El equipo de Guardiola partirá con la ventaja de que un empate ante el Milan le serviría para seguir liderando el grupo y rubricar ese primer puesto en casa ante el Bate Borisov. No obstante, difícilmente veremos adoptar a los azulgarnas un papel distinto al que desarrollan normalmente, es decir, saldrá a mandar y a hacerlo desde el balón. Por eso, y desde la aceptación de que parte en inferioridad, no sería extraño que sobre el papel el Milan repitiese planteamiento respecto al partido de la primera vuelta y esperase al Barça, tratando, eso sí, de desarrollar ese planteamiento de manera más eficaz para no depender de la suerte para sobrevivir, y esperar a entrado el segundo tiempo para asumir mayores riesgos si fuese necesario.
Para aplicar más eficientemente su idea de juego y, en definitiva, jugar mejor que en el Camp Nou, Allegri contará a diferencia de entonces con la posibilidad de recurrir a Robinho. El brasileño, en ausencia de Pato, ha ocupado la segunda punta al lado de Ibrahimovic en las últimas fechas, y su capacidad para ofrecer soluciones al juego del equipo le ha valido al cuadro rossonero para firmar sus mejores partidos de lo que llevamos de temporada. Robinho da amplitud a un equipo que juega con un rombo cerrado en la media, genera ventajas desde el juego entre líneas en una zona en la que parte un futbolista mucho menos creativo como el ghanés Boateng, brinda profundidad pese a lo mucho que, en este aspecto, penaliza al equipo tener a un punta como Ibrahimovic, y además, si es preciso, facilita la salida desde atrás cuando Nesta y Thiago Silva no encuentran respuesta en su centro del campo. No obstante, aquí nos encontramos con el primer gran dilema de Allegri a la hora de preparar el choque frente al Barça. Pato demostró en el partido de la primera vuelta que puede resultar un salvavidas cuando el Milan deba atacar en inferioridad, no numérica -que también- sino sobretodo de contexto futbolístico. Su velocidad con y sin balón, sus desmarques a espaldas de la zaga y su peligro en la finalización, supondrían una amenaza constante al sistema defensivo culé, y por lo tanto, un elemento que puede hacer más incomodo el partido para los azulgranas. Con Ibrahimovic como jugador franquicia para Allegri, parece que el técnico deberá escoger entre uno de los dos brasileños. Seguramente la opción más interesante para los italianos, y también la más ambiciosa futbolísticamente hablando, no la veamos hasta el segundo tiempo si el resultado es desfavorable para los locales, y pasaría por ubicar a Robinho en la mediapunta por detrás de la pareja Ibrahimovic-Pato.
Porqué Andrés puede y debe ser uno de los factores decisivos del partido. Con Essien fuera de combate y a la espera de descubrir que plantea Mourinho en el clásico, Iniesta es un jugador que no tiene respuesta por parte del rival. Su desborde en una posición tan alejada de la portería rival resulta indefendible para sus rivales, y más aún para el hombre que viene ocupando el interior derecho del rombo del Milan, Alberto Aquilani. Para el partido de la primera vuelta Allegri emparejó al manchego con Nocerino, un centrocampista más físico, de mayor despliegue y más agresivo. Aquilani podría encontrar acomodo entonces en banda derecha favorecido por las ausencias de Alves y Adriano que no le obligarán al desgaste de seguir al lateral. No obstante, teniendo en cuenta que estas bajas seguramente impliquen la adopción del 1-3-4-3 por parte de los de Guardiola, para contrarrestar esa sobrepoblación del carril central, es posible que Allegri alinee también en el interior izquierdo a un jugador de desgaste, bien Van Bommel, bien Ambrosini dependiendo de cual de los dos ocupe el mediocentro, o incluso sorprender con un volante como Emanuelson para tratar de atacar por fuera la defensa de tres azulgrana. Difícilmente lo veamos el miércoles, y tampoco hay muchas esperanzas de que se de a lo largo de la temporada, pero sería muy interesante para el equipo rossonero invertir en Aquilani en la posición de mediocentro custodiado por dos interiores más físicos, en un planteamiento similar al que en su día se dio con el maravilloso Andrea Pirlo.
Por último, haciendo referencia al peligro que puede crearle el Barça al Milan mediante el cambio de orientación de sus ataques, cobran protagonismo las diagonales fuera-dentro de David Villa desde banda izquierda encontrando ventaja en la excesiva tendencia del lateral Abate a separarse de Nesta, generándose, así, los espacios por dentro para que entre el asturiano. En este sentido, como apuntamos de cara al partido de la primera jornada de la fase de grupos, el Barça puede sacar mucho rédito de las conexiones Messi-Villa e Iniesta-Alexis.