
Afectado por una virulenta plaga de lesiones, el Sevilla poco a poco esta consolidando un equipo base. Parte de un 1-4-4-2, pero a diferencia de Juande Ramos, Jiménez apuesta por una pareja de delanteros más paralela y con menos intervención de Kanouté en la organización, aunque, por sus cualidades, sigue siendo una pieza importante en este aspecto. Junto a este comportamiento del malí, la baja de Dani Alves -el auténtico vertebrador del juego sevillista las pasadas temporadas- han mermado considerablemente la capacidad del equipo de generar juego. Al Sevilla le cuesta iniciar jugada desde atrás, donde sin Drago ni Escudé, Fernando Navarro desde el lateral parece ser el hombre más importante en esta función. El panorama no es mucho mejor cuando el balón llega a la media, más bien al contrario, ya que es esta la línea que más nota los cambios en el comportamiento del equipo. Con los cuatro hombres del centro del campo prácticamente en línea y abarcando toda el ancho del campo, se hace difícil que los jugadores consigan combinar. Años atrás, la presencia de Alves incrustado en la medular como un centrocampista más empujaba a sus compañeros -sobretodo Navas y Keita- a ocupar los espacios entre líneas del rival y, junto a las caídas de Kanouté, esto favorecía la creación de nuevas líneas de pase y posibilitaba que alrededor del esférico se reunieran un gran número de futbolistas.
Para remediarlo Jiménez ha probado varias veces con reunir en la parte central del centro del campo tanto a Romaric como a Maresca, dos jugadores que a priori deberían competir por un mismo puesto, pero a la práctica tampoco ésta ha sido una alternativa muy exitosa, ya que como ambos responden al mismo perfil, su presencia en el centro del campo obliga a uno de los dos a sacrificar su juego -generalmente Romaric- para mantener el equilibrio de la línea. Contra el Barça, en cambio, pese a que la ausencia de Navas es una baja notable, el técnico puede encontrar una solución provisional a los problemas del mediocampo sevillista. Así, el técnico podría plantearse dar entrada a Maresca como falso hombre de banda. Es decir, partiendo de la banda en fase defensiva para equilibrar el dibujo, con el balón en poder del Sevilla, su tendencia natural a irse hacia dentro daría una mayor fluidez al juego, permitiría ocupar de manera más eficiente el espacio entre líneas y pese a juntar a Romaric y Maresca en un mismo once, permitiría al entrenador seguir contando con un medio de características defensivas como Duscher.
En el Barcelona se presume importante la labor de Touré Yayá en la pelea aérea con Kanouté, para que las caídas de éste al centro del campo para recibir el balón, no obliguen a Piqué o Márquez a abandonar la línea y posibilitar líneas de pase interiores -sobretodo si el delantero malí se mueve por el flanco izquierdo ya que ahí Alves tendrá más dificultades que Puyol para cerrar estos espacios-. El marfileño, junto a los dos centrales y Alves, serán los encargados de la salida desde atrás, por lo que obligarán a Kanouté y Luis Fabiano a estar muy pendientes de no dar facilidades al Barcelona para salir con el balón jugado. No sería de extrañar, por otro lado, que el técnico sevillista ordenase una marca individual de Romaric sobre Xavi, dada la importancia del canterano en la fluidez del atque culé, lo que unido a la presencia de Maresca en banda derecha y a la poca incidencia ofensiva que tendrá un lateral izquierdo como Puyol, puede traducirse en situaciones en las que el Sevilla presente prácticamente un trivote en la media, cuando el Barça conduzca su ataque por banda derecha. Así pues, con Fernando Navarro tapando la banda, Duscher controlando la zona de la mediapunta por la que suele aparecer Messi, Romaric sobre Xavi y el espectacular emparejamiento que pueden protagonizar Alves y Adriano, cabe la posibilidad de que el equipo de Guardiola no pueda dar a su juego la fluidez que desearía, sobretodo por el hecho que tras la lesión de Iniesta, la banda izquierda queda con pocos jugadores capaces de gestionar balón. Por este motivo, y valiendo se de un recurso que ya ha utilizado en partidos trabados, el Barça podría buscar presentar una doble punta para tratar de buscar el gol de una manera más directa. De esta forma, con Henry y Eto’o se buscaría un emparejamiento en igualdad con los puntas, con Messi, Keita y Xavi en zona de tres cuartos atentos a cualquier balón suelto en las inmediaciones del área.
Debido a esta presumible debilidad de la banda derecha del Sevilla, el Barça puede sacar mucho provecho si, contrariamente a lo que sucede habitualmente, centra su ataque por su perfil zurdo. Para conseguirlo, y debido a su peso especifico dentro del juego culé, la presencia de Messi por esta zona puede ser clave. Con Messi emparejado con Mosquera, Henry y Eto’o fijando a los dos centrales, y Keita y Xavi ocupando la zona de la mediapunta para impedir las ayudas de Duscher, el equipo de Pep puede encontrar muchas facilidades para percutir una y otra vez sobre la zaga del Sevilla. Esto, a la vez, permitiría que en caso de pérdida del balón, ésta se produciera en la zona en que más dificultades tiene el Sevilla para iniciar jugada, ya que mientras por el perfil zurdo la presencia de Fernando Navarro y Escudé pueden ser una buena solución, Squillaci y Mosquera pueden tener serias dificultades, más si como consecuencia de volcar el juego por este perfil, el Barça agrupa alrededor del balón a varios jugadores para iniciar la presión.
