Frans Hoek
Entrevista realizada el 14 de mayo de 2020.
- Desde fuera la impresión es que la posición de portero es una de las que más ha evolucionado en los últimos años. ¿És tan diferente ser portero hoy?
Cuando se cambió la regla de la cesión al portero, en el 1992, cambió todo. Justo ayer veía un partido del 87 entre el Ajax y el Lokomotive Leipzig, y la diferencia es enorme. El cambio de regla cambió las posibilidades de los porteros e incorporó nuevas dificultades a la posición. Por ejemplo, ahora vemos al Manchester City y Ederson casi es más un jugador de campo que un portero tradicional. También el resto de posiciones han cambiado. El fútbol en general ha cambiado. Hay mucho menos tiempo que antes, mucha más presión, físicamente los jugadores son impresionantes y mucho mejor que antes. Creo que no hemos visto una regla que haya tenido tanta influencia como ha tenido esta en el juego de los porteros.
En un primer momento los porteros se limitaban a intentar sobrevivir al cambio de norma, pero ahora ya vemos que la evolución de su juego ha avanzado mucho. Se ha pasado a incluirlos en el juego y tienen una importancia mayor que antes en los equipos.
- ¿Antes del cambio de norma del 92, qué evolución habían tenido los porteros?
En mi opinión el cambio empezó en el Ajax, entre finales de los sesenta y principio de los setenta, porque el equipo quería jugar mucho tiempo en campo contrario. Cuando estuve con Cruyff en Amsterdam queríamos jugar de esa manera y necesitábamos porteros con unas características concretas. Guardametas muy buenos anticipando los balones que pudiera lanzar el contrario en profundidad, y que también pudieran participar como un jugador de campo.
En los setenta Holanda había jugado con Jan Jongbloed, que no era para nada un portero tradicional, sino más bien un portero raro para el mundo en esa época, porque su función estaba más relacionada con cubrir los espacios que dejaba su equipo detrás de la defensa. Luego, en 1992 el cambio en la regla de la cesión benefició mucho a este tipo de guardameta, porque hasta ese momento no era un perfil muy habitual. Oliver Kahn, Peter Schmeichel o Andoni Zubizarreta eran porteros muy diferentes a los de la actualidad.
- Si el cambio de norma favoreció la aparición de un nuevo tipo de portero porque cambió las necesidades de la posición, ¿qué valor tenía antes para un portero poseer esas virtudes? Pienso por ejemplo en algunos casos en Sudamérica como Jorge Campos o René Higuita.
La realidad es que antes del cambio de regla este tipo de porteros no estaban entre los mejores del mundo, ya que entonces para ser un buen portero lo importante era la faceta defensiva. El portero tenía que parar chuts, descolgar centros laterales y todas estas cosas. Pero es interesante porque, con el cambio de la norma y la evolución de las necesidades de la posición de portero, hemos visto como el nivel de los guardametas sudamericanos o del sur de Europa ha aumentado. Normalmente tienen más calidad a la hora de jugar si lo comparamos con otros lugares como Inglaterra. Ahí también tienen excepciones, pero por lo general el perfil de los porteros ingleses sigue siendo más tradicional.
- ¿Y cómo debe ser el portero moderno?
Lo importante para un portero es el modelo de juego. Es lo más importante. Hemos visto casos de porteros que pueden jugar en el Barça, en el Bayern de Múnich o en el Ajax, pero que han tenido problemas en equipos que jugaban de forma distinta. El ejemplo más claro es el de Edwin van der Sar: con el Ajax fue uno de los mejores porteros del mudo, pero en la Juventus encontró muchas dificultades porque el estilo de juego del equipo era totalmente diferente al que tenía el Holanda. Por eso mi método de trabajo empieza definiendo el perfil de portero que necesita el equipo. Cuando trabajaba en el Ajax era la época de porteros como Schmeichel o Kahn, pero nosotros, en cambio, incorporamos a Van der Saar, que era un portero diferente. Incluso en el club hubo dudas, pero sabíamos que era el perfil de portero perfecto para nuestra manera de jugar. Pero no hice el mismo perfil entonces que cuando trabajé en el Manchester United o en la selección holandesa, porque el perfil tiene que adaptarse a la manera de jugar. Tienes que valorar qué tipo de balones deberá parar el portero de tu equipo, cómo vas a construir el juego desde atrás… por ejemplo en el United muchas veces iniciábamos el juego con un pase largo cuando el rival nos presionaba.
