Sólo Andrea puede ser Pirlo
Aunque el Mundial fuera de Cannavaro y aquel Milan de Shevchenko o Kaka’, Italia lleva una década siendo Pirlo. Seguramente ha sido su rasgo más singular, su pieza especial. Jugar de Pirlo. En el ocaso de Andrea, ser italiano, mediocampista, técnico y organizador, automáticamente te sentaba en las espaldas el peso de su dorsal 21. Y como este retrato robot no ha abundado mucho en el Calcio de los últimos años, a los pocos que había les tocó cargar el doble. Riccardo Montolivo es el ejemplo más claro. Aquilani seguramente sea el otro.
Cuando Pirlo salió de Brescia rumbo al Inter, era mediapunta. Poco protagonismo y un par de cesiones después, recalaría en el Milán de Ancelotti. No cambió de ciudad ni de estadio, pero mudándose unos metros atrás en el césped, pasó de ser un futbolista de buen pié y poca presencia, a convertirse en el mediocentro de la década. El mismo camino siguió Montolivo, pero con diferente destino. Ya en la Fiorentina pasó de trequartista a mediocentro, y cuando Andrea se llevó los títulos de Milán a Turín, fue el elegido para sustituirlo sobre el verde de San Siro.
Pero no es Pirlo y eso castiga, por bien que su rendimiento en este Milan le ha valido la capitanía. Tras la llegada de Nigel de Jong el pasado año, los rossoneri optaron por que sin Pirlo nadie jugase “de Pirlo”, y han cambiado la forma de entender al mediocentro en su equipo. Menos especial. Seguramente necesario. Montolivo quedó para jugar a uno de los lados del holandés. Estas semanas sin Kaka‘, no obstante, ha andado el camino en dirección contraria. Tiene pié, visión, llegada y disparo. Ha vuelto a ser mediapunta. Pero Kaka’ ya está de vuelta.