Àlex Delmàs
Entrevista realizada el 25 de agosto de 2020.
- Uno de los aspectos que más importancia ha ganado en el fútbol durante la última década es la salida de balón. ¿Por qué es tan importante iniciar el juego de forma controlada desde la defensa?
Por dos motivos, principalmente. Primero porque si sales en largo tus probabilidades a la hora de darle continuidad a la jugada es más baja. Como mínimo, dependes más del azar. De que puedas ganar la segunda jugada, de que el rechace te caiga a ti… En cambio, si sales limpio, teóricamente pasas a tener el control del juego. Tiene más riesgo, pero ganas control. Por eso cada vez hay menos equipos que habitualmente salgan en largo. Con esto pasa como con las jugadas de estrategia: cuando saco un córner, sólo yo sé dónde irá la pelota. Con la salida de balón ocurre lo mismo. Todos los jugadores de mi equipo saben dónde tienen que colocarse y cuáles son los caminos para mover la pelota. Hay más probabilidades de éxito porque todos jugamos a lo mismo. Si salimos en corto aumentan las opciones de que nos quedemos el balón.
También porque cuando sales jugando desde atrás atraes al equipo rival. El balón atrae, tanto a quien ataca como a quien defiende, es el que tiene más magnetismo. Por eso, cuando sales desde abajo atraes rivales, de modo que si superas su presión encuentras más espacios a la hora de atacar.
- Hablas de la presión confrontada a la salida de balón, ¿son dos vasos comunicantes?
Creo que van relacionadas. El Barça de Guardiola demostró al mundo que puedes jugar bien, iniciar el juego de forma limpia y a la vez presionar mucho. Salir de forma controlada para llegar a campo rival, pero una vez estás en campo rival no salir de ahí. Poder hacer las posesiones largas y luego atacar y reatacar a través de la presión. Es un modelo de éxito, y todos los modelos de éxito se intentan copiar. Los equipos se han dado cuenta de que la mejor manera, y también la menos arriesgada, de poder estar cerca de la portería contraria, es apretando arriba. Prefieren dejar espacios a la espalda a cambio de poder recuperar muy arriba.
Presión y salida de balón están relacionadas. No puedes sacar el balón de la misma manera delante de un 1-4-4-2 que delante de un 1-4-3-3 o de un 1-4-2-3-1. Ni si el rival hace una presión de dentro a fuera que si la hace de fuera a dentro. Tú tienes unos mecanismos de salida, pero el rival es el que te cierra unas determinadas líneas de pase y el que te deja a un determinado jugador libre. Por eso en el fútbol de hoy en día cada vez es más importante saber interpretar el juego. Que a los cinco o diez minutos el futbolista ya sepa si el jugador que le presiona es diestro o es zurdo, si le deja la salida por fuera o por dentro, si el rival aprieta al portero o no, si flota al central, si te deja que avances hasta el mediocampo o si te aprieta en tu área. La salida de balón debe tener muchas variantes.
- Por ejemplo la salida de tres. Empezar con tres jugadores en el primer escalón del equipo.
La base es tener superioridad numérica, es lo que se busca. Por eso se puso tan de moda la salida de tres, porque es la manera más fácil de salir cuando el rival te defiende con dos delanteros. Lo más común era que el rival presionara con un 1-4-4-2, con dos puntas que tapaban a los dos centrales y los hombres de banda yendo con los laterales. Entonces, cuando bajaba el pivote era muy extraño que el pivote rival lo siguiera hasta la altura de los defensas. Esto se utilizaba para tener un tres contra dos, ya que es extraño que el centrocampista rival siga a tu mediocentro hasta la altura de los defensas.
Esta variante tiene un riesgo que a mí no me gusta mucho, pues si sacas a tu mediocentro de sitio y el equipo logra salir has perdido a un efectivo que solo podrás recuperar si consigues una posesión larga. Y a veces no lo recuperas. Por eso creo que cada vez más se está haciendo esta salida de tres con los porteros. Es verdad que no es lo mismo, pero puedes encontrar a ese tercer jugador sin modificar tu estructura.
Contra equipos que presionan con un único delantero, en cambio, creo que esta variante no tiene tanto sentido. Es más productivo utilizar al jugador por delante, para superar línea. Los centrales tienen que ser capaces de superar un dos contra uno ellos solos.
- Y desde la perspectiva del futbolista, ¿cuál es la parte más difícil a la hora de iniciar el juego desde atrás?
En mi opinión hay dos cosas muy difíciles. Una es la capacidad de interpretar bien la jugada. Porque en el campo no hay tiempo. Cuando analizas el partido en la televisión o en el ordenador casi todos tenemos la solución, pero en el terreno de juego esto es mucho más difícil. Hay señales que te pueden dar una pista, como que si te aprietan con dos delanteros teóricamente la salida limpia la tienes por el lateral, o que si vienen tres quizá tienes mas facilidades buscando un pase más largo.
