
Donde esté Busquets
Messi es un comodín. Es tener más ases escondidos que mangas para esconderlos. Saberse todos los trucos del videojuego. Es tiempo y margen de maniobra. La posibilidad de errar sin que acarree consecuencias. Cambiar de esquema táctico, sobre todo cuando el cambio no implica sólo alguna modificación superficial sino novedades sustanciales, es una maniobra delicada y con riesgos. Demanda reencontrar el lugar de cada tiempo y el orden de las palabras al hablar, y si no se logra el resultado puede ser como arrojar un petardo sobre un hormiguero. No es fácil, aunque con Leo a veces lo parezca. Tan interesante es manejar alternativas e incrementar el muestrario, como complejo lograrlo sin sobresalto y ensayo-error. Ante esta dificultad se topó anoche el F.C.Barcelona en el Borussia Park, frente a un rival que supo moverse en el cuadrilátero para sacar provecho de las neuvas preguntas que el 1-4-3-1-2 con el que formaron los catalanes les obligaba a contestar. La medida, en gran parte, tenía su razón de ser en la presencia de una doble punta enfrentada a la defensa de tres centrales que de nuevo alinearon los alemanes, pero su eficacia específica apenas pudo medirse porque mientras la dibujaron en su ataque los de Luis Enrique no lograron llegar hasta ella de la forma pretendida.
El circuito de salida, sin las referencias abiertas que en ataque suelen ofrecer los extremos al menos de partida, tuvo dificultades para alcanzar las orillas, y condenado a transcurrir por dentro muy a menudo se topó con la telaraña tejida por André Schubert para ocupar con más efectivos una zona que no pocas veces su equipo ha visto más despoblada. Wendt y Traoré, sin espaldas que atender, marcaban el ancho y la vigilancia de los laterales, de forma que en el carril central pudieran juntarse hasta cuatro futbolistas para dificultar el desarrollo al mediocampo azulgrana. Stindl, mediapunta llegador, y Thorgan Hazard, sobre el papel segundo punta, cerraban justo por delante del mediocentro, a la altura de Dahoud, formando una línea de tres que trabajaba sobre las recepciones, giros y desmarques de Rakitic e Iniesta. Los interiores del Barça, por su parte, perdían a su habitual apoyo. Debido a que sin delanteros de banda, el carril, como en aquel plan inicial de Luis Enrique cuando aterrizó en el banquillo catalán, debía ser encargo de los laterales, Sergio Busquets se integraba en la misma línea que Mascherano y Piqué para, formando un cierre de tres hombres, impulsar tanto a Sergi Roberto como a Jordi Alba con tal de que ganaran metros. La contrapartida, que quizá también generalmente pero que en concreto en el partido de anoche se hizo sentir más que cualquier ventaja, fue que el mediocentro barcelonista a menudo quedó demasiado lejos del punto en el que su equipo perdía el control del cuero y, por lo tanto, de la presión adelantada en la que sobresale y que tanto valor adquiere para el Barça tanto en cuestiones relacionadas con la defensa como también con las que tienen que ver con el ataque.
El Borussia Mönchengladbach, en pies de un Mahmoud Dahoud que finalizó el primer tiempo con un 100% de acierto en el pase, salía, y el Barça no tenía cerca de esa salida a su mejor pretoriano. Viendo las dificultades que le sobrevenían al plan inicial, pues, Luis Enrique reajustó con un primer movimiento que consistió en acercar más a Neymar a la banda izquierda. Hasta entonces fijo en la mediapunta, ladearse no mejoró su actuación -que fue participativa pero desacertada-, pero sí empezó a darle al equipo alguna ruta más conocida dando con un hombre abierto donde suele tenerlo. Aún a oscuras, pudo volver a dejar el vaso de agua donde siempre ha estado la mesita de noche. Paulatinamente, el Barça fue retornando a la estructura que suele darle el 1-4-3-3, inicialmente ocupando la derecha con un Alcácer decantado pero que intercambió movimientos con Luis Suárez, y un Rakitic perdido sin Messi pero que mantuvo sus desmarques dentro-fuera en ausencia de un delantero en su banda, y definitivamente con la entrada de Rafinha al campo antes de que se contaran diez minutos del segundo tiempo.
