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Luis Enrique y la frontera (1/2)

MADRID, SPAIN - MAY 27: Head coach Luis Enrique of FC Barcelona looks on during the Copa Del Rey Final between FC Barcelona and Deportivo Alaves at Vicente Calderon stadium on May 27, 2017 in Madrid, Spain. (Photo by David Ramos/Getty Images)

Luis Enrique y la frontera (1/2)

Escribiría Kierkegaard aquello de que «la vida sólo puede ser comprendida hacia atrás, pero tiene que ser vivida hacia delante«, en su caso una cita no anecdótica sino referencial, que puede enmarcar de forma pertinente al ejercicio de recapitulación sobre lo que hayan podido ser las tres temporadas de Luis Enrique Martínez a los mandos del banquillo del Barça. El periplo del asturiano como máximo responsable del área técnica culé, ha transcurrido en el juego de tensiones entre dos tiempos. Por un lado un pasado cercano y resplandeciente, a modo de leyenda que contar con vanidad a quienes se lo perdieron, pero aquejado, cuando él lo tomó en brazos, de síntomas claros de agotamiento. Por el otro, la necesidad de tejer un más allá, y de encontrar un espacio para su Barça en el relato que es el club catalán desde que la pizarra de Johan Cruyff lo repensara. Primero vaciar y luego aprovechar el vacío. Abordar el primer reto, y distanciarse de él una vez superado.

Derribar como oportunidad

El ciclo de Luis Enrique ha sido, sobre todo, una frontera. Una línea de separación que el Barça necesitaba, no tanto en su forma de ser sino en una manera de serlo. El Barça que él recoge es uno que desde hacía tiempo no lograba desprenderse de la tentación de estirar unas fórmulas que ya no eran posibles: Dani Alves, Puyol, Abidal, Xavi o David Villa eran distintos a lo que habían sido. Para hacer lo mismo, pues, el Barça debería hacerlo de otro modo, pero el apego a lo celebrado como refugio seguro al que acudir en momentos de dudas y temores, se alzaba como una sombra difícil de esquivar. La detección no era nueva, pues desde el mismo Guardiola a Martino, pasando sobre todo por un Tito Vilanova que hasta que la injusticia lo apartara se quedó muy cerca de lograr darle la vuelta al mismo calcetín, ya habían tratado a cambiar de página al equipo, pero por una mezcla de la personalidad de Luis Enrique, su distanciamiento respecto a lo vivido en el Camp Nou los años anteriores y el momento particular de la apuesta, la ruptura se escenificó definitivamente y sin amagos de retirada, bajo su tutela. Un surco en la tierra introducido por el fichaje de un delantero como Luis Suárez que sumar a Messi y Neymar, y con la pérdida de peso específico de Xavi Hernández como símbolo y bandera del nuevo camino. Luis Enrique derribaría barreras, entendiendo el derrumbe como una oportunidad. Destruir es permitir que algo nuevo aparezca. Se discutió el juego de posición como herramienta, se desplazó la adaptabilidad a la primera página y el control a un plano secundario en busca de escenarios abiertos en los que hacer pesar la contundencia de sus armas. La nada como todo. Como un lienzo en blanco entregado a quienes mejor pintan. Sin pautas ni límites. Sin reglas. Otro comienzo.

Messi en el nuevo paradigma

Para cualquier entrenador que lo dirija, Leo Messi es un capítulo propio en el análisis. Una responsabilidad y un premio. Una oportunidad que los demás no tienen, y el compromiso de estar a la altura. Un as que puede ser pensado de formas prácticamente opuestas, donde por un lado puede entenderse al argentino como el elemento al que entregarle un contexto, o por el otro ver en él a aquel que puede generarlo. Como solución o como objetivo. Darle un camino o utilizarlo como guía. Cuando el Barça ha tenido problemas, siempre ha recurrido a lo segundo, pero la novedad en el arranque del proyecto Luis Enrique fue que mientras sus predecesores orientaron el salvavidas Messi al remate, Lucho lo enfocó al juego. Demandó de él una implicación en la gestación del juego que Leo sólo había tenido con su selección, situándolo de inicio más próximo que nunca a la medular desde una posición clara de mediapunta por delante de un centro del campo al que se le cambiaron las funciones. El primer Barça de Luis Enrique fue el del 1-4-3-1-2, con Leo por detrás de dos delanteros centrados y en el que las bandas corrían a cuenta, casi en exclusiva, de ambos laterales, encargados de ensanchar el campo y agrandar, junto a los puntas, tanto como fuera posible el espacio para que el 10  creara. Sin atribuciones creativas especialmente destacadas, por aquel entonces, la función de los interiores quedó muchas veces reducido a cubrir la espalda de su proyectado lateral. Tanto en aquellos complicados inicios como en todo lo que vendría después, al trayecto de Messi a las órdenes de Luis Enrique ha consistido en superar pruebas. Si en otros momentos el propósito había sido proporcionarle tantas comodidades como fueran posibles, en esta ocasión su crecimiento vendría dado desde la dificultad y las necesidades. Leo sería lo que hiciera falta.