Los grandes porteros modernos tienen que dominar muchas facetas del juego, aunque lógicamente cada uno será más fuerte en unas o en otras. Oblak es un portero impresionante defensivamente pero no es tan importante a la hora de construir juego. Ederson, en cambio, es más importante para el Manchester City en la construcción de lo que lo es Oblak en el Atlético. No es tan fuerte defensivamente como Oblak, pero Ederson me parece un buen ejemplo de portero que domina muchas facetas del juego. Sin embargo, honestamente creo que todavía no hemos visto a un portero que lo tenga todo. Siempre hay puntos que son más débiles. Es lo normal, pero en la actualidad el portero debe tener el objetivo de ser fuerte en muchas facetas del juego.
- Tener que hacer cosas diferentes ha provocado que las características de los porteros hayan tenido que cambiar. A nivel técnico, táctico… ¿pero también físico? ¿En la actualidad se necesita una altura determinada para ser un buen portero?
Depende. Ser alto puede ser una ventaja, pero también puede ser una desventaja. Neuer, por ejemplo, es un portero gigante, pero es increíblemente rápido. En este sentido, él lo tiene todo. Sin embargo Keylor Navas no es un portero muy alto, como Víctor Valdés o Reina, pero para ellos puede ser una ventaja. Si te falta algo, debes saber cómo corregirlo. Debes buscar otras cualidades. Del mismo modo que si mides dos metros. En mi opinión, lo ideal es un portero que mida entre 1,85 y 1,95, pero eso no es ninguna garantía. No se trata sólo de altura, sino también del resto de características físicas. Si es rápido, si puede adaptarse, si puede llegar rápido abajo o arriba… Defensivamente es una ventaja porque cubren más espacio de la portería que un portero más pequeño, también cuando están cerca del delantero, pero no es una garantía. Un portero de menos de 1,80 sí puede ser un problema, pero entre 1,80 y 2 metros hay variables y todos los tipos de cuerpo pueden funcionar. Para eso es muy importante que el preparador de porteros analice muy bien sus características y sepa buscar las soluciones más indicadas en cada caso.
Trabajando en la selección de Polonia con Leo Beenhakker queríamos jugar lejos de nuestra portería y teníamos a Artur Boruc y a Fabianski, a quien convocamos con apenas 19 años. Fabianski era un portero que tenía características parecidas a Van der Saar. Podía abarcar mucho espacio y también jugar con los pies. Boruc, en cambio, era impresionante en la línea. Era muy grande y muy bueno en el uno contra uno. Él tenía más problemas para salir fuera del área, por lo que no podíamos esperar que interceptara los balones a la espalda de la defensa. Eso quería decir que, en primer lugar, era algo que debíamos entrenar con él para que lo mejorara, pero también que debíamos adaptar sus funciones a sus características. Por este motivo preferimos que se quedase en su portería, sin salir, y que pudiera centrarse en resolver los uno contra uno. En ese tipo de acción iba a ganar nueve de cada diez veces. No le pedíamos que hiciera algo para lo que sus características no fueran las adecuadas. Pero con Fabianski sí hacíamos ese juego. Tienes que saber adaptarte a la situación. A cada situación de partido. Y siempre hay soluciones, hay que saber buscarlas. Para cada portero son diferentes.
- Ahora que, por lo general, su zona de influencia es más grande, el portero se mueve mucho más. ¿Esto añade dificultad a la hora de colocarse y de tener claras las referencias de la portería?
Para mí ahora la colocación es lo más importante. El partido es juego de posición también para el portero. Ahora más que nunca, porque si comparamos con hace veinte años el portero en general tiene menos trabajo defensivo pero es un trabajo defensivo más difícil. Eso quiere decir que hay que entrenar de un modo completamente diferente, y la colocación es lo principal. Aunque tengas la mejor técnica del mundo, si tu colocación no es buena vas a tener problemas. La colocación siempre ha sido muy importante, pero ahora creo es mucho más importante que antes, porque en general hay menos acciones pero cada acción requiere un nivel más alto.
