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Algunas consecuencias

Algunas consecuencias

pepguardiolacropped-da90grkscwne1ufu2iw5xh44y copiaFue un bonito cero a cero y un empate positivo para los intereses del Bayern de Pep Guardiola, pues tras él mantiene la distancia de cinco puntos respecto a su principal perseguidor habiendo pasado ya por su temible estadio. En lo que respecta al juego, ejemplo de que los goles son la salsa del fútbol pero que sin salsa también se puede comer muy bien, sorprendió con su planteamiento Thomas Tuchel modificando el habitual 1-4-3-3 para amoldarlo a las características de su contrincante. Erik Durm, antaño atacante, otras veces lateral izquierdo y habitualmente reserva, entró en el once desempeñando un papel en banda derecha cercano al que suele tener un carrilero. Con su presencia el Dortmund cerró la posición de Piszczek que pasó a ejercer como tercer central, quedando de este modo los locales, a la hora de defender, parados con una línea de cinco hombres atrás.

La estrecha vigilancia de Hummels sobre Müller llevó en varios momentos al central del Dortmund a salir lejos de la línea defensiva.

La estrecha vigilancia de Hummels sobre Müller llevó en varios momentos al central a salir lejos de la línea defensiva.

La variante introducida por Tuchel venía a casar muy bien con algunas de las principales fortalezas que está mostrando ésta temporada el Bayern, pues con una defensa de tres centrales más dos carrileros, por un lado se reforzaba el área ante el abastecimiento que este año surte a Lewandowski y Müller, y por el otro se facilitaban las ayudas y favorecían los dos contra uno en la zona de los extremos bávaros. Sobre todo en el duelo de Durm frente a Douglas Costa, que contaba con el auxilio de Piszczek. En la orilla contraria, Robben disponía de algún aclarado más delante de Schmelzer debido a que el central izquierdo del Dortmund -Hummels- desempeñó una vigilancia muy estrecha sobre los movimientos de Müller que no sólo lo alejaron de su lateral sino que lo llevaron, por momentos, a salir en persecución de Thomas más allá de la línea divisoria.

El ajuste defensivo de Tuchel escondía también una intención ofensiva, y es que si con la defensa de cinco las ayudas en banda podían llegar desde el interior, a los futbolistas más adelantados del Dortmund se los podía, hasta cierto punto, liberar del retorno defensivo y dejarlos descolgados para amenazar por velocidad a la contra. La zaga del Bayern volvió a ser de emergencia y estuvo integrada, de nuevo, por Lahm, Kimmich, Alaba y Bernat. Tres laterales ofensivos y el nuevo joven central de Pep que evidenció que la posición no es en la que ha crecido pero que dejó acciones de mucho mérito por puro aporte individual. Ante el peligro de Reus, Aubameyang y Mkhitaryan, demostró ser un gran futbolista pese a no ser todavía demasiado buen central.

Tras varias carreras a campo abierto de alguno de ellos contra la delicada zaga, Guardiola se vio condicionado a mantener más o menos sujetos a los cuatro jugadores que le daban forma. De este modo logró un punto extra de estabilidad defensiva, pero al mismo tiempo se resignó a tener menos presencia en la frontal de su rival. El esquema del Dortmund, con únicamente dos centrocampistas, la ofrecía, pero con Hummels encima de Müller, un Robben desequilibrante pero incompleto y tanto Lahm como Alaba sin poder gozar de la libertad que tienen otras veces, la posesión bávara se localizó varios metros por detrás, cerca de los dominios de un Lahm que esta vez no pudo jugar tan suelto. En este sentido, se echó de menos a Thiago ya que la mediapunta fue casi únicamente para Vidal, y si bien el chileno desde ahí suma carga, llegada y despliegue, no posee la claridad en el gesto que pareció faltarle al Bayern en esa zona del campo para terminar haciendo suyo el partido.

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