«Luis, quédate ahí de 9»

De lo que dispusieron los labios del argentino y de lo que sus pies danzaron a partir de ello, nació el primer punto de inflexión del proyecto de Luis Enrique y la cota más alta en cuanto a la respuesta de Messi al respecto de su nuevas atribuciones. Una indicación a un Luis Suárez que hasta entonces se había desenvuelto o bien en la doble punta o bien en una posición de banda cuando, ante los problemas de juego, el entrenador buscó una ordenación distinta, terminó por desembocar en una cascada de consecuencias tácticas e individuales que dio forma al brillante Barça campeón de su segundo triplete. Uno configurado a partir de la posición abierta en banda tanto de Messi como de Neymar, y en cuyo mecanismo cada una de las piezas hallaba su lugar y su sentido en la bota izquierda del diez.

Una bota izquierda a partir de la cual Alves encontraba un aliado cercano que explotara su tendencia central y disposición en la transición defensiva, y que a su vez entregara a Rakitic un papel a su medida alejado de la gestión organizativa y delegado a la cobertura, la compensación, el desgaste y la llegada. Una bota izquierda que, aunque alejada, mantuviese siempre activada la conexión con el lado del ataque azulgrana en el que el rival ponía menos atenciones, ofreciendo con ello un escenario de ventajas para Jordi Alba, Iniesta y Neymar, que explotar desde la diagonal, el cambio de ritmo o el regate. Una bota izquierda que protagonista en la zona del interior derecho limpiara el camino a los movimientos de Luis Suárez, que desde la profundidad del pase brindara a Sergio Busquets la posibilidad de pesar más arriba con y sin balón, que castigando la estructura de su oponente facilitara a los centrales sofocar el posterior intento de contraataque y que desde la intimidación de un golpeo infinito y un desborde encendido, limitara el atrevimiento del rival a la hora de salir en dirección hacia la portería blaugrana. Una bota izquierda que construyó a un campeón de todo, y que aliada con una perfecta puesta a punto de la plantilla tanto a nivel físico como mental, así como con un novedoso dominio de las acciones a balón parado, dieron con el segundo triplete en el museo del Barça.

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– Foto: David Ramos/Getty Images

Comments:8
  • Luis Glez. 1 junio, 2017

    Estupendo artículo Albert, no puedo estar más de acuerdo con lo expresado aquí (¡y lo bien expresado!). Deseando ya la segunda parte para debatir en la totalidad.

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  • Rubliev 1 junio, 2017

    Lo siento Albert pero «d’on no n’hi ha no en raja». La nada no se puede adornar.

    Y el ciclo de Luis Enrique ha sido la nada más absoluta y no por hacer borrón y cuenta nueva sino por incapacidad del entrenador. No hay más. Un entrenador que empezó con un 4-3-1-2, con todos los buenos por dentro, ya demostró que su juego de posición era terrorífico, lanzando los laterales arriba, pero vamos a ver, quién va a ir a buscar a Alves a la banda cuando tiene a Messi, Neymar e Iniesta por dentro? En fin, con un juego posicional nefasto es normal que el Barça haya pasado más tiempo defendiendo en su área o transitando, porque nunca se ha sentido cómodo atacando en posicional debido a que su entrenador no fue capaz de diseñar ningún sistema.

    Además, el génesis del único Barça decente con LE entrenador nace después de tocar fondo, después de venir de un entrenador con cáncer. un año en blanco, Messi perdiendo el Mundial y encima les ponen un entrenador que no les ayuda. Pues ya sabemos la historia: «Luis, quédate ahí de 9» que yo voy a hacer todo lo que no hace el entrenador, que es dotar de un sistema al equipo. Así que, por favor, que alguien me diga dónde está el mérito de Luis Enrique porque no lo hay. Que Messi recibiera en banda, se fuera de 2, que se apoyara en Alves y Busquets para obtener continuidad y que después hiciera unos alley-oops a 60 metros no es fruto del trabajo de ningún entrenador. Es fruto de inspiración divina, del mejor jugador de la historia en la mejor forma de su historia.

