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Santi Cañizares

Entrevista | El portero de fútbol, desde 1992 hasta 2021.

Santi Cañizares

Entrevista realizada el 8 de marzo de 2020.

  • ¿Existe una nueva manera de mirar hacia el oficio de los porteros?

És cierto. La portería ha cambiado muchísimo en lo últimos años. El portero sufrió un gran cambio en la Olimpiada del 92, y yo lo viví porque estuve en esa Olimpiada, que tuvo que ver con que no podía recibir un pase y recoger el balón con la mano y por lo tanto había que jugar con el pie. Al principio, en las siguientes temporadas, los defensas trataban de no jugar con el portero porque sabían que era un jugador con carencias jugando con el pie. Solamente jugaban con el portero cuando no había más remedio, y el portero tenía la orden de quitarse la pelota de encima. Es lo que le pedían todos, entrenadores, compañeros, público, la crítica en general… no provocar ningún problema en esas situaciones. Daba igual dónde fuera el balón. Luego, poco a poco, empezamos a darnos cuenta que no hacía falta mandar la pelota fuera del campo y que era posible disputar ese balón. Eso fue en los inicios, y resultó un gran cambio porque supuso que los porteros tuvieron que empezar a actuar de otra forma.

Todo esto ha ido evolucionando y hoy las nuevas generaciones vienen con un dominio con el pie brutal. Desde los siete u ocho años vienen entrenando tanto con el pie como con la mano. Eso yo lo vivo con mi hijo, que tiene 17 años y también es portero de fútbol. Cuando veo que sus compañeros le pasan el balón padezco mucho, porque yo no sabía hacer eso. Me vuelto loco, pienso que va a pasar algo malo. Sin embargo él resuelve sin ningún problema esas situaciones. Yo era incapaz de resolverlas porque no aprendí a jugar el balón desde pequeño como él. Hasta los 22 años a mí no me enseñaron a valorar el juego con los pies. En cambio, no me preocupo cuando le chutan desde lejos, porque yo sabía blocar y pienso que es fácil porque a mí me resultaba fácil.

Es una posición que ha cambiado mucho. Ya estamos viendo como a veces los delanteros están desistiendo de presionar al portero cuando tiene la pelota con el pie. Antes, si te daban un balón a pie, venían como aviones sabiendo que te iba a costar controlar, que te iba a costar orientar el balón y que te iba a costar pasar. Entonces ahí los delanteros sabían que atacaban a las presas más débiles. Pero ahora las presas ya no son débiles. Incluso en la actitud de los delanteros ves la evolución que tenido el portero. Hoy que el portero sepa jugar con el pie ya es una cualidad indispensable, incluso, para muchos técnicos, por encima de que tenga buen juego aéreo, buen blocaje, buena posición o personalidad, que para mí es la condición más importante en un portero. Creo que se está valorando de forma excesiva el juego con los pies de los porteros, pero esa es una realidad en los últimos años y que ha supuesto una enorme evolución.

  • Da la impresión de que ahora es un requisito indispensable lo que antes era una característica casi pintoresca de determinados porteros. ¿Hasta qué punto te parece que entonces sus equipos sacaban ventaja de ello, si aquel fútbol no tenía las mismas necesidades que el de ahora?

Hay que diferenciar los momentos. La mentalidad era otra y por lo tanto un portero que saliera del área como hacían Higuita o Jorge Campos era sobre todo un espectáculo porque hacían una cosa distinta a los demás, pero no sé si era muy productivo. No debió serlo si sólo lo hacían ellos. Nadie se atrevía a hacer eso ni tampoco se valoraba mucho. De hecho ninguno de los dos tuvo una oportunidad en un grande de Europa, porque seguramente vieron que esas actitudes eran muy espectaculares pero no tan efectivas. Con el paso del tiempo la cosa es diferente, a partir de que no se pude jugar el balón con la mano. José Molina era uno de esos porteros a los que le gustaba jugar al fútbol y tenía buen dominio del balón, y a él la norma le vino fenomenal porque lo potenció, ya que en ese momento nadie se atrevía a tener un poco de pausa con la pelota. A él el cambio le vino muy bien. Molina sí que era efectivo para el Atlético de Madrid, porque le daba mucho más sentido a las pelotas que llegaban a sus pies.