Luego, la otra cosa más difícil creo que es cuando te aprietan hombre a hombre y el jugador libre está lo más lejos posible. Cuando intentas salir y tienes una marca encima. Por eso son tan importantes los jugadores como Xavi, como Iniesta, como Busquets, como Cazorla, como David Silva, como De Jong o como Arthur. Jugadores con capacidad de tener el balón con una marca encima. Para los equipos estos futbolistas son oro puro. Cuando el rival te plantea una presión hombre a hombre, o lo haces todo perfecto y terminas encontrando al jugador libre o el fallo del rival, o dependes de que alguien venga, agarre el balón y asuma la responsabilidad a pesar de tener una marca rival encima.
- En este sentido, cuando el jugador se encuentra en esta situación, con una marca individual del rival, ¿es preferible que el compañero se le acerque para darle una línea de pase segura o que se le aleje para poder romper la presión?
Yo creo que lo mejor siempre es alejarse. Hacer el campo grande y dar aire desde lejos. Si la línea de pase la generas cerca puede ser una ayuda inmediata, pero terminas creando una densidad de futbolistas que puede ser un problema. En poco espacio se terminan juntando el compañero, su marca, tú y tu marca. Por eso en la salida de balón es fundamental el concepto del tercer hombre, que significa que vas a llegar al destinatario final del pase no con un pase directo sino a través de un intermediario. Normalmente de un jugador más alejado que deja de cara al compañero.
- ¿Y qué importancia juega la capacidad de salir conduciendo el balón?
En salida de balón hay una norma: el rival que te salta, siempre abandona al hombre libre. Siempre tienes que ver quién te salta, porque en esa zona tendrás a un compañero libre. La conducción es para situaciones donde no tienes al rival encima. Cuando te está esperando y tienes que conseguir que algún rival termine saliendo hacia ti para que a partir de eso encuentres un agujero. En cambio el pase tienes que ejecutarlo cuando ya has identificado al hombre libre y quieres hacer llegar el balón ahí. O cuando quieres circular. A veces el rival no te salta ni aunque salgas conduciendo, y tu vía es tocar, bascular de un lado al otro y esperar que el rival active su presión para detectar al hombre libre. Hay momentos en que debes saber interpretar cuándo es mejor jugar a controlar y pasar o cuando es mejor conducir y atraer. Eso es algo que Piqué hace de maravilla, lo lleva haciendo toda la vida y le sale de manera natural.
- Antes hablábamos de variantes. Una que recientemente ha ganado peso es la caída de un centrocampista a zona de lateral. Jugadores como Kroos, De Jong, Locatelli, Koke o Thiago recibiendo casi a la altura de la defensa pero en banda.
La zona más favorable para salir siempre será la de los laterales. Porque es donde suele haber más espacio y porque perder el balón ahí tiene menos riesgo. No es lo mismo perder la pelota en la zona del central, porque el rival solo tendrá que avanzar para crear la ocasión de gol, que en la del lateral. La zona del lateral no está tan cerca, y para crear la ocasión tiene que haber un centro o una jugada más antes del remate.
Una de las cosas que han cambiado es el estudio de los rivales. Hay más mecanismos para saber cómo sale jugando el otro equipo, qué le gusta hacer a cada jugador… por eso tienes que probar cosas nuevas. En eso Guardiola es un adelantado, porque en el fútbol cada vez más se trata de ir haciendo pequeñas innovaciones. Si siempre repites los mismos mecanismos de salida, al final el contrario va a encontrar el antídoto contra tu plan. Hay que probar cosas nuevas. Esa es la intención de bajar a los centrocampistas al espacio del lateral como le hemos visto al Real Madrid, de salir con el portero…
- ¿Y de centrar la posición de los laterales?
Para mí esto está más relacionado con la presión tras pérdida que con la salida de balón. Es una idea que me gusta mucho. Te aseguras una línea de tres con el mediocentro para estar preparado cuando tu equipo pierde la posesión. Por eso se da en equipos que asumen riesgos en el pase y saben que existe la posibilidad de perder el balón. Con los laterales por dentro, el pivote no es el único que tiene que gestionar esos momentos. Fíjate que los equipos que utilizan esta solución cierran la posición de los laterales sobre todo en campo rival. En campo propio los abren.
- Otros equipos siguen empleando a los laterales prácticamente como extremos.
