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Coutinho, Rakitic, Dembélé y el recuerdo de un Gamper

Barcelona's Argentinian forward Lionel Messi (L) celebrates with Barcelona's French forward Ousmane Dembele (C) and Barcelona's Brazilian midfielder Philippe Coutinho after scoring during the UEFA Champions' League group B football match FC Barcelona against PSV Eindhoven at the Camp Nou stadium in Barcelona on September 18, 2018. (Photo by LLUIS GENE / AFP) (Photo credit should read LLUIS GENE/AFP/Getty Images)

Coutinho, Rakitic, Dembélé y el recuerdo de un Gamper

Pareció una anécdota: el Barça 2018-2019 se presentó ante su afición, en el Trofeu Joan Gamper, con Rakitic en el interior izquierdo y Coutinho en el derecho. Pareció un experimento, una prueba veraniega sin continuidad con la temporada en curso, pues meses atrás el croata había desarrollado desde el perfil diestro del mediocampo un papel muy relevante para el equipo de Valverde, y que a su vez potenciaba sus virtudes, mientras que Philippe, en la antigua casa de Andrés Iniesta, podía encontrar un hábitat muy favorable para dar lustre a su determinación sobre el arco rival encarando la pierna buena hacia el interior del campo. Pareció un recuerdo borroso, como un sueño en vigilia, a pesar de que las primeras semanas del nuevo curso apuntaran a que, con Messi partiendo desde la banda, Ivan volvería a modificar su espacio, y a que la presencia interior de Dembélé en la punta izquierda sujetarían a Coutinho lejos de la corona durante más minutos de los imaginados, al menos hasta engrasar del todo la maquinaria. El equipaje que arrastra Rakitic de sus años con Luis Enrique y la conexión que rápidamente se ha insinuando entre el pase vertical de Philippe y las recepciones en tres cuartos de Ousmane, cambiaron fácilmente el plano. El primer partido de la Champions 2018-2019 que los culés saldaron con goleada, sin embargo, tuvo algo que retrotrajo al Gamper.

La victoria azulgrana contra el PSV de Mark van Bommel se fraguó a lomos de un juego, muchas veces, de ida y vuelta, en el que el Barça contó con mejores recursos para agredir con más contundencia y precisión que su adversario. Parte de ese guión escrito en oleadas se localizó en una consecuencia de la nueva disposición barcelonista que el sistema, por ahora, no resuelve por sí mismo: la pérdida de balón de Ousmane Dembélé. El francés, por estilo de juego y desempeño técnico, es un jugador que convive con el fallo, y por eso su equipo debe estar preparado para responder ante ello. Ubicado en el costado, cerca de la línea lateral, se trataría de una situación más fácilmente controlable, ya fuera porque localizadas en la esquina las pérdidas son más fáciles de presionar, o porque, simplemente, la imprecisión en lugar de provocar un contraataque rival terminaría en fuera de banda. En sus primeras pinceladas, sin embargo, el nuevo Barça ha dejado clara la intención de contar con Dembélé en un papel más central que externo, y pretendiendo para el francés un volumen alto de participación del cual cabe esperar riesgos en la posesión propios del juego que practica el delantero. Gastón Pereiro, Hirving Lozano y Steven Bergwijn, no obstante, castigaron más que los rivales que se ha encontrado el Barça en Liga el hecho de que el protagonismo interior de Ousmane conviva con el regreso de un trabajo de Rakitic más escorado en la orilla contraria.

El croata resultó un elemento capital para la transición ataque-defensa del vigente campeón de Liga y Copa manteniendo una posición cercana a Sergio Busquets. Siendo trampolín del mediocentro mientras el equipo movía la pelota, y su contrafuerte en defensa a la hora de repartirse el espacio, cubrir su espalda al lanzarse a la presión y, en definitiva, representar un segundo tapón central. Ahora, sin emabrgo, y aunque de forma menos extrema que años atrás, Ivan tiene nuevamente la exigencia de compensar los recorridos de Messi desde el extremo derecho, por lo que muchas veces afronta la transición defensiva más cerca de la cal que de Busquets. Con Dembélé por dentro, de momento, el Barça potencialmente asume que el rival pueda iniciar más contraataques, pero al mismo tiempo está menos preparado que antaño para detenerlos. ¿Y si el experimento del Gamper era justamente una prueba para dar respuesta a estos problemas? Con Rakitic cerca del cinco, como la mano izquierda del pivote y no la derecha, justo por detrás de Dembélé, ejerciendo como ese segundo tapón que Coutinho puede tener más dificultades para ser. Y con Coutinho en la derecha, sacrificando naturalidad en el golpeo a cambio de acompañar la zona Messi con un futbolista preciso en la combinación en corto, con capacidad para ocupar la cal o la mediapunta según marquen los movimientos del argentino y orientado a un retorno defensivo externo que permita que Busquets no pierda a su escudero.

