atención al trabajo de situaciones de inferioridad defensiva y a las coberturas a banda, en el caso de Henrique la izquierda.

Vemos pues que pese a su reciente salto al fútbol de primer nivel, Henrique es un central que por sus cualidades tanto físicas como técnicas puede llegar a convertirse en un jugador importante. A su juego, sin duda, le vendrá muy bien una cesión por una temporada a un equipo «mediano» para coger experiencia, temple -a veces se muestra algo precipitado-, y mejorar su colocación defensiva para así poder regresar a la disciplina culé con total garantía de éxito.