Las posibilidades de David Alaba
Para un entrenador como Guardiola, obsesivo de la salida desde atrás, tener unos laterales como Lahm y Alaba es una bendición. Tanto que al primero ya le ha entregado el mediocampo como si de “su Xavi” se tratara, a la espera de que algunos terminen de llegar. En su lugar en el lateral derecho ha entrado Rafinha, otro de la cuerda de Pep. Un Maxwell. Cumplidor, afin al tipo de juego que busca proponer el míster y con alguna laguna defensiva que hace pensar que, irremediablemente, a la larga Lahm volverá a jugar atrás.
La banda izquierda, por su parte, tiene un propietario claro: David Alaba. Ascendido por Van Gaal –otro más a la lista– y consolidado con Heynckes como uno de los mejores laterales izquierdos del planeta. El austríaco, sin embargo, no empezó ahí y de eso se beneficia su juego. Los inicios de Alaba fueron bastante más arriba. Como mediapunta o interior primero, como “mediocentro” después. Las comillas van porque hasta la llegada de Pep el mediocentro del Bayern tenía ese nombre pero jugaba de otra cosa, ya fuese Schweinsteiger o Javi Martínez. Sería más preciso hablar de dos interiores que de dos mediocentros. Ahí Alaba compartió varios partidos con Bastian. Y la dupla fue curiosa. Con el alemán empezando por el centro abriéndose a banda derecha, y el joven David haciendo lo propio en la izquierda cuando la salida cambiaba de perfil.
Finalmente, como ni Rafinha en la derecha, ni Pranjic ni Braadfheid en la izquierda terminaron de asentarse, al polivalente Alaba lo probaron en el lateral. Y hasta hoy. El mejor, de largo, la temporada pasada, esta va camino de repetir. Además ahora lo entrena Guardiola, que sabe que en David tiene un caramelo para el fútbol que quiere implantar en Múnich.
De entrada Alaba es un lateral largo, lo qual casa muy bien con la salida de tres con el mediocentro entre centrales que está usando el Bayern. El lateral puede irse arriba, fijar la cal y además es una amenaza si le llega el cuero. Pero con él, Pep no va por ahí. O no siempre. El Bayern en banda no tiene a Pedro, Messi, Iniesta o Villa. Tiene a Robben y Ribery. Extremos. Para ser exactos el francés no lo es, pero le gusta empezar bien abierto, de ahí que se alterne bastante las alturas y la profundidad con su compañero de banda. Con los delanteros abiertos fuera, pues, a los laterales se les utiliza por dentro. Ya escribimos sobre lo que intuimos sucederá con Lahm una vez Götze se sume al engranaje, y el caso de Alaba, aunque distinto, guarda paralelismos. Durante muchos minutos es interior izquierdo.
En la salida del Bayern, cuando el mediocentro se situa entre los centrales, normalmente es el hombre que sobre el papel ocupa el interior izquierdo quien se acerca a la base -Kroos, Thiago o Schweinsteiger- y entonces el lateral -Alaba- es quien ocupa su lugar yendo por dentro. El aclarado es notable, con Ribery estirando fuera y el interior arrastrando al circulo central. Además el Bayern juega con nueve, así que tampoco puede encimarle el central. La salida por Alaba, ahí, resulta muy poderosa. El jugador, con metros, acuchilla por dentro, llega arriba, y una vez allí, sabe levantar la cabeza, mirar alrededor y combinar. No en vano fue medio. Decía Pep Guardiola que como entrenador siempre ha tenido la tentación de sumar centrocampistas, que siempre querría poner más. Con Alaba tiene uno en el lateral izquierdo.
Artículos relacionados: