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La condena por olvidar al 10

MADRID, SPAIN - APRIL 23: Lionel Messi of FC Barcelona celebrates after scoring his team's third goal during the La Liga match between Real Madrid CF and FC Barcelona at the Santiago Bernabeu stadium on April 23, 2017 in Madrid, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

La condena por olvidar al 10

Luis Enrique descubrió las intenciones de Zidane instantes antes de que comenzara el clásico. Ninguna de las alineaciones escondía sorpresas, pero con los veintidós protagonistas sobre el césped del Bernabéu y Karim Benzema dispuesto a efectuar el saque de centro, el entrenador del Barça reparó en la posición anómala de uno de los futbolistas del Madrid. Así se lo haría notar a su segundo Juan Carlos Unzué: Gareth Bale arrancaba en la izquierda. La decisión de Zizou encerraba la esencia del planteamiento merengue, y es que el cambio de banda del galés no respondía a una mera sustitución de nombres que mantuviera la disposición habitual del ataque blanco, sino que su presencia en el perfil zurdo del ataque local, al menos de entrada, iba a estar acompañada por la del resto de la BBC. Zidane, inicialmente, concentraba el músculo ofensivo de su equipo sobre la zona de Sergi Roberto, la que más ha hecho sufrir atrás al Barça a lo largo de la temporada por la ausencia de un lateral derecho al uso. El técnico madridista había localizado una debilidad y, vestido de blancas, se lanzó a por ella. Sucede, sin embargo, que Leo Messi obliga. Se puede vencer al argentino, también ser mejor equipo que el suyo, pero nunca ser más grande que él. Pretenderlo es condenarse. Ante un rival problemático en lo futbolístico y malherido en lo anímico, la noche en que asestar el golpe definitivo a La Liga, el Madrid quiso estar por encima de Messi y lo pagó como se pagan los errores ante el diez.

El juego madridista se rigió según dos postulados emparentados con la misma estrategia pero de efectos diferenciados. Con balón, su agresividad contra la portería de Ter Stegen sería altísima, multiplicándose en el disparo y la ocasión, merced a un Barça sin opción de detener el avance, y con la firme intención de que finalizando la práctica totalidad de sus ataques, el adversario no tuviera oportunidad de correr en transición. Los de Luis Enrique, ordenados de entrada a partir de un 1-4-4-2 que tanto en ataque como en defensa dejaba a Rakitic y Alcácer en las bandas emparejados en el retorno con los determinantes laterales blancos, eran empujados desde el exterior hacia atrás, perdiendo la opción de poblar el centro y así darle altura a su defensa. La ofensiva del Madrid llegaba muy arriba, y cerca de Ter Stegen no dudaba en poner a prueba al alemán. Que el Barça llegaba al clásico con problemas se hizo patente tanto en lo reactivo de la idea sin balón como en lo planteado con él. Pese a la desventaja que reducir en la tabla, así pues, la puesta en escena culé mantuvo la prudencia que suele asumir en el feudo blanco, priorizando la protección del cuero como arma defensiva cuando lo tenía a cambio de renunciar a ganar metros con continuidad. Guardameta, defensas y centrocampistas tenían como objetivo principal encontrar un camino que diera salida al balón, independientemente de la dirección en la que éste mirara.

El intento azulgrana de refugiarse en el cuero, sin embargo, se topó con algo nuevo. Mientras los catalanes reproducían la posesión pasiva de sus últimos enfrentamientos contra el Real Madrid, los de Zidane rompían la norma defensiva que había venido definiendo sus clásicos. En lugar de contemporizar la defensa prefiriendo el corte al robo, la misma agresividad con la que atacaron la trasladaron a su comportamiento sin balón, con afán por presionar y recuperar el esférico de pies de sus adversarios. Antepusieron la debilidad del rival a la amenaza de su estrella, lo cual tuvo como consecuencia que el ejercicio culé de hilar pases terminara dando con la posibilidad de hacer llegar el balón a Leo Messi, y que cuando éste recibiera, lo hiciera con opciones de encarar a un contrario que en lugar de esperar respondía al amago y al quiebro. Este fue Carlos Henrique Casemiro, que abandonado por el agresivo posicionamiento defensivo de Modric y Kroos, se enfrentó con regularidad a un mano a mano ante el diez al que, metiendo el pie, le abrió la puerta. El Fútbol Club Barcelona, sin arriesgar en la posesión, tenía cómo sacudir al sistema defensivo blanco, a lomos de un Messi lanzado e imparable que siempre encontró en Jordi Alba una válvula de escape.

