Espacios pequeños vs. espacios grandes
En lo futbolístico, el Mundial de Qatar arrancó con la clara victoria de la selección de Ecuador, en un encuentro macado por la diferencia de nivel y competitividad entre el conjunto de Gustavo Alfaro y los anfitriones. El combinado ecuatoriano no necesitó poner sobre el tapete una gran actuación para doblegar con autoridad a un adversario que apenas presentó resistencia al juego exterior de los carrileros ecuatorianos, a las conexiones por dentro de Caicedo y Méndez o a la presencia en el área de Estrada o del goleador Enner Valencia. Cuando un equipo tiene que competir desde la inferioridad, como fue el caso de la selección qatarí, se suele decir que le beneficia un escenario de partido en que el defender espacios pequeños y atacar espacios grandes. Un guion en el que los delanteros rivales tengan pocos espacios y los propios tengan muchos. Para al combinado de Fèlix Sánchez, sin embargo, este esquema no resultó positivo, pues con el esférico cerca de la meta de Saad Al Sheeb siempre transmitió sensación de vulnerabilidad, al tiempo que no mostró soluciones para llevar el balón a campo contrario ya fuera como amenaza o como respiro ante los ataques de su adversario.
Solo un día antes, en el Estadi Johan Cruyff, al Barça Atlètic de Rafa Márquez la apuesta le salió mucho mejor. Ante el filial del Athletic Club, los hombres del mexicano se impusieron por dos a cero haciendo valer una estrategia que precisamente les permitió defender espacios pequeños y atacar espacios grandes, partiendo de un plan en el que, sin balón, el filial barcelonista se mostró prudente a la hora de lanzarse a la presión. No renunció a ella, pero seleccionó con mucho cuidado en qué momentos debía aplicarla. En muchas fases del juego, los locales tendieron más a un bloque medio que mantuviera junta su estructura defensiva que a un acoso en primera línea que pudiera generar espacios para el rival. A diferencia de lo que le ocurriría un día más tarde a la selección de Qatar, en este escenario de partido el Barça Atlètic sí fue seguro sin la pelota, apoyado en la solidez de la pareja de centrales que forman Pelayo y Chadi Riad, y en el acierto de Arnau Tenas. Solo la amenaza de Adu Ares desde la punta izquierda y algunos errores de Àlex Valle en salida comprometieron la parcela defensiva de los culers.
Defenderse cerca de la propia área, no obstante, obliga a tener soluciones para acercarse a la del rival. En este sentido, el Barça Atlètic tuvo la posesión entre la defensa y el mediocampo, utilizando al portero para hacer salida de tres contra la doble punta rojiblanca, y utilizando a sus centrocampistas para atraer las atenciones del rival de modo que las bandas disfrutaran de mayores espacios. Por la izquierda lo hizo Juanda, esta vez menos pulcro pero igualmente agresivo en su desempeño ofensivo, mientras que por banda derecha el filial explotó la conexión entre Luismi Cruz y Álvaro Núñez, utilizando el fuera-dentro del extremo para abrirle la banda a las subidas del lateral. Llegando por ambas orillas con espacios por delante y obligando a recular a la zaga para que la segunda línea jugara de cara. Defendiendo espacios pequeños, pero atacando espacios grandes.
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