
Carles Aleñá: el interior que llega
El último interior salido de La Masia es distinto a los anteriores. Como si el vivero culé, consciente del cambio acontecido en el primer equipo con respecto a las funciones y al papel de los hombres que ocupan la demarcación, hubiese producido a uno capaz aparentar ser, perfectamente, uno de los fichajes de Luis Enrique para su medular. Con la interesante salvedad de que no lo es. Es decir, que él sí ha sido formado, desde bien joven, en el modelo instaurado en la cantera barcelonista hace ya casi tres décadas. Carles Aleñá forma parte de la misma paleta a la que han pertenecido Xavi, Iniesta, Cesc, Busquets o Sergi Roberto, pero tiene su propio color. En su caso el de un interior -como novedad- zurdo, más directo que de costumbre y con un destacadísimo recorrido en vertical.
Carles Aleñá Castillo
- Fecha y lugar de nacimiento: 5 de enero de 1998, Mataró
- Altura: 1,80 m
- Peso: 74 kg
- Pierna más hábil: izquierda
- Demarcación: interior
De inicio, sirva para contextualizar a Aleñá hacer mención a que el de Mataró, por regla general, se sitúa en el perfil derecho del mediocampo, esto es, a pierna cambiada, desde donde su salida natural, más que invitarle a una descarga relajada hacia el lateral o el extremo de su lado, lo lanza hacia arriba. Su bota izquierda mira mucho hacia adelante y poco en horizontal. De mantenerse en el futuro, como parece, su posición, es una parte de su fútbol que se matizará, salvo que su ascensión a la élite lo defina más como un interior de aceleración que de gestión. En su actual momento de maduración, todavía oscila entre ambas posibilidades, pues de igual modo que se trata de un centrocampista con querencia a alcanzar rápidamente los últimos metros, también resulta un interior asiduo a la base de la jugada, resultando en su juego un campo de actuación, en el plano vertical, muy vasto. En el inicio, no es nada extraño verle aproximándose al central derecho para recibir el primer pase, darse la vuelta y hacerlo avanzar.
Se incide en lo de darse la vuelta porque, jugando a pierna contraria, buena parte de sus recepciones en estas zonas todavía suelen producirse de espaldas, menos cuando el descenso lo realiza más abierto a banda de lo común para orientarse de perfil y salir hacia dentro. Cuando no es así, el recurso de Aleñá es el giro, que ejecuta con agilidad y confianza, valiéndose de un centro de gravedad bajo que pese a su altura le permite estar muy encima del cuero y de un tren superior poderoso con el que mantiene a raya al contrario. Estas dos cualidades físicas del canterano intervienen también una vez se ha dado la vuelta, en el momento que enfila la perpendicular de la mano de la que es otra de las señas más claras de su juego: la conducción. Situado en la derecha, lleva el cuero con el pie más alejado del rival, arrastra por potencia y maneja un ritmo en la zancada que le permite no tener que alejarse demasiado el balón en cada toque y la posibilidad de cambiar el ritmo o la dirección de la jugada aun cuando esta transcurre a muchas revoluciones.
Esta ventaja en carrera con respecto a su par traducida en desahogo, tiene que ver con su claridad en la toma de decisiones a la hora de resolver este tipo de situaciones. El regate, el pase filtrado, el disparo de media distancia o el cambio de orientación hacia uno de los compañeros de la orilla contraria, son soluciones que Carles Aleñá maneja una vez se ha adentrado en el último tercio del campo. Es esta una zona, también, en la que resulta frecuente verlo persiguiendo a un adversario cuando la posesión cambia de manos. Demuestra predisposición y físico no sólo para mantenerse activo y encimar al contrario en el momento de la pérdida, sino incluso para llegar muy arriba en el acoso en fases más posicionales de defensa. No le pesa ejercer de abanderado en ninguno de los momentos del juego, y pese a su corta edad, ya con el filial ha ejercido el liderazgo incluso en los encuentros más deslucidos del equipo o suyos a nivel individual. Capitán en categorías inferiores desde muy joven, sorprende su grado de madurez y responsabilidad pese a la juventud y la poca experiencia en su actual categoría.
Por último hacer mención, tanto por lo que han sido las apariciones de Aleñá con el primer equipo como por la adaptación de sus características, al posible acomodo del jugador en la posición de extremo derecho. Teniendo en cuenta su camino, la necesidad dado su ímpetu vertical de tener espacios por delante hacia los que dirigirlo, y su apego a participar de las fases más tempranas del ataque, el puesto hoy por hoy parecería cumplir más con el papel de escala. Una en la que, como tantos otros y llegado el caso, madurar su fútbol hasta que esté listo para trasladarse a la línea de medios. Al jardín de las esencias que, si todo va según lo previsto, con Aleñá tendrá un aroma nuevo.
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– Lluis Gene/AFP/Getty Images
Borja 27 octubre, 2016
Parece un perfil de jugador muy parecido a Rafinha no?
Morén 27 octubre, 2016
Alguna cosa en común tiene, sí, ni que sea (y no sólo por eso) por ser ambos zurdos y que Rafinha también juegue muchas veces en la derecha. Como diferencias yo diría que Aleñá es más vertical que Rafinha, llega mucho más, y que seguramente también abarque zonas más retrasadas cuando juega de interior. El brasileño es más mediapunta, y Carles un jugador que aunque llega muy arriba, a la hora de empezar lo hace desde abajo.