Gerard Autet
Entrevista realizada el 26 de enero de 2021.
- Apenas hace diez años de tu retirada, pero parece un mundo si nos referimos a la evolución que ha tenido la posición de central.
Sí, ha habido un cambio muy grande. Se ha evolucionado en muchas demarcaciones, y en el caso de los centrales ahora se tienen más atribuciones que antes. Se les piden más cosas y los mínimos que se exigen son más altos. Antes lo importante era el rigor defensivo, el marcaje, y si podías dar un pase directo hacia el delantero ya era suficiente. Ahora la mayoría de entrenadores piden una salida limpia de balón. El central tiene otras exigencias.
Por ejemplo, hay equipos que tratan de iniciar el juego bajando al pivote para hacer una línea de tres con los dos centrales, como le hemos visto hacer muchas veces al Barça con Sergio Busquets. Pues bien, cuando haces eso, la ocupación del espacio para los centrales cambia. La relación con los compañeros de línea es distinta. Otro ejemplo: Antes las defensas las formaban cuatro jugadores más o menos fijos atrás, con los laterales turnándose para subir cada vez uno. Ahora muchas veces los dos laterales suben a la vez y los centrales están más solos.
Además, a los centrales muchas veces también se les pide que salgan conduciendo con el balón para dividir, provocar que un rival salga y así superar la presión. Esto antes no pasaba, o pasaba mucho menos. Tienes que saber escoger la mejor opción, encontrar al hombre libre, dar con ese pase interior que pueda romper líneas. Mirar lejos, que es algo que aprendimos los que nos formamos en el Barça. No sólo intentar conectar con el otro central o con el pivote, sino poder dar un pase más largo hacia el interior para que pueda descargar y activar el tercer hombre.
- Quizá donde mejor se nota ese cambio es fuera de los equipos más importantes. Años atrás el Barça ya había tenido a Koeman, el Real Madrid a Hierro, el Bayern a Beckenbauer, el Ajax a Krol… pero hoy también se le pide sacar el balón a los centrales de conjuntos modestos.
Sin duda. En el fútbol profesional, el primer entrenador que me hizo ver la importancia de dividir con el balón para atraer a un rival fue Bernd Schuster. En el Xerez jugábamos con defensa de cinco, y siempre me pedía que condujera la pelota hasta el mediocampo. Me insistía en que estuviera tranquilo y en que si tenía que cruzar el centro del campo conduciendo el balón lo hiciera sin miedo. Eso en Segunda División, en una época en que no era muy habitual que los entrenadores te dieran estos encargos. Recuerdo esa etapa como una de las que más disfruté, porque era un tipo de juego que encajaba muy bien con mis condiciones. Yo no tenía un físico para ser un central marcador, por eso siempre jugaba al lado de un compañero más físico y con más rigor en el marcaje. Por ejemplo en Gijón me entendí muy bien con Iván Hernández, que físicamente era más fuerte y físicamente era muy bueno. Yo tenía un papel más ofensivo e intentaba salir con la pelota controlada, aunque él antes había jugado en mediocampo y también sabía mover el balón. En esta posición es clave la relación con el otro central. Él va a necesitarme a mí y yo voy a necesitarlo a él.
Normalmente los entrenadores me pedían ser más práctico y encontrar rápido al delantero con un balón largo. Lo hacíamos en el Sporting con Manolo Preciado. Si se podía salir jugando, se salía, pero si no se podía intentábamos ser más directos y mandar el balón rápido hacia delanteros como David Barral o Mate Bilic. Ahora también los equipos modestos necesitan centrales que además de marcar bien al delantero puedan darle salida al juego desde atrás, porque es muy probable que el rival te presione arriba y si no tienes un poco estructurado tu inicio de la jugada, con movimientos para que los jugadores reciban, y sólo buscas el balón directo, o cuentas con un delantero que sea muy bueno bajando esos balones o vas a tener dificultades. Hay entrenadores que han visto que cuando los centrales pueden superar la primera presión el paisaje se aclara mucho y pueden tener más opciones de hacer daño.
El pase largo se ha ido perdiendo un poco. Antes veías muchas más diagonales de los centrales. Como las de Rafa Márquez. O las de Koeman, que casi eran pases de gol. Creo que ahora se podrían explotar mucho, porque la importancia que se le ha dado a la salida desde atrás ha empujado a que los rivales aprieten más arriba y dejen espacios atrás. Es una conexión que tiene mucho que ver con el entendimiento con el punta. Si tenéis buena conexión, con un desmarque de ida y vuelta es fácil que pueda hacer daño. Quizá ahora haya más tendencia a jugar en corto y a retar al rival para que venga, ganar el juego en corto y oxigenar hacia el otro lado. Pero es una oxigenación distinta, no las diagonales que se veían hace años.