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– Foto: Lluis Gene/AFP/Getty Images

Comments:8
  • Riera 21 septiembre, 2018

    Me parece muy coherente. No creo que Valverde, ante equipos de entidad, quiera defender sobre el sistema 1-4-3-3. Más si tenemos en cuenta, como bien apuntas, que ante una hipotética pérdida de Dembélé, el jugador más cercano es Coutinho. Y mientras Messi juegue en la banda derecha, sabemos que para defender sobre el sistema 1-4-4-2, quien debe cerrar al lado de Busquets es el interior izquierda.

    Otro tema que apuntó Valdano en la retransmisión del partido, es la posibilidad de que Valverde deba apostar por uno de los dos (Coutinho o Dembélé) en un futuro, dejando el escenario idoneo en el interior derecha (en caso de que el extremo izquierda fuera Coutinho) para un jugador como Arturo Vidal.

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  • Iniesta10 21 septiembre, 2018

    Pues a mi este post me ha encantado, de hecho me parece una idea muy brillante, y por ello te felicito Albert. Por alguna razón es por lo que estoy enganchado a este blog.

    La verdad es que no se me había ocurrido, pero es muy coherente mantener a Rakitic cerca de Bussi, para corregir las pérdidas de Dembelé a la vez que potencias su no despreciable tiro exterior, ya que al jugar como interior izquierdo a pierna cambiada, puede llegar a la frontal y chutar con su pierna natural.

    En cambio, poner a Coutinho como interior derecho a pierna natural, no formaba parte del guión, de lo que yo al menos esperaba de Cou, pero hay que reconocer que es coherente, ya que Messi, o bien entra hacia dentro a pierna cambiada, lo que permite subir a Cou hacia la banda sin que ese lado se quede sin un jugador de mucho “toque”, o bien si entra hacia arriba y hacia dentro, lo que también habilita el disparo exterior de Cou, aunque no sea en su clásica rosca desde la izquierda.

    Tendríamos una banda, la izquierda, en la que las llegadas son más al espacio, mientras que la banda izquierda sería de mucho más control del juego, y en la que Sergi Roberto cubriría las espaldas tanto a Messi como a Cou.

    En mi opinión, es una idea muy coherente que posiblemente reforzaría el sistema de juego. El peaje es que encargas a Cou unas tareas que no son las que más han sobresalido en su juego.

    De todas formas, yo creo que un 4-4-2, o un 4-2-3-1, con Cou en la banda izquierda, y Ousmane en la banda derecha me parece lo más coherente, ya que las pérdidas del francés las cubre Sergi Roberto y Rákitic, mientras que Cou entra hacia dentro buscando asociarse con Messi, y deja espacio para Jordi Alba suba la banda.
    El peaje de este sistema es que es bastante exigente con Suárez, y probablemente arrojaría un menor número de goles de Dembelé, pero también un mayor número de goles de Coutinho.

    No queda otra, estamos a principios de temporada, y hay que ir probando que sistema ofrece una mayor fortaleza al equipo. Siempre teniendo en cuenta que hay que valorar que peajes son más “caros” y cuales son más asumibles.

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  • Señor Bigotitos 21 septiembre, 2018

    Punto 1: Valverde parece que es receloso de jugar en 4-2-3-1 que parece óptimo para la plantilla que posee pero es un esquema débil a la hora de hacer circular el balón y generar triángulos.

    Punto 2: Ahora mismo parece convencido del 4-3-3, a pesar de que este perjudica directamente a Rakitic, resta espacio a Coutinho, empeora la transición defensiva y juega sin banda derecha pues ni Roberto ni sobretodo Semedo parecen estar sacando rédito de la situación(cómo compensaría tener un Carvajal en Barcelona…)

    En vista de que el esquema por el que está apostando ahora mismo sólo beneficia a Dembelé y quizás algo a Messi(que no es poco), tu alternativa me parece muy práctica y una gran forma de encajar las piezas sin cambiar el esquema… pero a día de hoy, con el equipo jugando a nada, me parece que Valverde ni se pasaría por la cabeza alejar a Coutinho del pico del área. A tenor de sacrificar algo en post del colectivo mientras mantienes la dupla Cou/dembouz es lo más coherente, pero dudo que lo volvamos a ver fuera de un partido intrascendente.

    Me encanta tu contenido, ánimo!

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  • Floydianthink 21 septiembre, 2018

    Brillante lectura, Albert. Todos estamos dándole vueltas a qué busca Valverde con la nueva disposición de las piezas sobre el tapete. La idea de Rakitic como doble escudero de Busquets y Dembélé tiene todo el sentido del mundo.

    No obstante, Coutinho por la derecha juega muy incómodo. Aunque, por otro lado, se vio en el partido contra el PSV cómo disfrutaba Leo tirando paredes vertiginosas con Philippe (el único en la plantilla, junto a Busi, que se las puede devolver a ese nivel).