Sí, últimamente se ha estado imponiendo la tendencia de que la amplitud la den los laterales y no los extremos. Como todo, tiene pros y contras. Poner como responsables de la amplitud a los laterales te permite ser un equipo más estable y seguramente con más líneas de pase a medida que vas avanzando, pero te da menos peligrosidad arriba. Si sitúas a los laterales por dentro quiere decir que tus extremos son los que van a ir por fuera para darte la amplitud, lo que hará que la defensa rival esté sujeta más atrás. Si me preguntas a mí, personalmente me gusta mucho más la amplitud de los extremos que la de los laterales. Creo que te da más cosas.
Pero el extremo puro se está perdiendo. El fútbol cada vez más está tendiendo hacia la organización y la estructuración, y menos hacia el talento. Continua habiéndolo, pero no es casualidad que Navas todavía sea el mejor del Sevilla, que Cazorla fuera el mejor del Villarreal o que en su último año en el Barça Iniesta todavía fuera el que mejor interpretaba el juego. Podríamos dar muchos nombres más. Se está perdiendo el extremo puro y se está perdiendo el uno contra uno. Lo estamos viendo en el Barça de los últimos años, desde que se fue Neymar. Es el Barça con menor índice de unos contra uno, y la mayoría los protagoniza Messi.
- ¿El nuevo reglamento en el saque de portería puede cambiar la manera de encarar la salida desde atrás?
Me parece algo que todavía está evolucionando pero que beneficia a la salida de balón. Te permite la posibilidad de poder dar el primer pase limpio. Eso ya es una ventaja. Antes, muchas veces, si el rival tenía tiempo de organizarse el equipo que tenía la pelota no podía jugar ni con el central y tenía que salir en largo. A partir del cambio de regla esto ya no pasará nunca. Siempre tendrás la opción de dar un primer pase. Pero los equipos todavía tienen que encontrar la forma de sacarle más provecho. Hemos visto poco. No me extrañaría ver dos centrales que se intercambien o al portero por delante de los centrales en el saque. Tengo la impresión de que las soluciones irán evolucionando y que iremos viendo estructuras diferentes.
- ¿El auge de las presiones adelantadas ha hecho cambiar la fonda de iniciar juego desde atrás?
Seguro. Al final el objetivo del trabajo de los equipos es el partido. Lo que se encontrarán sobre el campo, porque si no innovas te quedas estancado. Hace unos años era impensable que los centrales fueran tan importantes en la salida de balón. Tenían que defender y dársela rápido al centrocampista. Ahora si el central no es bueno en salida, si no divide, si no provoca, si no tiene buen pase… ya puedes tener a Messi o Salah por delante, a De Jong o Kroos en mediocampo, que al final el equipo se encallará igualmente. También creo que el papel de los porteros seguirá creciendo.
Otro ejemplo: ahora los centrocampistas o bien están recibiendo más de espaldas o bien están recibiendo en situaciones más alejadas. Cuesta más recibir en zonas de centrocampista puro a no ser que los partidos o uno de los equipos estén muy rotos y aparezcan los espacios. Recibir en la posición de mediocentro de forma limpia, eso ya no pasa. Al menos en el primer movimiento. Cuando el equipo ya ha hecho el primer movimiento, por ejemplo bajando al mediocentro, y se consigue desencallar la situación, entonces sí puede haber espacios para que uno de los interiores o el segundo pivote aparezca. Entonces una de las opciones es la que buscaba el Barça de Setién: que los interiores reciban a la espalda del mediocampo rival casi pegados a la línea de delanteros. Otra solución es irte al inicio de la jugada, ponerse prácticamente entre centrales y ver qué hace el rival.
Los centrocampistas ya no tienen la vida tan fácil. En general, creo que ningún futbolista la tiene. Por eso creo que la organización ha ganado peso, y por eso me parece una mala noticia la pérdida de talento. Porque el arma más fuerte contra cualquier organización del rival y contra cualquier presión, es coger el balón, encarar en el uno contra uno y superar a tu par. Aquí es cuando consigues la superioridad de forma inmediata.
- ¿Vamos hacia un fútbol “de fondo a fondo”? ¿De campo largo?
Es probable que sí. Salvo en equipos que sepan interpretar muy bien el juego. Que vean cuándo les interesa más tener una posesión larga y dormir un poco el partido, o cuando les beneficia más entrar en el intercambio de golpes. Pero es verdad que si tienes el balón y quieres hacer un ataque rápido, hoy en día siempre lo puedes hacer. Antes no. Antes había muchos rivales que te esperaban replegados. Ahora también los hay, pero la tendencia es que los equipos sean más activos que contemplativos. Si quieres, tienes campo para correr.
- En este contexto, jugadores que puedan aprovechar los espacios a la espalda de la presión se vuelven fundamentales.
