
La pareja incompleta
La historia contemporánea del Sevilla FC se ha labrado, de una forma muy destacada, al calor de la presencia en sus proyectos de grandes y muy determinantes delanteros. Desde Kanouté y Luis Fabiano, pasando por Negredo o Bacca, y llegando hasta Gameiro, los ciclos hispalenses más felices siempre han tenido una punta de lanza fundida con la particularidades futbolísticas de cada momento, y especialmente afilada a la hora de cobrarse la presa. Esta temporada, no obstante, a falta de pocas semanas para que termine el curso, ninguno de sus jugadores ha alcanzado los dos dígitos en Liga en materia de anotación. Muriel y Ben Yedder forman una pareja aparentemente muy complementaria, de la que, sobre el papel, sólo puede jugar uno. Cuando lo hace el colombiano, al equipo parece faltarle el instinto en los últimos metros del galo, y cuando es el ex del Toulouse el afortunado que defiende titularidad, son las piernas y los movimientos del de Santo Tomás los que se extrañan. El último precedente entre el cuadro de Montella y el Barça resultó un buen reflejo de ello. Lo mostró todo parte por parte. Primero la inteligencia de Luis Muriel interpretando los espacios fuera del área, castigando con saña la espalda de los laterales culés, sacando de posición a uno de los centrales y haciéndose valer a campo abierto para aclararle a los suyos el contraataque. Con balón o sin él, desordenando y movilizando a la zaga rival, resultó una fuga muy dañina para la estabilidad en el juego que pretenden los de Valverde. A su vez, no obstante, su concurso, pese al gol, dejó ver que la claridad del delantero leyendo la jugada no es la misma que a la hora de concretarla, dando con ello vida a un Barça, por momentos, a expensas del golpe definitivo. Finalmente, el paso de los minutos puso de relieve lo necesario de su aportación por delante del balón si de acercar al Sevilla al área rival se trata.
En un escenario en el que los azulgranas logren llevar el juego a campo rival, empujando con el ímpetu de sus laterales y acercando al mediocampo sevillista contra la zaga en pos de reducir espacios entre líneas, Montella necesitará soluciones para tirar del equipo en dirección contraria, y Muriel es un nueve que puede cumplir con ello más que un Ben Yedder de movimientos más detallistas y orientados a la finalización dentro del área. Entonces el técnico italiano buscó la solución en Layún situando momentáneamente al mexicano por delante de Jesús Navas. El regreso de Sarabia a la pizarra de Vincenzo, sin embargo, podría hacer mirar al napolitano hacia la banda contraria. Sandro Ramírez, incorporado en invierno a la disciplina del Sevilla, resultaría una alternativa muy interesante para los andaluces a la hora de compensar su parcela ofensiva. Sin la conducción de Correa, ni el regate de Nolito, las bazas del ex azulgrana para aspirar al puesto pasan por su agresividad en el desmarque y su pegada entrando al remate. Una descarga en el perfil izquierdo que casaría con cualquiera de las dos opciones para la demarcación de delantero centro que maneja Montella, pues si para Muriel representaría una compañía de colmillo afilado e instinto depredador, en caso de ser Ben Yedder el elegido compensaría el limitado radio de acción del francés con su consabida actividad sin balón y capacidad para abarcar grandes distancias. Una carta en la manga que, bien en el once inicial o bien como herramienta para actuar sobre el partido en marcha cuando éste demande de intervención, plantea un potencial remedio a la cuestión que, sin ir más lejos, en el Sánchez-Pizjuán impidió al Sevilla sumar los tres puntos ante Leo Messi.
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– Foto: Aitor Alcalde/Getty Images