En este sentido, para mí fue muy interesante trabajar con Roberto Bonano en el Barça, porque Bonano no era un tipo de portero espectacular, no era el tipo de portero que un chico joven querría ser, pero su colocación era excelente. Siempre estaba muy bien posicionado. Hoy eso tiene más dificultad porque el portero se mueve cada vez que se mueve la pelota. Cada vez que la pelota se desplaza la situación del portero cambia, y para estar preparado en cada situación tienes que moverte según el movimiento de la pelota. Hoy los porteros corren entre uno o dos kilómetros mas por partido que antes. Es una dificultad. Pero también tiene la ventaja de que siempre vas a estar en el mejor sitio para afrontar la jugada. Para eso hay que leer el juego muy bien. Antes el portero esperaba bajo palos, reaccionaba cuando le chutaban un balón y ya estaba. Eso ha cambiado increíblemente.
- Actualmente, otro aspecto fundamental del trabajo del portero es la respuesta en el uno contra uno con el delantero, ya que con defensas más adelantadas es más fácil que se dé esta situación. ¿Cómo han evolucionado este tipo de acciones?
Cuando yo era portero, lo normal era que cuando el delantero te encaraba en el uno contra uno fueras al suelo muy rápido. Pero más tarde, como entrenador en el Ajax me di cuenta que haciendo eso el delantero lo tenía muy fácil para marcar. En el uno contra uno es muy importante la colocación, la paciencia y la técnica. Todo tiene que ser casi perfecto. La calidad de cada acción tiene que ser lo más alta posible. También en el entrenamiento. Si no te vences y mantienes los pies en el suelo es mucho más difícil para el delantero marcar gol en el uno contra uno. Pero para hacerlo bien necesitas un método que te diga cómo hacer las cosas. Es importante saber lo que es más difícil para un portero, porque en ocasiones la gente dice “oh, que parada más espectacular” y en realidad el portero no ha hecho casi nada. Y otras veces la parada no parece nada del otro mundo y en cambio el trabajo del guardameta ha sido perfecto.
- También estamos viendo a equipos usar al portero fuera del área en la salida de balón como si fuera un central más, sobre todo en salida de tres. Dice Guardiola que el próximo paso es justamente ese: atreverse a usar a los porteros como jugadores fuera del área.
Fíjate en Ederson. Cuando está presionado, en la distancia corta, es impresionante. Es como un jugador. Pero no como un jugador de nivel bajo, sino como un buen jugador. Es tranquilo, tiene buen control, buen pase… todo perfecto. Por eso el otro día, en el partido de Champions, el Madrid le dio la pelota y decidió no presionarle. Así mantuvo la presión uno contra uno en el resto de zonas del campo. (En referencia a la eliminatoria de octavos de final de la Champions League, de la temporada 2019-20, entre el Real Madrid y el Manchester City). No sé lo que Guardiola le pidió a Ederson en ese tipo de situaciones, pero sí sabemos que de siete balones largos que intentó el City perdió seis. No sé si Pep quería eso. Para mí un balón largo malo pero manteniendo la posesión es mejor que un pase largo espectacular pero que te haga perder la pelota. El Madrid hizo muy buen trabajo en este sentido.
Si tu quieres tener la posesión, hay que buscar una solución también cuando el rival hace algo así. Cuando te plantean una presión uno contra uno en todo el campo, hay que tener una solución, y como el único que está libre es el portero, el portero puede ser la solución. Cuando haces esto una cosa muy importante es ver hasta dónde puede llegar el portero, porque si va hasta el mediocampo la portería queda vacía. Hay que saber medir el riesgo. La primera función del portero es defender, porque él es el último hombre del equipo. Por eso también cuando ataca tiene que pensar en defender. A veces hay porteros que están demasiado atrás y eso no es necesario, pero también hay porteros que están demasiado adelantados. Porque si yo estoy muy adelantado es muy difícil recuperar hacia portería y además la calidad de los jugadores es más alta ahora que antes. Lo primero es evitar ocasiones y goles en contra, y lo segundo la construcción del juego.
