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Lo que ordene Pedri

Lo que ordene Pedri

Que en las eliminatorias de Europa League solo haya una semana de separación entre la ida y la vuelta provoca que la conexión entre ambos partidos sea muy estrecha. Hay poco tiempo para que los equipos cambien, poco margen para haber probado cosas nuevas, y un recuerdo muy vivo de lo ocurrido apenas siete días antes. El duelo entre el Galatasaray y el Barça de ayer fue una buena prueba de ello, pues se desarrolló como la práctica continuación del enfrentamiento que turcos y catalanes tuvieron en el Camp Nou. Tanto Xavi como Domènec Torrent recogieron las enseñanzas de su primer choque. Lo que mejor les funcionó y lo que podían mejorar con respecto a la ida. Torrent, por ejemplo, a grandes rasgos reprodujo en su equipo el planteamiento de la ida: líneas juntas, hombre a hombre en mediocampo y un delantero en punta que liberara a uno de los centrales culés cuando el Barça iniciara el juego desde la defensa. Su novedad fue precisamente el nombre elegido para coronar al equipo, pues viendo los problemas que pudo generarle Gomis a la zaga barcelonista en ausencia de Araújo, y previendo que su rival formaría con Piqué y Eric para no tener las dificultades con balón que tuvo en el Camp Nou, insistió con el francés en punta.

Por parte visitante, también Xavi empezó a escribir desde donde lo había dejado. Eric García y Busquets, dos de sus cambios en la ida, formaron de inicio. El central para elevar la salida de balón y el mediocentro para ajustar el funcionamiento del mediocampo, tal y como hicieran siete días antes en el Camp Nou. Así, el Barça arrancó sus jugadas en los pies de Eric (Imagen abajo a la izquierda), que liberado de marca se atrevió a conducir y dividir para encontrar a un compañero, una acción que fue constante a lo largo del partido y que por momentos incluso llevó al catalán a retarse con uno de los centrales rivales. Lo habitual, sin embargo, no fue ver a Eric asomar en la frontal, sino que sus conducciones conectaran de forma directa o indirecta con las posiciones de Pedri o Aubameyang. El canario, que con Eric entrando una y otra vez por la izquierda de Busquets pudo dar a su juego mayor altura y fijar a la espalda del mediocampo turco, no solo abrió una línea de pase entre líneas, sino que próximo al pico del área muchas veces cerró la posición del lateral derecho Boey, lo que aclaró el envío de Eric hacia Ferran en banda.

La presencia de Pedri en medio del cuadrado defensivo que formaban el lateral, el central, el mediocentro y el centrocampista de banda del Galatasaray, en muchos momentos resultó la guía de los ataques del Barça (Imagen arriba a la derecha). Dependiendo de qué rival se juntara con él, al pasador se le iluminaba el camino. Si se cerraba Babel, el balón era para Jordi Alba. Si se cerraba Boey, para Ferran Torres. Y si a quien arrastraba era a Antalyali o a Victor Nelsson, Eric podía servir hacia Aubameyang. El gabonés empezó el partido con mucha presencia en el juego de ataque culé, apareciendo en el apoyo para dejar de cara a los centrocampistas del Barça. Recibiendo de espaldas a portería y dejando de cara para Pedri, Busquets o para un De Jong que desde el interior derecho dio aire a la circulación con su movilidad y amenaza por delante del balón. A diferencia de la ida, donde a los azulgranas les costó activar la técnica del tercer hombre para habilitar a su línea de medios, en el Ali Sami Yen su uso fue una constante. Con el paso de los minutos, sin embargo, la precisión de Aubameyang en el toque bajó, lo que unido a que Adama se cegó buscando una jugada que el Galatasaray no le dejaba, encalló la ofensiva de los de Xavi. Los locales, por su parte, encontraron salida a través del interesante Akturkoglu y amenaza en el duelo entre Babel y Jordi Alba, lo que a la postre desembocó en el 1-0 para el equipo de Domènec Torrent.

El tanto de Marcao fue la señal que necesitaba Pedri para decidirse a tomar las riendas del choque de forma clara. Su paso al frente, inmortalizado por la jugada del empate, lo situó en el centro de las ideas del Barça, como el núcleo alrededor del cual puso a girar el juego de Ferran Torres, Busquets o De Jong. El neerlandés, estilete durante el primer tiempo entrando al área, en la segunda mitad también ganó protagonismo en un perfil derecho que mejoró con la entrada de Dembélé, y en el que tanto Dest como Araújo firmaron buenas actuaciones. Romper esa armonía con la salida de De Jong no le sentó bien al Barça, que tras el cambio del neerlandés vivió minutos de menos control. Lo fue recuperando con el paso de los minutos, y en especial en un tramo final en el que, a pesar de la desventaja, el Galatasaray no pudo llevar el partido al área de Ter Stegen ni arrebatarle el balón a los de Xavi. El Barça despidió el partido tal y como su entrenador quiere. Teniendo el balón, moviéndolo de lado a lado y esperando la oportunidad para que la necesidad del rival termine abriendo una puerta por la que poder encontrar el gol de la sentencia. El tercer tanto no llegó, pero sí las ocasiones. Y, de nuevo, un regusto final positivo.

– Foto: David Ramos/Getty Images

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