Con el brasileño, el redibujo fue claro, y todas aquellas dificultades estructurales que habían castigado al cuadro azulgrana reandaron sobre sus pasos. La salida de balón, tenía ahora a quien encontrar abierto a ambos costados, el juego llegaba arriba y como los laterales ya no debían ser impulsados con la misma furia que antes Busquets recuperó su espacio en mediocampo para presionar. La jugada del empate resultó el resumen de todo esto: los visitantes iniciaron juego con sólo Piqué y Mascherano en el cierre, Sergi Roberto encontró a Rafinha por delante para darle altura al ataque, los culés movieron y se juntaron en campo contrario, perdieron el balón muy arriba, Busquets encerró al Gladbach en apenas 25 metros, el Barça recuperó el balón y de la recuperación llegó el gol. Obra de un Arda Turan que dejó muy buenos minutos en un interior derecho transformado casi en mediapunta, totalmente asomado a un balcón del área que desde su entrada y hasta el final, los de Luis Enrique cercarían en busca de lo que fue una victoria con escaso brillo pero que puede ser trascendental en el futuro del Grupo C.
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– Foto: Patrik Stollarz/AFP/Getty Images
Roque 29 septiembre, 2016
Creo que Luis Enrique esperaba una presion alta asfixiante y poner a Alcacer ante ese planteamiento aleman era bastante interesante para lanzar o finalizar esas contras, creo que ese es el plan si no esta Messi, jugar a adivinar que ara el rival para meter las piezas que puedan dañarle mas, sino esta Messi no hay plan B, pero el Borussia salio en bloque medio y el equipo no funciono, creo q perder habria sido injusto, terminar la primera parte lo era, y no creo que se le pueda achacar a Paco Alcacer, para ganar a bastado con abrir un poco las bandas y con mas calidad entre lineas.
Adrián 29 septiembre, 2016
Con lo de que Busquets encerrase al rival en 25 metros , quieres decir que la inclusión del medio centro entre centrales formando una primera línea de tres jugadores fijó una altura más allá del centro del campo para establecer la fase inicial y provocar un bloque bajo del rival, ¿ no ? Y que por fijar una altura, esa línea supuso superioridad numérica y por consiguiente repliegue de los rivales más adelantados de su equipo
Luis Glez 29 septiembre, 2016
Como dijo Albert, hablando de grandes actuaciones de centrocampistas contra el Barça, Dahoud me pareció uno de estos élite, que pronto podría aspirar a liderar un centro del campo de un equipo más puntero.
Por otro lado, sobre la cuestión Alcácer, me gustaría apuntar que nunca ha sido un delantero muy participativo, siempre ha tenido ese problema tanto lejos del área como incluso cerca de ella. En mí opinión, el Barcelona a lo máximo que podría aspirar es al Alcácer de la selección española de aquellos partidos en los que se buscaba un 9 que mezclara bien con el estilo del equipo, donde el delantero centro siempre quedaba un poco más apartado. Sin embargo, las veces que intervenía siempre lo hacía con acierto y en ocasiones mejorando bastante la jugada de ataque en sí.
Mauro 29 septiembre, 2016
Igual es un disparate pero lo quiero comentar, disparate porque igual no da el nivel pero como idea pienso que es buena, contra la defensa de 3 del Gladbach de ayer no hubiese sido muy util un extremo bien abierto en banda? eso hubiera mantenido mas fijo uno de los carrileros alemanes el carrilero izquierdo y les hubiese dejado cojos de una banda, ese extremo hubiera podido ser Aleix Vidal que es el unico extremo-extremo que tenemos, contando todo esto que Aleix estubiese en plenas condiciones fisicas y animicas. Contra una presion adelantada del Gladbach hubiese sido una amenaza a la contra por su velocidad sostenida, ante bloque medio o en defensa posicional del rival y al estar pegado a banda hubiese obligado al carrilero izquierdo a guardarse mucho mas en defensa y al central izquierdo a estar pendiente de la cobertura, lo que hubiera abierto y tirado para atras algo mas al equipo aleman, por ultimo Vidal tambien hubiera echado una mano en defensa, no se si hubiera dado el nivel en aataque pero estando en plena forma podria haber incordiado bastante, otra cosa es la realidad ya que LE le tiene medio apartdo del equipo.
