
Barça 2019-2020 – Capítulo 12: La defensa de los tres centrales zurdos
El aspecto más singular de la planificación de la defensa del Barça para la temporada 2018-2019 fue la apuesta por juntar a tres centrales zurdos en una rotación de cuatro futbolistas. Por lo general jugadores más incómodos cuando tienen que modificar su perfil, aparentemente la decisión tuvo su fundamento en tres cuestiones que debían permitir que el lugar de Umtiti, Lenglet y Vermaelen no resultara redundante. La primera fue confiar en que a pesar de su familiaridad con el costado izquierdo de la zaga, de entre ellos pudiera salir una solución para la demarcación de central derecho en caso de que fuera necesario relevar a Gerard Piqué. Así sucedió contra el Tottenham en el Camp Nou, con la clasificación en la mano y, entonces, con Lenglet jugando a perfil cambiado para que Vermaelen lo hiciera en el más natural. En el resto de ocasiones -muy escasas- en las que Piqué no ha formado en el once, su plaza la han ocupado zagueros diestros como el canterano Chumi o el refuerzo de invierno Murillo. La segunda cuestión que dibuja el contexto y la utilidad de la presencia de tres centrales zurdos en la plantilla del Barça 18-19 es la ausencia de un segundo lateral izquierdo natural. A la salida de Digne no la acompañó la incorporación de un sustituto, sino que se planteó la opción de que Samuel, Clément o Thomas pudieran caer al costado para cubrir una baja puntual del catalán.
El papel de lateral izquierdo en el sistema del Barça no es cualquier cosa, hasta el punto de haber convertido a Jordi Alba en una de las armas más productivas del fútbol español y en una de las mayores amenazas de todo aquel que se enfrenta a los culés. Socio en la distancia de Leo Messi, tanto a la hora de correr tras el servicio al espacio del argentino como de devolverle al 10 el balón en boca de gol, resulta, además, el principal aporte de profundidad del ataque azulgrana, llegando a condicionar, incluso, los encargos del extremo izquierdo con tal de procurarle a su socio de carril un escenario favorecedor. En contextos de menor exigencia, por otro lado, se contemplaba la opción del joven Juan Miranda, quien desempeñó dicha función en el mencionado encuentro contra el Tottenham, en la eliminatoria copera contra la Cultural Leonesa y durante el primer tiempo contra el Levante, a domicilio, en el partido de ida de los octavos de Copa. El curso de la temporada, no obstante, ha obligado a Valverde ha probar con otras opciones en la posición que gobierna Jordi Alba, y, de hecho, de los cuatro partidos competitivamente más exigentes entre aquellos en los que el Barça no ha alineado de inicio a su lateral izquierdo titular, sólo en Leganés, la jornada seis de Liga, el puesto recayó en una de las alternativas señaladas.
Ante el Valencia (jornada 22), el Athletic Club (jornada 23) y el Sevilla (ida de cuartos de final de la Copa), la vacante se la repartieron Sergi Roberto o Nélson Semedo. Y es que -entrando en la tercera cuestión que enmarca la convivencia de tres centrales zurdos-, la variedad de papeles a desempeñar por Umtiti, Lenglet y Vermaelen, esto es, central izquierdo titular, relevo en el derecho y lateral izquierdo suplente, se ha superpuesto a la irregularidad física de dos de ellos. Siendo una pieza sobrecargada, dos de sus representantes han sido de disponibilidad dudosa. Uno, Umtiti, aquejado de problemas en su rodilla durante varios meses, y el otro, Vermaelen, debido a una relación más que tortuosa con los problemas musculares. De hecho, cuando con la Navidad próxima coincidieron ambos en un período de ausencia, el club terminó por acudir al mercado en busca de un recurso de emergencia como Murillo en caso de que la primera plantilla se quedara con sólo dos centrales. Junto al colombiano también se fichó entonces al joven Jean-Clair Todibo, una llegada con miras al futuro y adelantada ante la probable tesitura de que el galo no pudiera aprovechar lo que restaba de curso ni jugando con el Toulouse ni entrenando con el Barça.
– Foto: Josep Lago/AFP/Getty Images