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Lo mismo y lo nuevo del Villarreal

Lo mismo y lo nuevo del Villarreal

De todos los equipos de Primera División,seguramente el Villarreal sea el que ha empezado en mejor punto de forma la temporada. Porque ha empezado a competir antes que la mayoría, y porque a diferencia de Athletic o Real Sociedad, no ha sufrido ninguna baja traumática. El de Marcelino es, a grandes rasgos, el mismo equipo que el año pasado, en el que siguen Musacchio, Bruno Soriano, Cani o Gio Dos Santos. A lo largo del verano se han sumado al proyecto el serbio Rukavina -una oportunidad de mercado en el lateral derecho que peleará el puesto con Mario Gaspar-, un central como Víctor Ruiz para completar un cuarteto de plenas garantías en la categoría, el prometedor Luciano Vietto, Denis Cheryshev o los ex-azulgranas Jonathan Dos Santos y Javi Espinosa.

A partir de su 1-4-4-2 habitual, el Villarreal sigue siendo un conjunto completo y equilibrado que quiere el balón para jugarlo rápido, que amenaza por dentro y por fuera, y que maneja registros más que suficientes para enfrentar distintos escenarios de partido. Si lleva la iniciativa sabe mandar, y si se la quitan espera ordenado, selecciona dónde recuperar y sale rápido. Tácticamente, seguramente su rasgo más característico sea la tendencia central de sus mediocampistas de banda. Esta singularidad, ya tradicional en el Submarino Amarillo, que tuvo a Riquelme, Pirès, Cazorla, Borja Valero o Cani como ejemplos, desde que lo entrena Marcelino parece algo más matizada. Al técnico asturiano le agrada poder manejar ambos registros, y si ya la temporada pasada con Hernán Pérez y Javier Aquino tuvimos un ejemplo de ello, en ésta son Espinosa y Cheryshev quienes encarnan esas dos posibilidades. El canterano culé es el mediapunta en banda -normalmente la derecha cuando ha coincidido con Cani- con tendencia a irse a la posición del 10, y el madridista el punta de diagonal profunda con el destino final situado entre el pico del área y el punto de penal.

Por lo visto hasta ahora, jugar con el ruso le simplifica ciertos mecanismos al entrenador, de modo que Espinosa durante estos primeros partidos, parece tener reservado un papel de segundos tiempos. La presencia de Cheryshev en la izquierda, implica una novedad respecto a la pasada temporada, como es que Cani empieza en la derecha. El circuito de salida Bruno-Cani a menudo se mantiene acercándose el mediocentro también al sector diestro, de modo que las principales consecuencias del cambio son que el mediapunta aragonés adopta una posición incluso más centrada que cuando parte de la izquierda -la banda derecha le produce un efecto parecido al que vimos en Neymar ante el Manchester City la temporada pasada-, y que en campo rival el ataque amarillo se verticaliza. Cani la pide un poco más arriba y encuentra más opciones para filtrar el pase profundo.

En el inicio de la jugada, el centrocampista del lado contrario mantiene la posición abierta, para dar espacio a la recepción interior del jugador del otro costado.

La típica jugada del Villarreal en la que el mediapunta de banda pasa al mediocentro y se va al centro para que un punta lance el desmarque a esa orilla liberada, en este caso, a veces deja lugar a un juego con menos estaciones previas en ataque. El pase extra en la transición defensa-ataque para lograr un instante de pausa justo antes de volver a acelerar, sin embargo, sigue siendo la jugada base del cuadro de Marcelino, pero ahora tiene una alternativa más. Como lo es Uche cuando el rival cierra bien la salida en corto y se busca una solución más directa.

Además, jugar con Cherychev arriba le permite al Villarreal estirar la zona de Cani y fijar los tres carriles sin necesitar una posición tan adelantada de los laterales, lo cual repercute en una transición defensiva más segura en la que más futbolistas amarillos se sitúan por detrás de la línea del balón. Especialmente interesante resultará esto el domingo para los locales. Ya sabemos y hemos visto que con Luis Enrique los laterales van muy arriba y a la vez, y el Villarreal es un equipo en el que, como mínimo uno de los hombres encargados de seguirlos, va a terminar sus ataques muy centrado. Además, defendiendo en campo propio, los de Castelló tienden a reforzar el centro -ante Messi es previsible que también lo hagan- cerrando la posición del centrocampista del lado contrario por el que circula el balón. En el cambio de orientación de Bravo, Piqué, Bartra o Rakitic, y la posición clavada arriba de Jordi Alba, pues, el Barça puede encontrar un mecanismo más que interesante.

Para el croata será una buena prueba después de la grata impresión mostrada, tanto en ataque como en defensa, durante la primera jornada de Liga. En ella le vimos especialmente atinado corrigiendo la posición de Busquets, y el Villarreal, el domingo, va a atacarla con insistencia y variedad. Cani, Gio Dos Santos o, en el segundo tiempo, Espinosa, serán una buena piedra de toque.

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