  • ¿En tu carrera hubo algún técnico que te insistiera más que otros en estas acciones con el balón en los pies?

Pasados unos años, después del 92, ya aparecieron entrenadores a los que les gustaba que su portero jugara adelantado, como por ejemplo Valdano. Le gustaba achicar mucho la defensa, aunque no te pedía que hicieras ninguna maravilla con el pie. En esa época todavía se valoraba más la seguridad y asumir poco riesgo. Las cosas fueron cambiando con el tiempo, también viendo que iban llegando porteros con virtudes que permitían exigir algo más que despejar la pelota. Pero en mi época los entrenadores le pedían al portero, sobre todo, la seguridad en la portería. Eso era la prioridad principal. A partir de ahí toda salida del juego era aplaudida, pero se valoraba muchísimo, yo creo que más que ahora, la seguridad en faceta defensiva.

  • Siempre se ha dicho que una de las grandes dificultades de ser portero es tener que estar concentrado y metido en la jugada a pesar de intervenir muy pocas veces. ¿Te parece que el hecho de que ahora el portero participe mucho con los pies facilita esta concentración y que sea más sencillo mantenerse conectado al juego también a la hora de parar? 

Sí y no. Efectivamente tomar contacto con la pelota siempre es agradable en un partido, pero son acciones tan distintas mecánicamente que nada tiene que ver. Un portero va a seguir estando frío si no tiene la oportunidad de jugar con la mano. Para la actividad en general sí, tener participación con el pie y estar activo puede ayudar, pero mecánicamente son acciones tan distintas que lo que busca un portero es blocar dos o tres balones ya sea en centros laterales o en disparos a puerta. No hace falta que sean muy peligrosos y que te obliguen a grandes paradas, pero un portero se encuentra muy a gusto cuando toca la pelota con la mano, siente el balón, siente cómo desliza en sus guantes y está en conexión con él. Con el pie la conexión es distinta. ¿Ayuda? Sí. ¿Es trascendente? No.

  • Cuando Víctor Valdés anunció que se iba del Barça dijo que era importante que su sustituto jugara bien con los pies, pero que lo principal era que fuera bueno en el uno contra uno contra el delantero. ¿Esto todavía es así? 

Te vuelvo a poner el ejemplo de mi hijo, y por lo tanto hablamos de dos generaciones completamente distintas. A veces no puedo ir a ver sus partidos y luego me dice: “Hoy he hecho un partidazo”. Y cuando le pregunto qué es lo que ha hecho me dice: “Pues no me han chutado mucho, sólo una vez desde fuera del área, pero he jugado el balón veinte veces con la pierna derecha, seis o siete con la izquierda y todas las he hecho bien”. ¿Eso es un partidazo? Claro, para él. Para nosotros era un partidazo cuando sacabas una pelota que era imposible o cuando tenías acciones salvadoras de gol.

Pero Víctor Valdés tiene razón en lo que dice. Antiguamente las defensas estaban mucho más atrás. En los setenta o los ochenta, sobre todo en los setenta, los porteros apenas salían del área pequeña. Como Sepp Maier, por ejemplo. Ahora los defensas defienden mucho más arriba, tratando de achicar el campo, de reducir los espacios, y provocan que el portero esté en el borde o fuera del área, que tenga que intervenir a balones largos a la espalda de los defensas. Eso empezó a existir en mi época, y tuve que aprender a hacer ese trabajo. Ahora mismo, un portero del Barcelona, por ejemplo, tiene muchos mano a mano durante el año, y como dice Valdés, que es un sabio en la portería, es necesario que respondan en este tipo de situaciones. Si nos vamos a otras épocas, las situaciones mano a mano eran absolutamente esporádicas, es algo que tiene que ver con la posición de la defensa.

  • Víctor siempre te ha nombrado como uno de sus referentes en la portería. También Kasper Schmeichel, otro de estos «porteros modernos». ¿Qué crees que tenía Santi Cañizares como portero que ha servido de inspiración a este nuevo tipo de portero?