    Es que sigo sin ver el mérito del entrenador porque no lo hay, ¿sentar a Xavi? Hombre, si lo único que sabía hacer con los interiores era intercambiarlos de perfil, para marearlos, pues ponemos al que mejor defienda. En 3 años no ha sido capaz de que un interior derecho del Barça creara algo, pues sencillo, ya que no hacen nada con balón, el que defienda mejor. Total, con ese Messi jugando con 8 también se hubiera ganado.

    Lo peor de todo es que ni aprovechó la buena inercia que te daba el ganar el triplete. No sé si por incapacidad de crear un sistema o por pensar que Messi siempre podría estar igual de inspirado (lo cual sería otra incapacidad). Todas las mejoras en salida de balón no eran por mecanismos, eran por un nivel de finura técnica de los Iniesta y los Busquets, sobretodo de Iniesta que seguramente hizo su mejor temporada en términos de regularidad. Pero bueno, que ni con el mejor Iniesta, con un buen Messi, Neymar, Suárez, Piqué o Busquets fue capaz de crear nada.

    Y esta presente temporada ya ha sido macabra, sin estar en una espiral negativa no se ha jugado bien ni 3 semanas seguidas. Así que para mí, como mínimo, es la peor temporada de un entrenador del Barça en 20 años, que son los que yo recuerdo.

    Para finalizar, remarcar otra vez más el desastre del trabajo de LE, porque es necesario dejar patente del daño que ha hecho al Barça como club. Han sido 3 años perdidos, con el entrenador más cortoplacista de las últimas 2 décadas, tenía que dar relevo a Xavi y ha sido incapaz, ahora hay que darle relevo a Xavi y a Iniesta a la vez.

    En fin, que no encuentro ninguna palabra positiva para LE, porque lo que ha hecho ha sido destrozar al club, destrozarlo todo hasta dejar la nada más absoluta, pero no queriendo, sino porque no sabe. Fin. Y si algunos jugadores se han sobrepuesto a esta ‘nada’, no es gracias a Luis Enrique, sino a pesar de Luis Enrique. Porque son muy buenos, algunos los mejores de la historia y fíjate si soplaba en contra con este entrenador, que ni con su mejor versión (Iniesta) se consiguió jugar bien.

    Ningún elogio porque ésta es una etapa que no debería volverse a repetir jamás.

    Tanta paz lleves como descanso dejas, Luis Enrique.

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  • José L 1 junio, 2017

    Si Luis Enrique fue un incompetente, entonces por qué no se ganaron sendos tripletes con Tito Vilanova y sobre todo con Martino? pienso que LE logró exprimir o estirar un ciclo que empezado por Pep pero con una plantilla varios años mayor y sin todos los recambios que se necesitan (de Xavi e Iniesta no hay)

    Reply
  • Iniesta10 1 junio, 2017

    Ni tan listo, ni tan calvo.

    Es cierto que Luis Enrique ha sido cortoplacista, que ha mirado más por el equipo que por el club (en temas como la cantera por ejemplo), También es cierto que no ha fichado bien, y que en el centro del campo solo ha traído mediapuntas. También es cierto que en esta temporada, el Barça, en general, no ha jugado a nada.

    Pero no todo ha sido negativo, A mi sus dos primeras temporadas me gustaron, Fue capaz de evolucionar el sistema para hacerlo mas imprevisible y contragolpeador. Algo habrá hecho bien cuando ha conseguido tantos títulos, y que incluso esta temporada se ha perdido la liga pero se ha ganado al Madrid, al Atletico, al Sevilla, al Valencia, a … a todos los equipos de entidad, … y se ha perdido por jugar mal contra equipos muy inferiores (Alaves, Deportivo, etc.)

    Con todo, yo creo que la mayor parte del desgaste que ha sufrido ha sido consecuencia de sus propios errores y de ser a veces demasiado inflexible. Creo que en el tema cantera se equivocó mucho (pudo haber promocionado por ejemplo a Grimaldo, también creo que Bartra no debió salir del Barça, etc.), y también ha sufrido mucho desgaste con la prensa por una actitud a veces incluso chulesca que era innecesaria y al final le ha desgastado bastante.

    Es cierto que su última temporada ha sido mala, pero teniendo en cuenta que la primera fue muy buena, y que la segunda también tubo bastante nivel pese a no poder utilizar los fichajes hasta enero, y teniendo en cuenta que su aportación al sistema barça ha consistido en darle la vuelta al modelo para jugar de forma más directa, pues, hombre, hay que reconocer que ha hecho su aportación al modelo.

    Supongo que ahora toca volver hacia atras, volver a reconstruir puentes. es lógico. Cuando se agota un proyecto, lo normal es replantearse que ha gustado y que no, y construir desde ahí, pero una cosa es que se critique a LE en la temporada del agotamiento de su proyecto, y otra es no reconocer que el equipo ha sido poderoso en sus dos primeros años. LE no tiene la culpa de que el Madrid ganara la champions el año pasado, Recordemos que el Barça fue eliminado de la champions por el Atletico y el Barça mereció pasar pero alguna decisión arbitral nos perjudicó.