Morén 29 septiembre, 2016
@Adrián
Cuando digo que Busquets encerró al Gladbach en 25 metros me refiero a cuando el Barça pasó al 4-3-3 y dejó de situar al mediocentro entre centrales. Busquets pudo regresar al mediocampo y, como consecuencia, presionar mucho más arriba, casi en la frontal del área del Borussia. Y con él todo el equipo. El problema con el 4-3-1-2 me pareció ese: que Busquets quedaba muy atrás y no podía empujar a la presión como hizo luego. En este sentido el gol del empate me parece muy ilustrativo por dónde permite Busquets recuperar el balón al Barça ya con el 4-3-3.
@Luis Glez
Absolutamente. Paco, por lo general, es un delantero de pocas participaciones -de hecho esto me parece un punto a favor del jugador de cara a compartir delantera con la MSN- y como ayer al Barça le costó mucho asentarse y darse tiempo arriba mientras él estuvo en el campo (no por él como individualidad sino por el cambio de dibujo que implicaba) se notó más.
@Mauro
La parte defensiva no, pero la ofensiva que planteas seguramente fuera similar a lo que buscó Luis Enrique cuando ya en la primera parte abrió a Neymar más a la banda de lo que había hecho en un inicio. Perder el balón en el centro para el Barça suele ser un problema (más con Busquets jugando atrás, lejos de la pérdida), y en este sentido marcar una referencia exterior a la que abrir el pase, además de una ruta fácil en la salida de balón para ganar altura y meter el balón detrás del mediocampo rival, es también una forma de encerrar más el balón cuando se pierde.
Mauro 29 septiembre, 2016
No entiendo lo de la parte defensiva no, a que te refieres exactamente?
Morén 29 septiembre, 2016
En el sentido de que si bien el Neymar más abierto a partir del 30′ en ataque se pareció a lo que planteas con Aleix, a nivel defensivo no se buscó con el brasileño lo que apuntas al final (“por último Vidal también hubiera echado una mano en defensa”). Es decir, que seguramente Luis Enrique en ataque buscase algo similar a lo que propones, pero defensivamente no.
Mauro 29 septiembre, 2016
Ahh ok, la parte defensiva era un añadido no era lo mas importante en eso q proponía. Gracias por aclarar.
raul 29 septiembre, 2016
A mi me pareció más un 3-4-1-2 o algo parecido (con 3 centrales y 2 delanteros bastante claro)en el barça de normal defiende con 2 atrás, en cuanto pones 3 pierdes un efectivo arriba
Morén 29 septiembre, 2016
Es que en el inicio de la jugada lo es. Al no haber delanteros de banda se necesita que los laterales no sólo suban más, sino que suban antes (que ocupen posición de ataque cuando antes llegaban a ella) y para ello se baja a Busquets para, ensanchando con tres abajo, se impulse a Sergi Roberto y a Jordi Alba. El problema es el que dices, a mi modo de ver, sobre todo, a la hora de presionar porque el hombre más importante ahí -Busquets- queda muy lejos de donde se presiona.
Roque 29 septiembre, 2016
@Mauro
A Denis Suarez tambien se podria probar en ese extremo derecho, no es su mejor sitio pero ya a jugado en banda derecha a bastante buen nivel con el Villarreal, aunque seria menos ofensivo que Rafinha o Vidal ayudaria al equipo a juntarse mas arriba con el balon y SR podria doblarle mejor q a Vidal q estaria este mas pegado en banda, Arda en banda derecha no le fue demasiado bien habria q probar a Denis.