La primera vez del Leganés

La primera vez del Leganés

Los laterales del Barça

Una de las grandes diferencias entre la goleada al Celtic y el resbalón ante el Alavés, llegó desde los laterales azulgranas. Sergi Roberto y Jordi Alba, por el conocimiento de lo que deben dar y su encaje con lo que les rodea, son hoy por hoy dos piezas casi insustituibles cuando se trata de abrir defensas cerradas. A nivel compartido, ambos son quienes con más frecuencia deben interpretar el fútbol que demandan unos costados a menudo liberados, donde pese a la invitación para lanzar el centro al área, suele ser mucho más productivo un servicio en corto y hacia atrás, que junto al balón haga llegar al compañero más tiempo y espacio en el interior. Un envío que después de fijar atrás las marcas y empujar al rival contra la esquina, descargue en zonas más próximas a la frontal del área. Cada uno de los dos, además, a nivel particular es protagonista de sendas diagonales que en un contexto de poco espacio y vías cerradas vienen a facilitar el paisaje al resto. La profundidad del lateral izquierdo al espacio, como receptor del pase cruzado o como distracción para los defensores de Neymar, y el movimiento interior que Sergi Roberto presentó como novedad el martes con tal de comunicar a Leo Messi con los primeros pases de los centrales, serán movimientos a los que prestar atención si el planteamiento defensivo del Leganés logra la sobriedad que su técnico pretende.

Contra defensas de cinco

En tres de los cuatro partidos que entre Liga y Champions League ha disputado el F.C.Barcelona en este inicio de temporada, los culés han tenido que hacer frente a una zaga rival compuesta por cinco hombres. A las que presentaron Betis y Celtic las superó con claridad, mientras que la planteada por el Alavés surtió el efecto deseada y arrancó del Camp Nou un inesperado triunfo. Su próximo rival, el Leganés, no sólo maneja también esa variante sino que en dos de sus tres encuentros de Liga la ha usado como plan principal. Ante un Barça en que la MSN tiende a juntarse y en el que tras apenas un mes de competición ya se ha evidenciado el valor de las apariciones interiores de la segunda línea, ese efectivo extra custodiando el acceso al área y reduciendo las distancias entre los integrantes de la última barrera puede resultarle útil a los madrileños. Sobre todo si, como es su caso, el defensa de más no va en detrimento de los hombres de banda, pues ante la presencia ofensiva que adoptan ambos laterales en el conjunto azulgrana, jugar con un sólo futbolista por costado resulta una desventaja asumida de antemano en el tablero.

¿Dónde defender a los culés?

Sea con línea de cuatro o de cinco atrás, una cuestión interesante a resolver en el planteamiento del Leganés el sábado al mediodía será la altura a la que defienda al cuadro barcelonista. Por norma, los blanquiazules gustan de situar las líneas más o menos arriba, no tanto para efectuar una presión agresiva como para defender en bloque alto. Es un tipo de estrategia que ya antes ha hecho sentir incómodo al Barça, pero que con hombres como Neymar, Suárez, Alba o Rakitic amenazando con una posible entrada a la espalda de la defensa, queda a expensas de dos aciertos que ante los culés pueden verse comprometidos. Por un lado, en el equipo de Luis Enrique se esperan regresos como los de Piqué, Sergi Roberto, Ter Stegen o Iniesta, cuatro futbolistas que junto a Rakitic o Busquets deben hacer mucho por construir un inicio de la jugada que, como hiciera en San Mamés, se sobreponga a la contención adelantada del rival; y por el otro, una posible defensa de cinco en el Lega, sumaría dificultad a la hora de ajustar la colocación de las piezas y su coordinación marcando la línea del fuera de juego. Con espacios que explotar, hombres profundos con los que buscarlos y unos primeros pases que los emboquen, adelantar la zaga ante los catalanes conlleva riesgos muy claros.

Guerrero solo y acompañado

Miguel Ángel Guerrero Martín, el punta de Asier Garitano, no engaña. Su apellido lo deja claro. Como demostrara ya el curso anterior cuando militando en las filas del Sporting sacó petróleo del Camp Nou desde la solitaria isla a la que le condenó su equipo, el toledano es uno de esos jugadores que sin más compañía cerca que la de los centrales rivales es capaz de dar forma a pequeñas ventajas para los suyos. Incansable en el esfuerzo, luchador en el cuerpo a cuerpo y solvente protegiendo el balón de espaldas para dar tiempo a que algún socio gane metros, es el tipo de delantero al que puede agarrarse un modesto para respirar contra los grandes. Su hándicap, sin embargo, es la falta de sutileza con la pelota a la hora de continuar la jugada y hacer que evolucione en una ocasión de gol clara. Por eso, Garitano compensa sus carencias situando cerca de él a jugadores como Gabriel Pires, Unai López o Omar Ramos, futbolistas que sin perder el tono general de refriega de los pepineros, adornan la mediapunta con una dosis mayor de calidad para que tras pasar por sus botas la jugada de ataque mejore.

– Foto: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images