- Que se apueste por defender arriba significa que el central tiene más presión cuando juega el balón, y también que se sitúa más lejos del área cuando quien lo juega es el rival. ¿Cómo cambia el trabajo de los defensas actuando tan lejos de su portería?
Sobre todo se necesitan centrales más valientes, más rápidos y más correctores para poder responder cuando el equipo pierda la pelota. También las vigilancias defensivas cada vez son más importantes. Antes se buscaba que quedara un defensor libre por si acaso, pero ahora muchas veces marcas hombre a hombre. El rigor de las vigilancias defensivas es fundamental. Como central no puedes quedarte mirando el partido cuando no tienes la pelota, tienes que seguir viviendo el juego. Buscar tu marca y ajustar tu posición en el campo.
Cuando jugaba, a mí me gustaba cuando estaba con la línea adelantada y sintiéndome protegido por el portero. Eso es fundamental. Si tienes un portero valiente, tienes que usarlo para que salga fuera del área a tapar los pases que vayan a la espalda de la defensa. El central que juega adelantado lo que teme es un pase a la espalda buscando un delantero rápido, por eso cuando el portero está adelantado haciéndote la cobertura te sientes más seguro yendo a presionar arriba. Y si recuperas arriba también puedes crearle más peligro a tu rival. Pero es verdad que genera vértigo. Cuantos más metros dejas a la espalda, más vértigo. Por eso cuando te haces mayor tiendes a protegerte yendo hacia atrás. Pero eso es un error.
El fútbol ha cambiado y se juega a un ritmo más alto. Si ves un partido de hace veinte años te sorprende que jugáramos de esa manera. Ahora hay más transiciones que hace años, y en esas transiciones rápidas el que puede sufrir es un central corpulento al que le cueste salir, o que tenga miedo de salir para no descubrir su espalda. La mejor manera de protegerte es comprimiendo al equipo hacia adelante. Este tipo de central más pesado puede estar más cómodo en un equipo más reactivo, jugando más en su área, defendiendo espacios reducidos y protegido por el pivote. Todo depende del equipo que seas y de lo te pida el entrenador.
- Físicamente, el central moderno es un central muy completo. Muy alto, pero también muy rápido.
Se busca altura y velocidad, y esto no es fácil porque los más rápidos suelen ser más bajos. Los centrales cada vez son más completos físicamente. Si el central es alto, tendrá más facilidad para dominar en el juego aéreo, que es algo importante porque si haces una presión alta bien ordenada, muchas veces el rival no tendrá la calidad para poder salir en corto con el balón controlado, y lo que hará será lanzar en largo. Y ante un balón largo frontal, el central tiene más probabilidades de ganar el duelo. También para la estrategia, porque muchos partidos pueden estar igualados a nivel de juego o de calidad, pero una jugada a balón parado te puede desequilibrar el partido a favor o en contra. Por eso los laterales también tienen ahora mayor corpulencia. Ya no son como El Chapi Ferrer o como Sergi Barjuan.
Cuando eres un central alto y corpulento seguramente tengas que marcar a un delantero que será más pequeño y que te puede sacar ventaja en espacios cortos, pero lo que se prioriza es poder ser superior en la carrera larga. Centrales como Piqué o Van Dijk son muy buenos en eso. Debes tener la capacidad física y también la capacidad técnica a la hora de perfilarte corriendo hacia atrás. Que no te encuentres con los pies clavados en el suelo, que ya estés orientado para salir… tienes que encontrar recursos porque los delanteros cada vez son más rápidos.
- ¿La importancia de los laterales en ataque también modifica las funciones del central?
También. Antes si subía un lateral el otro se quedaba abajo, y te asegurabas de que atrás siempre quedaban tres jugadores. Ahora, en cambio, muchas veces los dos laterales suben al ataque al mismo tiempo y el central tiene que caer más a banda y salir de su zona de confort: el carril central. Incluso a la hora de presionar. El otro día veía el partido del Barça contra el Elche (En referencia al partido de Liga, de la temporada 2020-21, entre el FC Barcelona y el Elche disputado en el Estadio Martínez Valero), y Araújo salía a posición de lateral derecho para presionar al punta a la espalda de Mingueza. El central tiene que adaptarse mejor a sobrevivir en zonas que no son las suyas.
