Rafinha & Augusto
Enero, en el Celta, está siendo el mes de Rafinha. Está de dulce. Su posición en el conjunto de Luis Enrique, durante los primeros meses de competición, fluctuó entre el extremo y el interior. Al equipo le ha venido mejor en la primera, pero al brasileño no se le puede encerrar en la cal. No se debe. En los últimos partidos, seguramente los más inspirados del canterano culé, Lucho ha encontrado una fórmula que parece óptima. Su pareja es Augusto Fernández. Desde el interior derecho, el argentino, es el reverso de los movimientos de Rafinha. Uno empieza fuera y termina dentro y el otro hace el camino inverso. A Rafinha se le permite recibir con los espacios y el tiempo que da la banda, e irse hacia dentro donde a su rango de pase se le abre el abanico. Mientras tanto, Augusto, abierto, sujeta al lateral contrario: Rafinha gana la espalda del mediocentro rival sin que nadie le siga.
Este movimiento en X de los celtiñas gana especial sentido fuera de casa. En Balaídos es más fácil y frecuente que el Celta se asiente en campo rival, que la posesión se alargue. En ese escenario la cadena de pases da tiempo a que Hugo Mallo se incorpore y sea quien fije la banda. Cuando esto sucede, Augusto, como Álex López, carga el área. Las dos diagonales se convierten en dos paralelas y una perpendicular. Este fin de semana, Augusto no va a estar. Vio la quinta tarjeta amarilla la pasada jornada y cumplirá ciclo. Rafinha perderá a su socio, y será el lateral quien tendrá que responder. Por suerte el Celta juega en casa y ante un Betis en una situación muy delicada. Es de esperar que los locales logren acampar en la mitad verdiblanca y Hugo Mallo pueda correr la banda. Rafinha se irá hacia el centro, a la frontal que Álex López le limpiará internándose en el área. Sin Augusto, plan B.
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