Seguramente no tendrá que ver con el juego con los pies. Valorando mi carrera así ya tumbado en el sofá, doce años después, dices: ¿Qué condiciones buenas tenía? Yo creo que tenía una buena técnica de desplazamiento y de blocaje. Tenía el gusto de blocar cada pelota que podía que es algo que durante años se perdió mucho, cayó casi en desuso y lo normal cuando te chutaban era poner los puños y quitarte la pelota de en medio. Recuerdo la Eurocopa del 96, que gana Alemania con Andreas Köpke como portero. Era un guardameta que no blocaba ni una pelota. O el Vitor Baía que llegó al Barça siendo considerado uno de los mejores porteros de Europa y tampoco tenía el gusto de blocar. Preferían despejar con los dos puños desde la portería. Mi técnica era otra.

Con Valdés he tenido la oportunidad de hablar, y seguramente a estos porteros que me comentas les gustara este concepto del juego. Además Víctor lo aplicaba muy bien. Hacía lo mismo que yo pero con diez años menos. Tiene más mérito porque lo que yo hacía con 35 él ya lo hacía con 25.

  • La última innovación ha venido con otro cambio en el reglamento. Ahora no hace falta que los centrales esperen el saque de portería desde fuera del área.

Te permite jugar más cómodo porque el pase tiene menos riesgo. Entre hacer un pase a veinte metros o hacer un pase a un metro evidentemente el segundo tiene menos riesgo. También potencia la salida del juego. Como idea de juego es evidente que un portero hoy tiene que dominar el juego con los pies, porque el entrenador le va a exigir que siempre que pueda salga jugando el balón desde atrás. Ahora bien, ¿por qué tengo que salir desde atrás cuando no estamos siendo capaces de sacar el balón, o si no tengo con confianza a mis defensas? ¿Qué hago, insisto en darle la pelota al lateral que tiene un mal día? ¿Juego con el central sabiendo que tiene problemas para girarse y que tiene un delantero muy rápido que le vendrá a presionar y que ya le ha robado algún balón y le ha generado desconfianza?

El entrenador me ha dicho que tiene que ser así, pero un portero tiene que tener su personalidad y evaluar los momentos del partido, tomar sus propias decisiones. Y a veces será mejor jugar el balón a veinte metros, a veces a cuarenta metros y a veces será mejor jugar a un metro. Como concepto tener el control del balón, pero con seguridad. En mi época preferías que te dijeran que eras un portero torpe pero no que eras un portero tonto, porque cuando has tenido un pase a cuatro metros con algo de riesgo has preferido jugar a ocho metros sin riesgo porque el compañero estaba solo. A lo mejor el pase de cuatro metros era más bonito y habría tenido un mejor inicio del juego, pero habría supuesto la posibilidad de cometer un error. Y si cometo el error lo que me van a decir es que soy tonto porque he regalado un gol. En el término medio está la virtud.

  • No sólo han cambiado los porteros. Por ejemplo, los centrales seguramente tengan poco que ver con los centrales que jugaron contigo en su momento. Tanto por lo que tenían que hacer como por el tipo de futbolistas que eran. 

Como te digo, en mi opinión en el término medio está la virtud. Antes el equipo se estrechaba y el portero sacaba en largo, ahora el equipo se ensancha y el portero juega en corto. Yo creo que hay un término medio en el que se pueden hacer ambas cosas. Donde no necesariamente los dos centrales siempre tienen que abrirse y salir jugando, sabiendo que si hay una pérdida estamos muy mal posicionados porque no estamos tapando los caminos directos a la portería. Eso se podrá hacer si hay seguridad, si la presión del rival te permite ejecutarlo y si tienes la confianza para hacerlo, pero hacerlo por obligación es pegarse un tiro en el pie. Del mismo modo que jugar en largo siempre y renunciar a tener el control del juego por no asumir ningún riesgo también es absurdo. Por eso los que ejecutan el término medio normalmente son los que más éxito tienen, aunque sean los menos mediáticos.

Cuando me preguntas si los centrales hoy en día son diferentes es porque sabes que eso es una realidad. Se ve cada domingo. Ahora mismo se valora mucho el central que juega con el pie. Si además es zurdo, mejor, ya vale cinco o seis millones más. Si tiene buen desplazamiento es imposible que sea barato. ¿Y qué hay de los marcajes? ¿Qué hay de los balones que van a banda y los centrales están mirando al jugador que va a centrar y no atienden al posible receptor del centro que es el que finalmente te hace el gol? ¿Qué hay de las disputas? Claro que es importante anticipar y leer el juego. En eso Piqué es un maestro. Cómo lee el juego, cómo anticipa los pases, la cantidad de veces que adivina la intención del delantero y que es capaz de cortar una jugada de gol. ¿Pero qué hay de las disputas? Cada vez son menos las disputas que ganan los defensas, porque disputan con mucha menos energía. Probablemente porque no eran defensas cuando eran pequeños, jugaban de centrocampistas, no les dio para ser centrocampistas y como tenían buen pie sus entrenadores los pusieron de defensas. Pero para defender hay que disputar, y a veces la disputa es obligatorio ganarla. Ganarla legalmente o incluso ganarla en falta.

