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Sé lo que hicisteis los últimos veranos

El lateral derecho:

Teniendo en cuenta las posibilidades del equipo y la realidad del mercado, el lateral derecho del Barça arrancó la temporada 2019-20 siendo una de las posiciones más coherentemente cubiertas de la plantilla. En ella, el conjunto catalán juntaba al titular durante los anteriores años como opción para conservar el nivel ofrecido en la demarcación, con una apuesta gracias a la que aspirar a subir le techo del puesto pudiendo crecer al abrigo de la opción más veterana. Cuando Sergiño Dest explotara, sobre el papel Sergi Roberto no sería un freno para el estadounidense, pero hasta producirse el relevo sí podía ser el paraguas bajo el que refugiarse de una exposición competitiva para la que no estuviera preparado. Ocurre que el curso 2020-21 ha dibujado a un Sergi Roberto prácticamente ausente, castigado por diferentes problemas físicos y por una recuperación de la forma costosa, lo cual ha impedido que tanto él como Dest pudieran cumplir con los papeles que inicialmente tenían asignados. El relevo imaginado no se ha producido a través del rendimiento, la competición y el crecimiento del ex del Ajax, sino por la disponibilidad de cada jugador.

Es probable que de cara a la temporada 2021-22 el Barça vuelva a la casilla de salida y mantenga la misma estructura en el lateral, especialmente si consigue ajustar salarialmente el contrato de Sergi Roberto, con el canterano y Dest haciendo pareja desde la diferencia de edad, de características, de madurez y de potencial. Contando con la polivalencia de Mingueza como as en la manga en caso de que los problemas físicos de Sergi Roberto persistan y reclamen una solución de emergencia, y conservando intacta la apuesta por Dest realizada el pasado verano. Y es que si actualmente, por el estatus y la edad de ambos (Sergi Roberto tiene 29 años y Dest 20) el camino para el relevo en el lateral derecho culé sigue una dirección clara y sin curvas demasiado pronunciadas, un escenario en el que el estadounidense compitiera de forma directa con un futbolista más joven (como Emerson Royal) o por el que se hubiese asumido un gasto notable (como Héctor Bellerín), plantearía un contexto más imbricado para el futuro del 2 barcelonista.

El lateral izquierdo:

El de Jordi Alba es uno de los casos más complejos de la plantilla del Barça. Por un lado, el catalán es parte fundamental de algunos de los mecanismos más productivos del juego azulgrana. Su profundidad en un equipo que acumula más futbolistas amantes de la recepción al pie que del desmarque, y su entendimiento con Leo Messi cuando aparece en las inmediaciones del área rival, lo convierten en uno de los valores ofensivos más seguros del conjunto catalán. Siendo el lateral izquierdo, ha participado directamente en diez goles, y sus irrupciones a la espalda de la defensa rival representan el contrapunto más constante en la última línea del juego del Barça. Su día a día resulta enormemente productivo. Ocurre que, en los momentos de máxima exigencia competitiva, en su figura se dan cita dos factores que laminan la capacidad competitiva del equipo.

En primer lugar, aparentemente el lateral pasa por ser uno de los integrantes de la plantilla más castigados a nivel emocional por los golpes que ha recibido el grupo durante los últimos años. Con la coraza agrietada y la duda en la mirada, resulta uno de los soportes más frágiles cuando arrecia el temporal. En segundo lugar, además, los duelos más exigentes son también los que más dificultades le presentan al Barça para desplegar su mejor juego, ese que empujar de forma natural a Alba hacia la posición de extremo para aportar desde la amenaza al espacio y la devolución desde línea de fondo. Esos días en los que al Barça le cuesta más instalarse arriba, para que Jordi termine ejerciendo de extremo su posición tiende a ser más forzada, su distancia con respecto al central mayor y, por lo tanto, la fragilidad defensiva de sus sector más pronunciada. Si en el día a día es la base, cuando llega el día D es el techo.

A diferencia de Luis Suárez, la solución de una salida resulta menos evidente, pues mientras al uruguayo le quedaba por cumplir un único año de contrato Jordi tiene por delante todavía tres más. Por eso, ante la dificultad de afrontar un traspaso, es probable que las alternativas del club en el lateral izquierdo pasen, en primer lugar, por un ajuste salarial y, en segundo lugar, por una suerte de competencia interna que abra la puerta al relevo deportivo. En este punto, no obstante, sucede que, como se apunta, el día a día de Jordi Alba es verdaderamente productivo para el juego y los resultados del equipo, situación que podría desincentivar a los posibles candidatos ante la perspectiva de poder perder la batalla, y que incluso podría llevar al club a dudar sobre la idoneidad de una inversión con riesgo a quedar relegada. A que el gasto en futbolistas como Guerreiro, Gayá, Grimaldo, Alex Telles o Zinchenko no sea suficiente, y a optar por mantener el esquema actual de la demarcación ocupando el espacio de Júnior Firpo con recursos como el de Juan Miranda o la esperanza de Alejandro Baldé.