Es verdad que cuando tienes la pelota el rival no puede marcar, por lo que si tengo un portero que está pasando muy bien la pelota a mis jugadores habrá menos trabajo defensivo, pero siempre existirán momentos en que tienes que defender. Hay que buscar lo ideal. Cuando me siento muy bien puedo estar mas adelante, y cuando no me siento tan bien puedo estar un poco más atrás. Eso lo tiene que decidir el portero, y muchas veces depende de la confianza que tenga en cada momento.
- Que la posición de portero haya cambiado tanto supongo que también ha provocado que los entrenamientos para los guardametas sean muy diferentes. ¿Cómo te has tenido que adaptar a todo este proceso de evolución?
En general, mi idea siempre ha sido parecida. Siempre pienso en el partido y como consecuencia el entrenamiento tiene que ser como el partido. Por eso es importante la cooperación con el entrenador del equipo. Lo que sí ha cambiado es que cuando empecé hacía aproximadamente el 50% de los ejercicios sin la participación de otros jugadores que no fueran los porteros, y ahora cada vez más los entrenamientos de los porteros los hago con otros jugadores. Cada vez utilizo menos ejercicios aislados y prefiero más ejercicios adaptados a situaciones reales del juego. En 2014, en el Manchester United como máximo el 20% del entrenamiento de porteros era sin jugadores. El otro 80% era con jugadores.
Por ejemplo, cuando quiero entrenar situaciones de uno contra uno, trabajo con diez jugadores y cuatro o cinco porteros, porque quiero que trabajen cada situación al máximo. Si veo que a alguno le cuesta mas, entonces sí decido llevarlo a un lado y trabajar de forma más aislada. Como entrenador tienes que tener los ojos abiertos, cada portero es diferente.
- ¿En el entrenamiento de los porteros, se debe seguir dando prioridad a blocar el balón? ¿O como los balones hoy son mucho más incontrolables debe priorizarse el despeje?
Blocar y quedarte con la pelota es mucho más difícil que antes. Lo ideal es blocar el chut, pero si ves los partidos no es fácil. Lo primero es que el balón no entre en la portería.
- Pero si el portero cada vez tiene que saber hacer más cosas, ¿hay tiempo de entrenarlo todo?
Se debe hacer todo, porque no sabes qué tipo de acciones vas a necesitar en el partido. Nunca lo sabes. Puede que en diez partidos sólo tengas que enfrentar una situación de uno contra uno, pero ese uno contra uno tienes que poder resolverlo igual que si hubieras enfrentado diez situaciones de uno contra uno. Por eso es tan importante que en el fútbol base se trabajen mucho las situaciones básicas. En categorías inferiores los balones no son tan rápidos y por ejemplo es un buen momento para practicar el blocaje. Cuando son más mayores el disparo de los delanteros es más fuerte y el balón va más rápido.
- En tu caso has trabajado con varios porteros que marcan muy bien la evolución de la posición. Como en el Ajax, con Van der Saar. ¿Cómo fue el proceso con él? ¿Fue más difícil por no tener modelos o referentes como los que puede tener hoy un portero joven que haya visto jugar a Víctor Valdés, Neuer, Ter Stegen o Ederson?
Lo más importante es tener claro que no se trata de convencer al portero. Lo que yo hice en el United fue analizar con los porteros cómo es nuestro juego y que pensaran qué tipo de portero debían ser. Qué cualidades iban a necesitar. Yo no les decía nada. Con Pepe Reina y Valdés hice lo mismo en Barcelona. Les dije: cuando veis jugar al primer equipo, ¿qué virtudes pensáis que necesita el portero?. En ese momento, por ejemplo, en el Barça le dábamos mucha importancia al pase atrás, pero ellos dos, con 16 o 17 años, usaban sólo su pie derecho. Les pregunté: ¿Para este tipo de juego es importante jugar con los dos pies? ¿Sí? ¿Pues entonces qué tenemos que hacer? Entrenar eso. Tenían que ver que en el Barça se necesita un portero que pueda construir desde atrás, como Ter Stegen, como Valdés o como Claudio Bravo, porque es nuestra manera de jugar.
