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Lahm la cometa, Javi Martínez el ancla

Lahm la cometa, Javi Martínez el ancla

Por muy a finales que sea, agosto siempre es temprano. Si el entrenador es nuevo en el banquillo, más temprano todavía. Este es el caso de Mourinho y Guardiola, por mucho que el sello del portugués haya seguido presente en Londres desde su marcha. La Supercopa, pues, llegaba pronto para ambos, y el rival que esperaba en frente no permitía una derrota. El duelo Mou-Pep tiene demasiada leyenda.

Así las cosas, el de Santpedor, tan romántico él pero al mismo tiempo tan pragmático, tiró de lo que mejor le ha funcionado hasta ahora. Es bastante común en Pep. Durante el año prueba, se divierte, inventa cosas nuevas, y llegado el tramo decisivo, mantiene lo que ha ido bien y desecha lo que no ha funcionado. En el momento de la verdad, es difícil verle insistir en algo que no ha terminado de cuajar. En la regularidad se permite licencias, el día D sólo le valen las certezas. Ahora retomará el libreto, su objetivo ya es la primavera, pero el viernes era una final, y nadie ha competido las finales como él. Así pues, tiró de 4-2-3-1 con Lahm y Kroos en el doble pivote, y Rafinha en el lateral derecho. El brasileño cumple y el dibujo permite que el resto de piezas encajen un poco mejor. Sobretodo ese tercer centrocampista que tantos quebraderos de cabeza le está dando aunque ya se intuya alguna solución genial. Müller, por lo tanto, hizo las veces de segundo punta o mediapunta -más bien lo primero- por detrás de Mandzukic.

Y después está Lahm, el movimiento más interesante desde que Pep aterrizó en Múnich. Ahora mismo es su hombre clave. Ni Ribery, Kroos, Schweinsteiger ni Robben. El hombre de Guardiola está siendo Philipp Lahm. Desde el primer día, Pep quiere relacionar al lateral alemán con la media, ya sea haciendo de interior o, como el viernes, en el doble pivote, o incrustándose en la línea viniendo desde atrás. Hace apenas unos días hablábamos de él.

Al Bayern el libreto de Guardiola todavía no le sale. El reto es enorme y no llevamos ni un mes de competición. Sin embargo, la Supercopa sirvió para avanzar un paso, sobretodo por el cómo. El caso es que a los alemanes les cuesta interpretar la partitura del catalán y el concierto les queda extraño. No atacaron fluido, no generaron con balón una futura ventaja sin él, y por detrás, el doble pivote Lahm-Kroos no puede soportar algo distinto. El equipo de Guardiola estuvo expuesto.

Hasta que entró Javi Martínez. Javitxu fue uno de los hombres de la temporada en Europa el curso pasado y uno de los nombres de la final de la Champions. Junto a Schweinsteiger, en esa pareja de no-mediocentros que lo dominaban todo a espaldas de Ribery, Robben y Müller. Cuando Pep se imagina su Bayern, seguramente al navarro lo visualice como central, pero hasta que su Bayern llegue, Javi será importantísimo para sostener la transición defensiva de los alemanes.  Hasta que todo pase por el balón. Mientras tanto, Javi Martínez.

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