Es evidente que también para los defensas ahora se premian más otros conceptos que los meramente defensivos, los que tienen que ver con los marcajes, con las disputas, con el juego aéreo, con la velocidad… para un defensa es fundamental ser rápido. Se pondera más que sepa jugar con el pie.

  • ¿Y cómo afecta al trabajo de los porteros tener por delante a este nuevo tipo de centrales?

El trabajo es el mismo: esperar acontecimientos en la portería, porque no puedes hacer nada para solventarle esos problemas a los defensas.  Pero sí que te gusta que cuando el delantero remata lo haga por lo menos herido desde el punto de vista del marcaje. Que remate con una marca, que gane la acción al defensa pero que tenga una oposición. Vemos demasiados goles con los delanteros absolutamente solos, y sólo tres o cuatro pasos del defensa hacia atrás o hacia adelante habrían supuesto que, como mínimo, ese delantero hubiese tenido oposición para rematar. No es lo mismo rematar solo que rematar teniendo que ganarle la acción a alguien. Modifica muchísimo. De hecho, hay magníficas acciones defensivas que pasan desapercibidas que tienen que ver con que el defensa advierte la entrada de un jugador en el área, lo persigue y cuando llega la pelota, gane uno o gane el otro en la disputa, ya no existe la ocasión de gol.

  • Han cambiado los porteros, sus defensas… y también los delanteros rivales. ¿El portero actual tiene que hacer paradas distintas a las que hacían los porteros de antes?

Paradas distintas no porque lo que te llega es lo que tienes que solventar. Lo que te llega te va a llegar en todo tipo de condiciones. Pero estamos viendo que la Liga española está teniendo un porcentaje bajísimo de goles esta temporada (En referencia a la temporada 2019-20), y nos preguntamos por qué. En primer lugar, al jugar todo el mundo desde atrás con el pie se tarda mucho en llegar al área, y por lo tanto hay menos ocasiones. Vimos el otro día un Barça-Nápoles (En referencia a la eliminatoria de octavos de final de la Champions League de la temporada 2019-20) en el que los dos equipos tardaban una eternidad y ninguno de los dos pisaba el área. En segundo lugar, cada vez se juega más al pie y menos al espacio, y por lo tanto hay menos desequilibrio. Como se pretende tener el control de la pelota, hoy el jugador hace tres desmarques por partido mientras que antes hacía cincuenta. Y jugaban al espacio. Cuando se desmarcaba jugaban con él. Ahora por no querer perder el balón se prefiere jugar con el más próximo. Y en tercer lugar, como se ha ido premiando el no perder el balón, se ha ido perdiendo la capacidad de desborde. El que encara y desborda tiene un riesgo muy alto de perder la pelota, y los técnicos han ido castigando esa actitud porque la pierdes. Pero eso también le hace la vida más cómoda al lateral, que ya no se tiene que preocupar demasiado porque nadie le va a encarar o porque cada vez le encaran menos. Hay muy pocos jugadores desequilibrantes ahora mismo en nuestra liga. Tenemos, por ejemplo, a Ferran Torres en el Valencia, que es un chico con esa naturaleza de coger la pelota, conducir y encarar. Hace diez años había treinta jugadores así, y hace veinte años había sesenta. Hoy en día ves pocos jugadores que desborden. Los extremos abandonan las bandas porque sus virtudes tiene más que ver con el toque y en la banda es más complicado tocar.