El lateral izquierdo culé, sirviéndose del fuera-dentro de un Paco Alcácer de escasa y poco precisa intervención, pero que resultó valioso limpiando el carril, fue una conexión siempre activada. La conducción de Leo, normalmente orientada hacia su perfil izquierdo, lo encontraba abierto como una opción de descarga. A medida que en su avance el Madrid se fuera cerrando sobre él, en Jordi Alba tendría posibilidad de dar continuidad a la pelota. Además, tanto por la vía directa de una salida desde atrás que tuviera al lateral, Umtiti e Iniesta como protagonistas, como indirectamente tras recibir el messipase, las internadas de Alba le dieron al Barça la opción de devolver el balón al carril central cerca del área de Keylor Navas. Tanto fue así que pronto Zinedine Zidane se vio obligado a volver sobre sus pasos, pues con Modric pendiente de Andrés Iniesta, Paco Alcácer trabajando en el arrastre de Carvajal y nadie en disposición de perseguir a Alba, el lateral y su conexión con Messi estaba resultando un cabo suelto potencialmente muy dañino para los intereses madridistas. El técnico francés no tuvo más remedio que renunciar a su intención inicial de redoblar la amenaza sobre la posición de Sergi Roberto en pos de devolverle la simetría al dibujo de su equipo.

Ya era tarde. Leo se había apoderado del juego y de las sensaciones, rompiendo un partido que hasta el final, casi de forma ininterrumpida, se contorsionó al punto de perder la estructura, dando como resultado un enfrentamiento de impactos individuales en el que La Pulga siempre se guarda la última carta. Por un lado Marcelo, Sergio Ramos, Nacho, Marco Asensio y la entrada de James Rodríguez para sumar productividad a un Real Madrid capaz de asomarse regularmente al área del Barça, y por el otro Piqué, Umtiti, Jordi Alba, Iniesta, Busquets o un Sergi Roberto que pudo sobreponerse al hecho de haberse visto señalado por el planteamiento rival como la debilidad a explotar, dieron forma a partir de batallas particulares a un encuentro cada vez más deshilachado. Sin embargo, y aunque alejado, el principal escudero de Leo Messi en el Santiago Bernabéu fue Marc-André ter Stegen, impecable en la atajada, imprescindible con el balón en los pies y especialmente concienciado en la salida tanto por alto como a la espalda de la defensa. El clásico también se explicó por él y por su igualmente oportuno homólogo Keylor Navas, aunque con Leo Messi sobre el campo todo lo demás pierde valor. Quien lo olvida, ni que sea por un instante, está condenado a caer.

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– Foto: David Ramos/Getty Images

Comments:4
  • destinos 24 abril, 2017

    Si un partido a trompicones a impulsos a levantarse de las claudicasiones pero no olvidemos, en esa realidad el Barcelona jugó mejor al futbol en pases en ganas en calidad de juego. Este Barcelona si el que ha quedado fuera de Champions en despecho de su imnegable capacidad para jugar gran futbol

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  • Nacho Blanco 24 abril, 2017

    Cada vez que el Madrid se siente mejor que el Barça, independiente de que lo sea más veces o no, se olvida de Messi. Y cuando te olvidas de Leo y le tratas como a uno más, pasan cosas como las de anoche. Qué maravilla de partido hizo el ’10’. Ya no fueron las continuas veces en que hizo que Casemiro pareciese un aficionado; es que hay una jugada en la segunda parte en la que recibe de espaldas, encimado por Kroos, y se va del alemán con la facilidad de quien regatea a un niño. Messi anoche fue eso.

    La rabia es darse cuenta de que, aun teniendo a semejante fenómeno de nuestra parte, el saldo de Champions está siendo pequeño para lo que debería ser. La pena, que el Barça lleva viviendo de Leo y exprimiéndole demasiados años, en lugar de potenciarle para hacerle la vida más fácil.

    El slalom de Sergi Roberto en el 92′ me recordó a la acción del 0-1 de la temporada pasada: como bate líneas en conducción y entra cual cuchillo corta la mantequilla. Ha de tener galones en mediocampo la temporada que viene, y el Club encontrar un lateral derecho que sume a la hora de hacerle llegar la pelota al ’10’. Y qué gran noticia la confirmación de Ter Stegen (pocas dudas había) y Umtiti como garantías competitivas para los próximos años.