Antes estabas en el carril central, sin moverte demasiado de ahí, pero ahora hay más espacio a ocupar. Salir de la zona central te genera más inseguridad. Si tienes que salir a banda y te encara el extremo te sientes más vulnerable. Es una situación más incómoda, y estoy seguro que esto vale tanto para los centrales de ahora como para los de antes. Seguro que Piqué no se siente cómodo cuando tiene que salir a la banda porque han superado a su lateral. Para un central es más incómodo tener que caer a banda que tener que correr hacia atrás.
- ¿Ahora se defiende peor?
No creo que se defienda peor que antes, sino que al central se le piden tantas cosas que a veces puede ser que pierda cierta practicidad. Ahora los defensas tienen muchas atribuciones. Tienen que salir con la pelota jugada, tienen que ser rápidos, inteligentes, comunicarse con sus compañeros para coordinar la línea, salir a cubrir al lateral, correr muchos metros hacia atrás, estar muy preparados físicamente… Pero hoy también hay magníficos marcadores.
Eso se tiene o no se tiene. Aspectos ofensivos como la salida de balón son más entrenables: el central se pondrá aquí, el lateral dará salida, el pivote se acercará, el interior se alejará, el otro estirará… como entrenador tienes las ideas claras y se trata de trasladarlas a los jugadores. Pero trabajar el rigor en la marca, el ser duro en el marcaje… ¿eso cómo lo trabajas? Son aspectos más de intensidad o de concentración. Es más difícil transmitirlo. Si un central tiene unas características como las que tenía yo, que me costaba más ser agresivo, ¿cómo lo entrenas? Creo que eso depende más del jugador que del entrenador.
- Las pruebas también son distintas. Los centrales no se enfrentan al mismo tipo de delantero ahora que hace unos años.
Los delanteros de ahora no tienen nada que ver con los de antes. Evidentemente no es lo mismo marcar a Messi jugando como falso nueve, que baja, te hace salir de posición, dudar y que luego cuando te ha sacado de la línea defensiva te encara y te rompe, que a un punta más referencia. Pero la experiencia te sirve para aprender cómo enfrentar a cada perfil de delantero. Cuando jugaba contra Fernando Llorente, por ejemplo, yo no le saltaba nunca de cabeza, porque aunque yo también era alto con su corpulencia sabía que no se la ganaría. Lo que hacía era dejarle un poco de espacio, y cuando la bajaba con el pecho metía la punta de la bota para robar el balón.
Kiko Narváez lo que hacía siempre era pegar su espalda a ti. En un partido, hubo dos veces que me aparté, se cayo y pude llevarme el balón. Al principio, cuando no sabes de qué va la cosa te pegas y te pitan falta. La experiencia te permite ir encontrando tus trucos y lo que mejor encaja con tus condiciones.
- En el Sporting de Gijón te enfrentaste al Messi jugando como falso nueve. Era la primera vez que Guardiola lo utilizaba en esa posición, varios meses antes del famoso 2-6 en el Santiago Bernabéu.
Lo recuerdo. Era mi debut en Primera División, además contra el Barça… y Messi provocó mi expulsión. Lo podré explicar a mis nietos. De aquel partido también recuerdo mucho a Sergio Busquets. Un chico en el mediocampo, delgadito, disputando su segundo partido de titular con el Barça como si llevara cuarenta años jugando ahí. Fue un espectaculo. Ese día también estaba Iniesta jugando como falso extremo izquierdo… todo el mundo jugaba de falso algo. Eran posiciones intermedias que el Barça empezaba a dominar muy bien.
El falso nueve era muy nuevo. Te hacía dudar entre salir o no salir. Por delante tu pivote tenía que encargarse de los dos interiores del Barça, y por detrás aparecía Eto’o que podía fijar más a los centrales. Pensabas: si salgo, dejo la defensa muy desprotegida. Aquel día el Barça lo bordó, hizo un partidazo.
Con el tiempo puede ser que se haya aprendido a defender mejor esa posición de falso nueve. Quizá los centrales no pican tanto, intentan moverse menos, los medios están más juntos y los equipos cierran mejor por dentro. El falso nueve cada vez recibe con más gente alrededor. Entonces es cuando hay que explotar las bandas. El fútbol ha evolucionado. Antes estaba todo más marcado. Muchas veces se habla de dibujos, pero los dibujos se mueven constantemente. Una cosa es el punto de partida, pero los jugadores cada vez se mueven más y asumen roles más distintos. Yo creo que el futbolista actual tiene que ser más inteligente tácticamente que en nuestra época.