Los centrales:

Las consecuencias negativas que los últimos veranos han tenido en el reparto de roles dentro de la estructura de plantilla del Barça, se hacen sentir en el centro de la zaga como en ningún otro sitio. La actual composición cuenta con hasta cinco futbolistas para esas posiciones (Piqué, Lenglet, Umtiti, Araújo y Mingueza), pero el desajuste de sus roles la convierten en una zona incompleta. Probablemente, el origen del desorden quepa buscarlo en 2019. Un año antes Clément Lenglet arribó al Camp Nou como presumible tercer central del equipo, por detrás de Piqué y Umtiti, en un papel sobre el papel muy adecuado para el exsevillista. A falta de resolver los posibles conflictos cuando tuvieran que coincidir dos futbolistas zurdos en las plazas de central, Clément representaba entonces el rol de primer recambio para una pareja aparentemente consolidada. Pero Umtiti quebró. El Mundial se cobró su rodilla, y su rendimiento cayó de forma brusca. Lenglet ascendió a la categoría de titular, sin un recambio de garantías y más por el descenso de nivel de su compatriota que por un salto en el suyo propio. Clément era peor titular que el Umtiti previo a la lesión, y Umtiti peor suplente que Lenglet. De una tacada, el Barça empeoró dos plazas.

Sin embargo, el siguiente verano el club no trató de recomponer el orden, incorporar un titular en detrimento de Umtiti y devolver a Lenglet a su adecuada función original. Clément se mantuvo expuesto a una mayor exigencia de la prevista inicialmente, por delante de un Umtiti sin posibilidad de cubrirlo en caso de que bajara su rendimiento. Y bajó. La consecuencia, ahora, es doble. Por un lado el Barça debe afrontar la necesidad de un titular dos veranos más tarde, después de que los años y las lesiones pongan en duda la fiabilidad de la pieza que más garantías le ofrecía a la zaga, Gerard Piqué. Ninguna de sus opciones es una certeza, y su situación económica hace muy difícil optar a una en el mercado. Nombres como los de De Ligt o Koundé se antojan imposibles, y salvo que la consolidación de Rúben Dias y Stones en el centro de la zaga del Manchester City le hayan abierto una puerta a Laporte, el acceso a los centrales de los clubs poderosos serámuy reducido. La segunda consecuencia de esta cronología es que, mientras Lenglet ha ejercido como titular, la plaza de tercer central ha generado nuevas opciones. Araújo o la esperada llegada de Eric García, son claros candidatos a ocupar el puesto del francés a un menor coste.

Con ellos dos, la presumible continuidad de Piqué y el recurso de Mingueza como solución en el lateral y opción en defensa de cinco, lo normal sería que este verano el Barça se planteara buscar un relevo para Lenglet en el papel de central titular. Una búsqueda que, atendiendo a las limitaciones del mercado azulgrana, probablemente se encamine más hacia futbolistas con potencial para convertirse en centrales importantes como un Pau Torres quizá demasiado costoso, que hacia realidades incontestables. Otra opción, especialmente interesante si finalmente se descarta la posibilidad de incorporar un segundo lateral izquierdo de primer nivel para competirle el puesto a Jordi Alba, pasaría por un refuerzo polivalente. Una carta capaz de sumar en el centro de la zaga si las dudas que puedan existir acerca de Piqué, Araújo o Eric no se resuelven en favor de los azulgranas, y que al mismo tiempo opte a entrar en el lateral. Un futbolista al que perder el duelo en la banda izquierda no le cierre las puertas del once, pero que mantenga abierta la disputa con Alba.

Al respecto, huelga decirlo, el mercado no plantea un nombre más indicado que el de David Alaba, pues significaría un refuerzo de primer nivel tanto en el centro de la zaga como en el lateral o el mediocampo. Frente a la imposibilidad de competir con las exigencias salariales del austriaco, una alternativa de perfil similar al futbolista del Bayern sería el argentino Lisandro Martínez, jugador del Ajax que puede cumplir como central en una línea de cuatro o en una defensa con tres centrales, como lateral izquierdo e incluso en el centro del campo. También el argelino Ramy Bensebaini, zaguero del Borussia Mönchengladbach y de características más profundas que Lisandro cuando se desenvuelve por el costado.

– Foto: Jasper Ruhe

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