El desborde, en cambio, se ejecuta por banda, que es donde hay menos gente, porque por el centro hay más rivales y tendrías que desbordar a cuatro. Esto tiene que ver con el fútbol que se practica y provoca que haya menos goles. Si en teoría los balones son más rápidos y más difíciles, ¿por qué hay menos goles? El delantero está obligado a correr en el centro del campo, debe ser el primero en presionar, alejarse del área… Hay momentos en que el delantero se aburre en su posición y se mete como centrocampista para tener contacto con la pelota porque su equipo está tocando y tocando pero no le llega el balón o le llega poco. Al final, las líneas de remate están menos ocupadas de lo habitual. Hemos visto incluso formas de jugar con falso delantero, es decir sin nadie como delantero y todo el mundo ocupando los espacios. Si eres muy superior es estupendo, porque te puedes permitir lo que quieras, puedes meter solo jugadores que toquen muy bien el balón, que no la pierdan nunca y hacer lo que te dé la gana. Aparecer en el espacio es fantástico, pero tener a un delantero que sea capaz de rematarte o disputarte todo lo que te llega al área también es importante. Sobre todo cuando no eres demasiado superior al rival, no llegas al área continuamente y tienes que sacar petróleo de cada acción. Todo esto pienso que condiciona mucho más a la defensa que al portero, porque el portero, al final, se va a encontrar balones que le van a llegar a la portería y que va a tener que resolver. Hemos hablado de otras cosas que sí condicionan al portero, pero esto sobre todo a quien condiciona es a la defensa. A veces no tener una referencia puede suponer un problema para los centrales, pero también tendrán un problema cuando la referencia sea un buen delantero que te exige un montón.

  • Siempre se había dicho que para el portero era mejor jugar un par de pasos por delante de la línea de gol para achicar espacio al disparo del delantero, pero últimamente hay quien defiende que jugar sobre la línea le da más tiempo a los porteros de explotar su velocidad y reflejos. ¿Cuál es tu opinión sobre esto?

Como en todo, en el término medio está la virtud. Parando sobre la línea tienes más tiempo de reacción, es cierto. Pero es más difícil sacar una pelota porque el despeje tiene que ir, como mínimo, paralelo a tu cuerpo. No puede ir un poquito hacia atrás porque estás en la línea. Lo mejor es estar en una posición correcta. Y la posición correcta es la correcta. Ni más adelante y más atrás. Si estás sobre la línea tienes más capacidad de reacción, pero tapas menos portería y los rechaces son menos agradecidos porque tienen que ser muy fuertes. No vale con tocar un poco la pelota y desviarla, tienes que desviarla en un ángulo paralelo a tu cuerpo porque si te va un poquito para atrás es gol.

Si juegas un poco más adelante estás reduciendo el ángulo de remate. Tienes menos capacidad de reacción pero, si tocas el balón, cualquier rechace, incluso si es hacia atrás, consigue salir de la portería porque estas muy adelantado. En el término medio está la virtud, y en mi opinión cada jugada tiene sus particularidades. Por ejemplo en un remate de cabeza en el que el portero no ha podido intervenir en el centro, estar bien atrás es más favorable porque cuando te rematan de cabeza no es lo mismo que cuando te rematan con el pie. Con el pie el gesto técnico te ayuda a adivinar lo que puede pasar, mientras que el giro de la cabeza te da menos información. Cuando un jugador remata de cabeza no puedes intuir dónde va a ir el balón como sí lo puedes hacer cuando un jugador echa la pierna hacia atrás para chutar y se perfila. Ahí te está dando pistas que no tienes en un remate de cabeza. Por eso ante un remate de cabeza yo prefiero tener más tiempo, mientras que en el remate con el pie necesito menos tiempo de reacción y más intuición, por lo que puedo dar uno o dos pasos hacia adelante, cerrar más ángulo y que mi rechace sea más agradecido.

  • Juan Carlos Unzué opina que debido a la velocidad que ahora alcanzan los disparos, si hoy fuera preparador de porteros entrenaría más el despeje que el bloqueo. ¿Te parece que es una de las acciones de los guardametas que se está perdiendo?

