
La puerta detrás del espejo
Neymar es, de largo, el futbolista que más regates completa por partido en la liga española. Promedia más de cinco, y en las últimas jornadas, coincidiendo con un estado de forma que remite al nivel que demostró en 2015, la cifra se ha disparado. Ante el Athletic Club de Bilbao firmó hasta ocho, un registro palpable de lo incontenible que resultó el brasileño para su par Óscar de Marcos y, en general, para el sistema defensivo de los rojiblancos en campo propio, erigiéndose en principal vía de escape de un Barça que, durante buena parte del encuentro, no estuvo cómodo sobre el césped del Camp Nou. ¿Cuál es la mejor manera de enfrentarse al Barça de Luis Enrique? Se trata de la complicada y seguramente irresoluble pregunta que se ven obligados a responder los rivales de los culés cada vez que tienen que medirse a ellos. La presión, indudablemente, es un aspecto del juego al que, ejercido eficazmente, los azulgranas tienen enormes dificultades para sobreponerse. El circuito que guía los primeros pases barcelonistas tiene lagunas y zonas oscuras, y esta es una realidad que por recurrente también tiene una afectación en el equipo a nivel emocional. Lo confronta con algo que no sabe hacer, o que no sabe hacer lo bien que su categoría dictaría. Es un espejo que no le muestra todo cuanto querría ver reflejado en él.
Así pues, la presión fue la apuesta de Ernesto Valverde, consciente de que este es el escenario en el que más se reconocen sus pupilos y, a su vez, en el que menos se reconocería su adversario. Además, sin Busquets ni Andrés Iniesta en el once y con una línea de medios en su lugar de escasa influencia en el juego y que apenas ofreció soluciones tácticas o técnicas a Ter Stegen, Umtiti o Gerard Piqué, durante parte del encuentro el juego transcurrió con dominio visitante, al menos, en lo referente al guión y al decorado. El Barça progresaba con dificultades, hilaba poco en la medular y cuando el Athletic se hacía con el cuero podía encontrar a Muniain para el temple o atacar la banda de Aleix Vidal para desequilibrar a la defensa del Barça. En estas, el lateral catalán normalmente afrontó la embestida fuera de posición, facilitando que, por turnos, los rivales le ganaran la espalda y obligaran con ello a un sobreesfuerzo posicional de los azulgranas más próximos a su zona. Además de a exponerlos a ellos, el desajuste tensionaba el resto de la estructura defensiva del equipo y allanaba el camino para un Iñaki Williams muy entonado. Los problemas para sacar el balón y para cerrar el perfil derecho, pues, dieron paso a un desarrollo que resultó molesto para los locales hasta bien avanzado el partido.
En este tipo de escenario, más afín al que suelen desear los de Valverde, sin embargo, Luis Enrique se guarda siempre un, dos o tres ases en la manga para imponerse pese a la inferioridad discursiva, impactar sobre el marcador y afectar con ellos al estado anímico del duelo. Es un riesgo que el rival siempre tiene presente, pero que se extrema cuando, por pretender una presión adelantada, asume dejar una puerta abierta por la que pueda filtrarse la diferencial calidad de los delanteros del Barça. En esta ocasión, quien más veces la cruzó fue el mencionado Neymar, pletórico de físico, imaginación y confianza, cuya actuación sólo tuvo que lamentar la mácula del desacierto en la definición. Lo compensó con una hiperactividad en su sector que ayudó a que Paco Alcácer firmara su tarde más positiva como azulgrana, proponiendo buenos movimientos lejos del área y reencontrándose consigo mismo en ella con la acción del primer tanto del encuentro. Su presencia y amenaza, así como la de un Leo Messi reclamado para ejercer de socio en la delantera y de auxiliador en la medular, fue la que hizo sentir cercana la victoria incluso cuando más a mano le pareció tenerla al rival. Detrás del espejo, siempre hay una puerta por la que el Barça de Luis Enrique puede hacerse con ella.
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– Foto: Lluis Gene/AFP/Getty Images
Detaquito 6 febrero, 2017
Mala tarde para Piquet que ha jugado con molestias veremos si llega para jugar el martes. Ví bien a Mache en remplazo. Nunca me pareció ver en peligro el partdo para el Barça pero claro si marcaba el Atletic las que tuvo, a ver como reaccionaba el equipo. Están en un buen tono físico, suplentes incluídos, con ganas. Gran Neymar secundado por un veloz Aleix Vidal como delantero, buena pareja de ataque. Un saludo.
Arbmas 6 febrero, 2017
Ante el atleti y viendo que es un partido donde tendras que guardarte y golpear a la contra yo probaria de poner a Aleix Vidal de extremo izquierdo, buscando la profundidad y aprovechando los espacios que dejará el Atleti detras, Vidal por su alta velocidad sostenida en muchos metros seria alguien que o bien obligue al Atleti a guardarse mas en defensa o pueda encontrarse con espacios para correr frente aJuanfran y Savic, Turan podria guardar mas la pelota pero guardar la pelota sin jugadores que sepan administrarla (si no esta Andres) no se si rentaria mucho yo creo que el Barça ha de saber guardarse bien y matar a la contra, jugar con ese 4-4-2 en defensa y ayudando a cerrar bien a S. Roberto con Rakitic de interior derecho.
Morén 7 febrero, 2017
Quizá es difícil verlo de inicio, pero sí podría ser un recurso interesante si Luis Suárez o Jordi Alba no consiguen compensar toda la profundidad que se pierde sin Neymar, que es la pieza del once del Barça que más suma en este sentido. Y como esta noche en particular, atendiendo a los condicionantes del marcados y a los problemas que viene arrastrando el Atlético, lo normal es que Simeone salga a buscar al Barça arriba, es una vía de escape que el Barça puede necesitar.