    En los comentarios de esta y otras entradas recientes del blog es recurrente la sugerencia del 1-4-2-3-1 como solución al problema. Y tiene sentido, claro está. Pero parte de una premisa que me gustaría poner en tela de juicio: Luis Suárez es un fijo en el 11. Para mí sería interesante ver un 1-4-3-3 con Leo falso 9, Ousmane a la derecha (con Ivan cubriéndole las espaldas) y Cou a la izquierda. La plaza restante sería comodín en función de qué matiz se busque en el partido: Arthur, Vidal, Aleñá…

    Las dudas son: es sostenible el Messi falso 9 a día de hoy? Quedaría muy desconectado Leo? Sería salvable la aún mayor pérdida de profundidad? En otras palabras: sigue siendo fundamental el trabajo de Suárez – fijar centrales, crear espacio en la frontal, tirar desmarques (cortos) de ruptura y apoyo, cuota asegurada de gol – pese a no estar ya a su mejor nivel?

    Reply
  • Riera 22 septiembre, 2018

    @ Floydianthink

    “Las dudas son: es sostenible el Messi falso 9 a día de hoy? Quedaría muy desconectado Leo? Sería salvable la aún mayor pérdida de profundidad? En otras palabras: sigue siendo fundamental el trabajo de Suárez – fijar centrales, crear espacio en la frontal, tirar desmarques (cortos) de ruptura y apoyo, cuota asegurada de gol – pese a no estar ya a su mejor nivel?”

    En mi opinión, no sería sostenible en la medida en que él no quiere ocupar un espacio donde reside el planteamiento defensivo del oponente: cerrar el espacio del carril central.

    Sobre el tema de la profundidad, supongo que depende de la altura del planteamiento defensivo del oponente: si defiende en un bloque medio, sí que le encuentro sentido a la posición e intención de los movimientos de Suárez cuando arranca del vértice derecho del área del equipo oponente. Incluso pienso que hace falta otro jugador con sus características en el vértice izquierdo del área del equipo oponente para fijar y empujar hacia atrás a los centrales y laterales de ambos perfiles, y así generar espacio por dentro. Si defiende en un bloque bajo como denuncia, por llamarlo de aquella manera, Messi, pienso que es más interesante encontrar la profundidad (amenaza) por fuera, a fin de hacer bascular el sistema defensivo del oponente (2c1 en banda), a fin de encontrar el mismo espacio por dentro. Ello responde a la necesidad de encontrar la profundidad en un jugador con unas características diferentes a las de Suárez. Tal vez puedan encontrar la profundidad que necesitan con un jugador que reciba al pié y conduzca hasta línea de fondo, girando todo el sistema defensivo hacia allí para dar el pase atrás a Messi en el lado derecho del carril central (Dembélé).

    En resumen, no creo que ante planteamientos defensivos fundamentados en un bloque bajo, el Barcelona deba buscar más profundidad en el carril central con jugadores con las características de Suárez o la posición e intención de los movimientos de Dembélé por dentro. Este espacio debe ser para los genios: Messi y Coutinho. Los demás deben limpiarlo. Y si todo el espacio interior está sobrepoblado, amenazar con jugadores con un buen 1c1 por fuera.

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  • Floydianthink 22 septiembre, 2018

    @Riera

    Comparto tu análisis. Creo que con Coutinho (e incluso Dembélé a través del disparo que está mostrando desde fuera del área) hemos ganado argumentos atacando un repliegue bajo, aunque bien es cierto que la velocidad de circulación de balón tiene que aumentar considerablemente.

    Me preocupa sin embargo la impunidad con la que los rivales colocan su defensa casi en la línea divisoria cuando no tienen nada que perder. En los partidos en los que ha pasado eso prácticamente no hemos tenido armas con las que amenazar el espacio a la espalda de la defensa rival. Apenas esos minutos de Malcom… En ese contexto sí que habría que plantearse la utilidad de Suárez, no ya para que ceda su puesto a un centrocampista sino a un jugador más veloz en incisivo al espacio.

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  • Riera 23 septiembre, 2018

    En rueda de prensa, Valverde ha reconocido que Coutinho condiciona el equilibrio del equipo. Para ello, ha hablado sobre el estilo de juego (verticalidad, asunción de riesgos, uno contra uno) y el perfil donde se siente más cómodo el jugador (interior o en banda izquierda). ¿Quieren decir las palabras del entrenador que terminará jugando en otra posición ante equipos más exigentes? ¿Está priorizando el hecho de sumar minutos en las botas de jugadores importantes ante equipos de menor entidad en pos de confeccionar un once de garantías de cara a la fase decisiva de la temporada? En cualquier caso, dejar a Coutinho o Dembélé en el banquillo a las primeras de cambio no parece lo más ortodoxo después de las inversiones realizadas.

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  • Iniesta10 23 septiembre, 2018

    Otra posibilidad es poner a Dembelé de nueve. Entonces el “sacrificado” no sería Coutinho, sino Suárez

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