Manzano y su nuevo Atlético
Sólo tres días después del partidazo de Mestalla, el F.C.Barcelona se medirá a un Atlético de Madrid que gracias a un buen comienzo de Liga tanto por juego como por resultados, afronta con optimismo la temporada posterior a las bajas de Agüero, Forlán o De Gea. Los colchoneros estrenan entrenador, un Gregorio Manzano que busca resarcirse de su discreta primera etapa al frente del conjunto rojiblanco. Junto al técnico, fichajes ilusionantes como el turco Arda Turan, el que fuera estrella de la Bundesliga Diego Ribas y el máximo goleador de la pasada Europa League Radamel Falcao.
Sin embargo, en este inicio de temporada, Manzano parece decidido a reforzar al equipo defensivamente con un trivote en mediocampo que acarrea que de entre Reyes, Turan, Diego y Falcao, uno deba ocupar una plaza en el banquillo. Sólo ante el Racing coincidieron los cuatro sobre el césped, con lo que el esquema viró a un 1-4-2-3-1 en el que Tiago Mendes y Mario Suárez quedaban como escuderos por detrás de la línea de tres mediapuntas. En el resto de partidos, el Atlético ha presentado un esquema 1-4-3-3 en el que la media se refuerza con la entrada del ex-zaragocista Gabi. Con el trivote, Manzano busca compactar al equipo, asegurarlo defensivamente y, a la vez, liberar de responsabilidades defensivas a los cracks de ataque, pues son los interiores los que acuden a banda a a las ayudas sobre su lateral y no el mediapunta.
Objetivo: imponer discurso
Tras el resbalón ante el Hércules, el Atlético de Madrid de Quique Sánchez Flores será la mejor piedra de toque para el equipo de Guardiola. Los partidos en el Calderón, por lo general, acostumbran a resultar bastante desfavorables para el F.C.Barcelona en los últimos tiempos. De hecho, es el único campo de Primera en el que, en Liga, Guardiola siempre ha perdido, y la derrota de la temporada pasada fue la única que sufrió el Barça a lo largo de las 38 jornadas de Liga. Además, el crecimiento sufrido por el Atlético desde la llegada al banquillo de Quique Sánchez Flores es evidente. No solo por una mejora en los resultados que le ha servido para lograr triunfos como la Europa League o la Supercopa de Europa, sino porqué ha conseguido dar sentido a una propuesta futbolística que, desde hace temporadas, no era efectiva.
La radiografía del Atlético de Madrid nos habla de un equipo con dificultades para construir desde atrás, pues no tiene los zagueros ni los mediocentros adecuados para ello. En este sentido, incorporaciones como las del uruguayo Godín o, sobretodo, el ex del Depor Filipe Luis, ayudarán al equipo a mejorar en este aspecto, pero para medirse al Barça y su presión adelantada no parecen argumentos suficientes para iniciar los ataques desde su defensa. Por eso, ante los de Guardiola, el conjunto colchonero huirá de cualquier cosa que se asemeje a un ataque estático. Ello supondría riesgo de perder el balón en situación desfavorable, pues el esquema atlético tiende a partir al equipo en dos, limitando así la capacidad de los hombres de Quique de acudir a las coberturas y estar correctamente situados a la hora de recuperar el esférico.