Casi siempre estoy de acuerdo con Unzué, pero aquí no puedo estarlo. De acuerdo que los balones cada vez son más rápidos, de acuerdo que todos los campos tienen algo de agua porque son regados antes del partido y esto hace que el balón tenga menos adherencia, ¿pero cuanto tiempo estamos empleando ahora en el blocaje y cuánto empleábamos antes? Si estamos utilizando mucho tiempo del trabajo del portero para el juego con el pie y eso está teniendo sus frutos, de algún sitio lo estamos quitando. Yo me acuerdo que con Miguel Ángel en el Real Madrid, que fue mi entrenador de porteros en juveniles, o con José Manuel Ochotorena, que ha sido el mejor entrenador de porteros que he tenido, trabajábamos horas y horas el blocaje. A cualquiera de los dos les daba un disgusto cuando no blocaba una pelota. Al final son horas de trabajo, y si las estamos usando para trabajar unas cosas, hay otras que las estamos trabajando menos. Y eso se nota. Estamos recogiendo los frutos del trabajo con el pie, no hay ninguna duda, pero si estamos recortando tiempo en entrenar otras facetas no podremos mejorarlas. Los porteros de hoy blocan mucho peor que los porteros de mi generación, y los balones antes también eran rápidos y también se regaba el césped. No son más rápidos los balones ahora que en el año 2000. Son más rápidos que los de los ochenta, eso sí, pero son muy parecidos a los del año 2000.

Otra cosa que debemos potenciar es la personalidad. Antes me preguntabas sobre qué podían ver en mí porteros como Víctor Valdés o Kasper Schmeichel. Yo creo que por una parte el blocaje y por otra parte la personalidad. Para mí la condición más importante que debe tener un portero es la personalidad. El portero tiene que ser un líder. Primero consigo mismo para llevar su cuerpo a la concentración y a la atención necesaria para marcar diferencias; segundo tiene que ser un líder con su defensa porque tiene que organizar a su equipo, participar de las decisiones defensivas, señalar a sus compañeros cómo quiere resolver las situaciones de peligro; y tercero ser un líder general del equipo. No es lo mismo colocar una barrera en la pizarra que en el campo. El portero tiene que exigir a cada uno determinadas cosas: No dejes de mirarme hasta que me haya colocado porque pueden mover el balón y quizá tengo que recolocarla en el último momento, no te gires porque si te giras te va rebotar la pelota y va a venir a portería habiendo cambiado la trayectoria, trata de saltar haciéndote alto y haciéndote ancho, etc. Esa personalidad es necesaria en un portero.

  • Si Santi Cañizares siguiera en activo y le dijeran que su nuevo entrenador será Pep Guardiola, ¿qué pensaría?

Pues que tendría que trabajar el juego con los pies. Pero es que yo hoy, en 2020, estaría trabajando mucho el juego con el pie. Con Pep Guardiola o con cualquier otro, porque me iba a ser necesario. ¿Yo que es lo que hacía? Lo que me exigía el momento para poder marcar diferencias y poder jugar al fútbol. Yo no hacía nada que no fuera lo que me pudiera llevar al éxito, y si el éxito en 2020 tiene que ver con jugar muchos balones con el pie, Santiago Cañizares habría tenido que estar día y noche trabajando con el pie y probablemente habría conseguido mejorar mucho. Como hice con todo. La velocidad, la fuerza, la reacción, el blocaje, el juego aéreo, la coordinación… Yo no nací sabiendo. Podía tener más o menos instinto, pero sobre todo los porteros se hacen porteros a través del trabajo. Hoy en día es una necesidad jugar bien con el pie porque los técnicos así lo consideran, y no sé si Santiago Cañizares habría conseguido jugar bien con el pie, pero ya te digo que habría entrenado muchísimo hasta conseguido. O quizá no lo habría conseguido y me habría tenido que dedicar a otra cosa, pero lo que no hubiese hecho es mantener los métodos de antes hoy en día.

A lo largo de mi carrera deportiva viví muchas evoluciones. Yo debuté en Primera División en 1992 y me retiré en 2008, eso son muchos años de evolución. Durante todo este tiempo fueron pasando técnicos, entrenadores de porteros y preparadores físicos que nos iban trayendo las nuevas evoluciones. Igual que entonces, si fuera portero hoy ya estaría trabajando las nuevas evoluciones. Y normalmente la gente que tiene pasión, compromiso, esfuerzo y dedicación, acaba consiguiendo lo que se propone. A unos les cuesta tres horas y a otros les cuesta treinta, pero acabas consiguiendo lo que te propones. Yo no conozco a ningún gran portero que llegase a serlo sin trabajo, de forma innata. Hay quien puede tener más instinto y parta con ventaja, que en lugar de salir desde el cero salga del cuatro o del cinco, pero luego hay que llegar al diez.

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