    Reply
  • Morén 2 junio, 2017

    @Rubliev

    Si ya habías visitado el blog antes, sabrás que no es este el tono con el que solemos comentar aquí. Nos gusta hacerlo de forma más calmada, menos beligerante, para que así nuestras aportaciones no resulten agresivas para quien pueda opinar distinto. Mejor compartir los pareceres que arrojarlos 🙂

    @José L.

    Para mí el gran aporte que deja Luis Enrique es precisamente no haber estirado el ciclo de Guardiola sino haberlo cerrado. Ese equipo ya no podía ser, y en mi opinión Lucho nunca pretendió que lo fuera. Pasó la página, desligó al equipo de aquello. La herencia más valiosa que le dejará a Valverde es justamente esa, la posibilidad de iniciar su propio Barça y no tener que continuar uno que ya no podía ser continuado.

    @Todos

    Avisado Rubliev, creo que sería interesante no enfrascarnos en un juicio a la labor del entrenador durante las últimas tres temporadas para extraer de ahí un veredicto de culpable o inocente. No sé si de eso sacaríamos demasiado. Quizá comentar los rasgos más distintivos del ciclo, las cuestiones más relevantes tanto individuales como colectivas, o el escenario que a partir de lo visto puede darse a partir de ahora, pueda enriquecer más el debate 😉

    Reply
  • GAL 2 junio, 2017

    La verdad es qeu esta última temporada ha sido bastante mala en cuanto a juego y resultados para lo que estábamos acostumbrados. Pero hay qeu poner todo en perspectiva.

    Cuando LE llegó al Barça el equipo estaba hecho un desastre. Veníamos de una temporada de impotencia absoluta con Martino, donde no fuimos capaces de ganar la Liga jugandonosla en casa el ultimo partido con el rival sin sus dos estrellas (Arda y Diego Costa). Y no es que la perdiesemos por mala suerte. La perdimos con una sensación de impotencia, sin crear ocasiones en toda la segunda parte etc. y eso que nos reenganchamos a la liga debido a los numerosos errores del madrid y atletico en las ultmas jornadas, proque a falta de 4 o 5 estabamos fuera de la lucha totalmente.
    En la eliminatoria de Champions pasó practicamente lo mismo. Impotencia absoluta.
    Y en la final de Copa perdimos por una jugada de Bale al final, pero llegamos vivos de milagro a esas alturas de partido.

    Quiero decir que el equipo daba unos signos de agotamiento absoluto, con muchos jugadores qeu parecían irrecuperables (Xavi, Alves, Piqué,.. e incluso Messi parecía inciciar un declive). A eso hy que sumar la sanción de la Fifa y que en su primer año el fichaje estrella y qeu condicionaba mucho la manera de jugar (L. Suarez) no pudo jugar hasta bien entrada la temporada (a lo mejor si lo tiene disponible desde pretemporada no hubiesemos llegado a enero hasta que se dio con la tecla de jugar con Messi abierto y él de delantero centro).

    Con toda esta parrafada quiero decir que es muy fácil hacer valoraciones a toro pasado y decir que con el nivel de Messi, Pique, Iniesta etc es muy facil ser entrenador, pero muchas veces nos olvidamos que ese nivel puede tener mucho que ver con el trabajo del propio entrenador, tanto físico como menta y táctico.

    Esto es como cuando mucha gente dice que Guardiola era muy facil que ganase teniendo a Xavi, Iniesta y Messi. Hay que ver que jugadores eran estos 3 en la ultima temporada de Rijkaard. Igual algo les ayudó Guardiola para alcanzar ese nivelazo…

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  • Morén 2 junio, 2017

    @Rubliev

    Segundo aviso, sigue sin ser el tono. Te invito a que digas lo mismo pero de una forma más adecuada al ambiente de conversación que se pretende generar aquí. Si te interesa recuperar tu comentario para reformularlo y que pueda tener cabida en nuestra forma de debatir, por favor escríbeme a blog@eumd.es

    Reply
  • Hristo 2 junio, 2017

    Sea más o menos mérito del entrenador, la verdad es que 2015 fue un gran año (natural) en cuanto a juego, donde se alcanzaron niveles, en mi opinión, a la altura del mejor Barça de Guardiola. Es obvio que con otra fórmula pero el sometimiento absoluto al rival era tal. Lo que no entiendo es qué paso después de ese cabezazo de Piqué en el Camp Nou al Madrid. A partir de ahí todo cuesta abajo…

    Reply

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