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  • TiburonPuyol 24 abril, 2017

    Vaya partidazo! Me ha gustado mucho el artículo.
    Como siempre, leo cosas que se me pasan por alto cuando ví el partido.
    La verdad es que ha habido varios equipos, Juve, Psg, que han preparado mucho mejor la tarea de defender a Messi. Incluso equipos como Málaga o Depor han realizado esta tarea. Y es que a dia de hoy, salvo que Neymar o Iniesta esten a un nivel muy por encima de lo que son normalmente, Messi es el 90% del ataque del Barça. Solo con evitar que reciba el balón, y que cuando lo reciba no avance mucho el rival puede anular al Barça. Lo de ayer fué conceder a messi un escenario perfecto. PAra cuqluier jugador no es mal planteamiento, pero para Messi no basta.

    EL año que viene hay que ir potenciandole como habéis dicho algunos,con un interior derecho de nivel alto y un buen lateral.
    Y por cierto, si fuera posible, que el BArça cree un fondo en el que cada año meta 50 kilos, y de aqui a 5 años tengamos un buen dinero para fichar 3-4 cracks para cuando se vaya Messi. Vaya vacio nos va a dejar.

    Ter stegen cada partido me parece mejor, ayer alguna parada al estilo Neuer, poniendo el brazo como una roca y sin dar lugar a segunda jugada. Las que no atrapaba las desviaba a lugares donde no llegí ningún rival. También Keylor se marcó un partidazo.
    Debo reconocer que tanto Sergi como Rakitic no me gustaron a nivel geenral, pero dos jugadas, una de cada uno, fueron determinantes.
    En el tercer gol, llamativo lo de André, por esa lentitud fren´´o un poco la contra, detuvo la pelota unos segundos, pero finalmente le vino bien para que llegará Alba.
    Creo que este chico, ya con otro entrenador, tiene que empezar de cero, Que se despeje, y que la pretemporada le sirva para mejorar sus defectos, aunque tiene la confederaciones este año. PEro bueno, ya hablaremos de esto en un par de meses.

    Contra OSasuna espero que se gane fácil (ojo con Sergio León con muchos espacios) dado que tendrán que salir a atacar, y su nivel, con todo el respeto, es bastante bajo
    Pero creo que Quique va a preparar un partido en el que messi va a ser el centro de su táctica, para ese partido veo importante la conexión Alba Neymar Iniesta por el perfil izquierdo.
    Y bueno, a esperar el pinchazo del Madrid. veo como mas posible que sea el Sevilla quien haga mejor partido como para ganar.

    Saludos a todos

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  • Culé de Chamberi 25 abril, 2017

    Tuve la fortuna de ver el partido en directo en el campo, y creo que un cierto toque de arrogancia en el planteamiento fue la tumba del Real Madrid. Pensaban que con la débil moral azulgrana, marcar pronto sería suficiente para una victoria amplia. Y se olvidó de que en el Barcelona juega Messi. La primera salida de balón que dejó a Messi frente a Casemiro, y 30 metros por delante hasta la defensa: desborde fácil, y tarjeta para el brasileño. Jaque.
    Zidane cambió de banda a Bale, que por momentos fue el lateral derecho del Madrid, puesto que Alcacer, que me sigue pareciendo un jugador de movimientos inteligentísimos, arrastraba a Carvajal, abriendo el carril para Jordi Alba. El cambio de Bale a derecha, desarticuló el plan inicial de Zidane y lo desconectó por absoluto al galés, alejándole del área.
    Todavía tuvo suerte de que se lesionara y tuviera que cambiar el escenario con la entrada de Asensio, que en directo me impresionó todavía más, por cierto. Su salida en tromba en la segunda mitad parecía poder cambiar el partido pero el partido ya lo había mordido Messi, aunque a punto estuvo el gen competitivo del Madrid de evitar la victoria con el empate de James.
    La jugada del gol final, aparte de lo simbólico de que sea la primera vez en la historia que le ganan un partido al Madrid en el descuento (dato absolutamente increible), nace con una salida de balón impecable entre Piqué, Busquets y Sergi Roberto, que en otra galopada como habéis comentado parecida al 0-1 del año pasado, demostró lo que puede dar si jugara de mediocampista, que espero sea su posición el año próximo. Y en la jugada, minuto 92 en el área rival estaban 3 de los 4 defensas del equipo: PIqué, Sergi y Jordi Alba. Lo demás es historia: Messi, Jaque Mate.

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