Sin duda. Hoy en día me parece imprescindible que cualquier equipo tenga uno o dos elementos para amenazar el espacio. Es algo muy evidente en los problemas que ha tenido el Barça los últimos años, porque ha mostrado un déficit de profundidad muy grande. Cuando quieres mandar en el partido debes plantearle dudas a tu rival, y si tienes gente que puede recibir al pie y gente que amenaza al espacio el otro equipo no sabe si ir arriba, esperar atrás o saltar a la presión. Si obligas a tu oponente a tomar decisiones es cuando más puede aparecer el error. Si no le obligas a tomar decisiones y está bien organizado sabiendo lo que tiene que hacer, no aparecerá el error.
El fútbol va hacia la interpretación y hacia la variedad. Creo que un equipo que sea monótono y siempre juegue de la misma forma perderá efectividad, y en cambio uno que tenga muchos registros tendrá más posibilidades de imponerse. Lo hemos visto últimamente: cada año tiene sus propios condicionantes y seguro que encontraríamos equipos que rompen la norma, pero si vemos los campeones recientes, el Bayern, el Madrid… son equipos que te pueden hacer daño de formas distintas. Desde la profundidad, desde el disparo lejano, desde el centro al área o desde la combinación.
- Más tareas para los delanteros. Tienen que ser una opción de pase por dentro, un apoyo para el mediocampo… y además una amenaza a la espalda de la defensa rival.
Eso es lo ideal. El ideal es el futbolista que te pueda hacer ambas cosas. Como Messi. O como Haaland, que me gusta mucho porque tiene los dos registros. Pero si no tienes este tipo de delantero es importante que la suma salga de forma más colectiva. Puedes tener un falso extremo que sea útil dándote la superioridad en mediocampo, pero al mismo tiempo debe haber alguien que te aporte la profundidad. Se necesitan las dos cosas. Si es con un único futbolista, fantástico, pero si no tiene que ser desde la mezcla. Por ejemplo al Inter la pareja de Lautaro Martínez y Lukaku le funciona muy bien porque cuando uno va a la profundidad el otro viene al apoyo, cuando uno fija el otro se mueve… le plantean dudas al rival, y cuando planteas dudas siempre termina apareciendo el espacio.
- Hablando de delanteros, ¿por qué no se ha impuesto la figura del falso nueve? El delantero centro es más móvil, más participativo… pero generalmente no es un falso nueve.
Yo creo que hay varios factores. El primero es el peso de ser innovador: aquel falso nueve con Messi funcionó porque era diferente a todo lo que se había hecho. Cuando analizas el 2-6 o muchos de los partidos de aquellos años, ves que cuando Messi bajaba a recibir, jugadores de la talla de Sergio Ramos no sabían si seguirle o quedarse en su zona. No sabían qué hacer. Era una solución innovadora y la respuesta defensiva no estaba clara todavía.
Además, la figura del falso nueve necesita inevitablemente uno o dos jugadores muy agresivos yendo al espacio. Porque si no están el rival no duda. Si todos tus delanteros quieren el balón al pie, la defensa rival estará encantada. Sabrá qué tiene que hacer. Saldrá con ellos, reducirá espacios y como no tendrán amenazada la espalda será mucho más difícil encontrar huecos entre líneas.
Y, por último, es verdad que la función del falso nueve necesita un jugador de cierto nivel. Un jugador que tenga la capacidad de interpretar y saber ver lo que debe hacer en cada situación, y que también tenga gol. Debe ser un jugador con mucha creatividad pero también agresivo terminando las jugadas, y eso no es fácil de encontrar.
- Aquel Barça de Guardiola, por lo general no se encontró las presiones que se hacen hoy en día. ¿Entonces era inútil planteárselas o ahora se han mejorado los mecanismos para presionar arriba?
Creo que ahora se presiona mejor. Se presiona más y se presiona mejor. Esto no quita que aquel Barça fuera buenísimo y el que tenía más nivel y más recursos sacando el balón jugado desde atrás. Era un equipo trabajadísimo en el inicio de la jugada, porque Guardiola tenía clarísimo que esa fase del juego era muy importante. Pep era un futbolista que necesitaba que su equipo tuviera una salida de balón limpia, y a veces los equipos son reflejo de sus entrenadores no sólo por su carácter sino también por como eran como jugadores. El Barça de Guardiola era un equipo trabajadísimo en salida desde atrás, pero además, en esos momentos en los que dependes del talento de jugadores que puedan desencallar la acción, también los tenía. No hablo sólo de Xavi o Iniesta. También de Busquets, de Piqué o de Alves. A Dani quizá no se le ha valorado suficientemente lo buenísimo que era en salida de balón. Siempre decidía bien y además tenía regate. Era un lateral que si tenía que hacer el uno contra uno lo hacía. Eso también lo ha aprovechado mucho el Madrid con Marcelo, ha sido una gran solución a la hora de superar presiones. El Barça de Guardiola tenía todos los ingredientes para salir jugando pero, dicho esto, creo que ahora los equipos presionan más y mejor.