
Sin embargo, en este inicio de temporada, Manzano parece decidido a reforzar al equipo defensivamente con un trivote en mediocampo que acarrea que de entre Reyes, Turan, Diego y Falcao, uno deba ocupar una plaza en el banquillo. Sólo ante el Racing coincidieron los cuatro sobre el césped, con lo que el esquema viró a un 1-4-2-3-1 en el que Tiago Mendes y Mario Suárez quedaban como escuderos por detrás de la línea de tres mediapuntas. En el resto de partidos, el Atlético ha presentado un esquema 1-4-3-3 en el que la media se refuerza con la entrada del ex-zaragocista Gabi. Con el trivote, Manzano busca compactar al equipo, asegurarlo defensivamente y, a la vez, liberar de responsabilidades defensivas a los cracks de ataque, pues son los interiores los que acuden a banda a a las ayudas sobre su lateral y no el mediapunta.
El colombiano, además, es una pieza importante cuando el equipo inicia juego, pues posee una gran habilidad para recibir de espaldas, proteger el balón y servir al balón de cara al compañero. En este sentido, el de la salida del balón, el Atlético ha mejorado considerablemente respecto a la pasada temporada. Así, pese a mantener los problemas en el mediocentro a la espera de comprobar la evolución del canterano Koke, la entrada en defensa de Silvio y Miranda, la aportación comentada de Falcao desde la posición de punta, y los movimientos de los mediapuntas hacia el centro habilitando líneas de pase a la espalda del mediocampo rival, permiten a los rojiblancos un salto de calidad en este aspecto del juego.