Es importante que ellos vean que para poder jugar ahí necesitan tener esas cualidades. Yo lo que hago es ayudarles. Eso es muy importante. Yo no quiero convencer a nadie, tienen que convencerse ellos mismos y encontrar su propia manera de hacer. Cuando empecé en el Ajax decía “hay que hacer esto y esto” me decían que sí y ya está. Pero esto también ha cambiado. La manera de entrenar es distinta. Los responsables son ellos. Tienen que ver que los problemas son para ellos, no para mí. Mi trabajo es ayudarles, y tienes que hacerlo sin comparar porteros, porque cada uno es único.
- Cuando llegaste al Barça incorporaste como portero a Rudd Hesp y sorprendentemente terminó siendo el titular por delante de un guardameta tan reconocido como Vitor Baía.
Hesp tenía el perfil de un portero del Barcelona. Cuando llegamos sabíamos que Vitor Baía era un portero impresionante, pero de un perfil diferente. La cuestión era si sería posible que se adaptara a nuestra manera de jugar. Fue imposible. Pero no por su culpa, sino porque su estilo de juego era otro. Lo vimos muy rápido.
Valdés o Reina, más tarde, sí podían jugar de esta manera, pero muchos otros no. Carles Busquets también, aunque él no era tan completo en todos los aspectos como Hesp. Entre Hesp y Baía todo el mundo pensaba que jugaría Baía, pero porque no tenían en cuenta el modelo de juego. Nadie quiere ser Hesp, todo el mundo quiere ser como Baía, pero para nuestra manera de jugar era muy importante que el portero tuviera unas características como las de Rudd.
Vitor Baía era un portero impresionante, pero un portero más tradicional y menos preparado para jugar desde atrás, anticipando espacios… Con Robson el Barcelona jugaba mucho más atrás, un estilo más de contraataque con Ronaldo, pero nosotros íbamos a jugar diferente, dejando más espacio a la espalda de la defensa, y necesitábamos un portero distinto. Fue un caso parecido al de Joe Hart en el Manchester City. Hart era el portero de la selección inglesa, pero no tenía las características para jugar de la manera que Pep quería.
- En esa época ya se empezaba a hablar de dos porteros canteranos de mucho futuro: Reina y Víctor Valdés. ¿Recuerdas tu primera toma de contacto con ellos?
A mí siempre me ha interesado mucho el fútbol base, y cuando llegué al Barça quería saber cómo eran los porteros de la cantera. De vez en cuando trabajaba con ellos, y en el caso de Reina y Valdés era muy fácil ver su talento. No era normal el talento que tenían. Los demás porteros tenían posibilidades, pero no tantas como ellos. Además la competencia entre los dos los empujaba más y más. Sabía que los dos podían jugar para el Barcelona y para cualquier equipo, porque dominaban muchas facetas del juego. En general, todo el mundo decía que Reina ara mejor que Valdés, pero yo lo veía diferente. Yo pensaba que los dos eran muy buenos, pero que Valdés tenía más calidad. Pepe era un chico muy agradable con todo el mundo y Victor tenía más mala leche, tenía un carácter más difícil, pero había que ver quién era mejor para el club.
Recuerdo que le dije a Van Gaal: “Louis, en la cantera he visto dos porteros que tienen 16 años pero que parece que tengan ya 18 o 19. Tienen que subir de categoría, porque el equipo en el que están se les queda pequeño”. Un año más tarde ya entrenaban con el primer equipo. Les costaba más porque ahí estaban algunos de los mejores jugadores del mundo y cada disparo era un gol. Nunca habían recibido esos disparos, pero con el tiempo eso les iba a hacer mejorar. Y así fue. Los dos han tenido mucho talento, mucha ambición, disciplina dentro y fuera del campo, y también supieron aceptar la ayuda para mejorar. Es como Messi: un talento increíble, ambición, disciplina y coachability. Por esta razón lleva diez años siendo el mejor del mundo junto a Ronaldo. Para un portero es exactamente lo mismo.