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Un concierto de violines

Un concierto de violines

Leo_MessiEmociona. Plantado sobre el verde césped del Camp Nou, el himno de la Champions de fondo y un concierto de violines por flequillo, le gritó al Manchester City, sin rastro de tacto ni empatía, que anoche, en sus dominios, la gesta que pretendían era imposible. Que no habría remontada, porque aquel balón era suyo, él era Leo Messi y juntos lo pueden todo. Emociona. El primer tiempo del argentino, contra un cuadro skyblue bastante mejor plantado que en la ida, no está ni ha estado al alcance de nadie. Fue un sopapo de superioridad, y al mismo tiempo, la seducción de una caricia. Omnipresente, dulcísimo técnicamente, cruel en el guiño, delicado con el juego y punzante con el horizonte. De izquierda a derecha y de derecha a izquierda. También por el centro como si fuera percusión. Por todas partes y de la mano del fútbol al que le va descubriendo el camino. Emociona.

Tanto pudo el primer tiempo de Leo Messi que hoy opacará probablemente una de las mejores actuaciones de su equipo en lo colectivo, y de alguno de sus compañeros en lo individual. Andrés Iniesta, por ejemplo, especialmente al inicio, jugó sus mejores minutos en bastante tiempo. Quizá los mejores que ha disputado en el equipo de Luis Enrique. Encontró buena sociedad con Neymar cuando la sombra de Messi todavía dejaba rincones del campo con sol, combinó por fuera y como grata novedad ganó protagonismo por dentro. A la espalda de un Touré Yaya que al retorno ya lo atiende muy poco y que provocó que a poco tardar Pellegrini intercambiara los perfiles de sus dos mediocentros. A la postre fue peor el remedio que la enfermedad, porque aunque Milner fuese un apoyo para Kolarov en la defensa sobre Messi, el marfileño le abrió la puerta al 10 hacia el interior desde donde incendiaría el castillo. El lateral serbio, previa conversación con su entrenador, quiso aprovecharlo progresando por una banda en la que Alves defendería solo, pero aunque llegó, los visitantes no tradujeron estas situaciones en demasiado peligro y a cambio descubrieron la zona de recepción favorita de La Pulga.

Si durante estos minutos de compostura citizen los ingleses generaron bastante menos de lo que merodearon, se debió más que al desatino propio al acierto ajeno. Las llegadas (esto sí) de Touré, las apariciones de David Silva en tres cuartos o los siempre perversos movimientos del Kun, encontraron una respuesta a la altura en Dani Alves, Mathieu, Piqué, Mascherano o, sorprendentemente también, Andrés Iniesta. En el caso del central catalán, además, le favoreció que Pellegrini optara de salida por un dibujo con una sola referencia arriba, pues Mathieu se ocupó de la marca y Gerard quedó habilitado para corregirlo todo. Estuvo perfecto. También por arriba, en jugada y a balón parado, donde otra vez liberado del seguimiento de un rival, tuvo el balón como objetivo y gobernó con autoridad el cielo sobre el área de Ter Stegen. En salida, encontró en los apoyos de Luis Suárez una alternativa jugosa al más frecuentado inicio por fuera, y no siendo nuevo en este Barça el juego de espaldas del uruguayo, quizá por la naturaleza de los centrales a los que anoche enfrentaba, sí dio la impresión de ser más fértil.

A los apoyos, Suárez sumó movimientos de amplitud para rellenar la banda que Messi como epicentro desocupaba, aunque fue Rakitic el azulgrana que con más profusión se encargó de ello. Siempre pendiente de la posición de Leo para compensar, su entente posicional es ya muy grande, y pueden rescatarse en el partido más jugadas con él de extremo que con el argentino ahí. Fue, de todos los culés, el futbolista más profundo por ese lado, aunque el protagonismo le llegara justamente desde el perfil contrario acudiendo a rematar a la red un pase teledirigido de Messi.

El segundo tiempo, abrumado por los primeros 45 minutos del 10, igualó las fuerzas entre los contendientes a partir de la entrada de Jesús Navas, que unida a una bajada de intensidad general en el lado catalán, hizo más profundos los ataques del Manchester City. Progresando por la banda de Jordi Alba y Andrés Iniesta, el de Los Palacios llevó al Barça hasta la raya de fondo y a retrasar en exceso sus dos últimas líneas. Acostado en el área, como el Barça libera a su tridente de ataque de obligación en el retorno para aprovecharlos en su máximo esplendor a la contra, los azulgranas resistían en el área pero perdían la frontal. Los rechaces y segundas jugadas eran para los azules ya que también la línea de medios culé, que además era sólo de tres hombres, terminaba prácticamente en el interior del área. La entrada de Navas no fue el único movimiento de Pellegrini al descanso, pues adelantó la posición de Touré Yaya y recompuso el doble pivote retrasando a Milner. Con el marfileño muy arriba, Silva en la mediapunta y Kolarov llegando para mantener abierta la banda izquierda, los visitantes lograron más intimidación, en parte también, porque ahora Piqué sí tenía de quien estar pendiente.

De todos modos, el Barça se las arregló para aguantar, ganó aire con la entrada de Bony, y en ningún momento dejó de generar peligro cuando sus tres puntales salían en avalancha. Messi, Neymar y Suárez encontraron un caudal infinito de peligro y ocasiones, que sólo la mala puntería en la definición y el sobrevenido acierto de Joe Hart bajo palos, alejaron de un botín goleador más justo con lo que fue el partido. Para cerrarlo, Luis Enrique echó mano de Rafinha, que lo primero que hizo fue darle instrucciones a Dani Alves para que guardara la posición, y lo segundo tratar de ofrecerle a su equipo más fases de descanso con balón, cuando ya el penalti provocado por Agüero había dado la voz de aviso. No generó más peligro el Manchester City. Sí el Barça, que aún probaría fortuna en las botas de sus tres delanteros. Una vez Neymar, dos Suárez y tres Leo Messi. De izquierda a derecha, de derecha a izquierda y también por el centro como si fuera percusión.

Comments:2
  • Alan 19 marzo, 2015

    Gran análisis Albert, la verdad es que plasmar el letras lo que le hizo Leo anoche al City es muy complicado.

    Durante el segundo tiempo, desde bastante antes del penalti, no te pedía el partido a Xavi a gritos? Para mi era como un ansia por dentro al ver tanto caos. Curiosamente el que más empeño puso en ocasiones para dar pausa y tiempo de descanso, fue Leo también xD

    Sobre el rato de pérdida en la zona de medios por que el tridente estaba arriba sin bajar nunca, hay una jugada en la que se ve clarísimo a Alba gesticulando con los brazos como señal de «Hey hey apaguemos esto que se nos quema», y a los 5seg aparece Ney en pantalla.

    Saludos!

    Reply
    • Morén 19 marzo, 2015

      Gracias, Alan.

      Es que el Barça de Luis Enrique hasta ahora nunca ha pretendido protegerse del asedio con balón. Es más del Adriano por Alves, de meter a Mascherano en mediocampo o incluso a Rafinha que sí tiene más de lo que comentas. A Xavi lo contempla de otra forma, no tiene pinta que quiera defenderse tocando.

      Reply

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