
Raphinha en el día a día
En ocasiones hay futbolista que a pesar de no ser las piezas más importantes de sus equipos, los explican mejor que el resto. Jugadores cuyas características, rendimiento o evolución coinciden con los de un determino colectivo o título conseguido. En el Barça de Xavi uno de esos hombres es Raphinha. Como el brasileño, el conjunto azulgrana ha sido un equipo marcado por la intensidad, la concentración, el compromiso defensivo tanto en la presión como en el retorno, y la capacidad de dominar las áreas de la Liga. Tan cierto es que, como el Barça, ante los rivales más exigentes la contribución ofensiva de Raphinha ha sido escasa, como que su impacto numérico en el día a día del campeonato doméstico resulta inesquivable para explicar el, salvo sorpresa, próximo alirón culer. No marcó ni asistió contra el Real Madrid, sus dos asistencias en Champions fueron ante el Viktoria Plzen y sólo en la ida contra el United, en Europa League, tuvo impacto en el marcador, pero es el tercer futbolista de la Liga que más putos le ha dado a su equipo con sus goles y asistencias.
Frente al Betis de Pellegrini dio el primer gol y anotó el tercero, y fue clave para el triunfo local en un partido condicionado muy pronto por la expulsión de Edgar González. La trascendencia de la roja al catalán tuvo que ver con el evidente impacto en el desempeño de un equipo que produce la inferioridad numérica, pero en este caso también por el guion que estaba siguiendo el partido. En este sentido, los compases iniciales del encuentro habían venido marcados por dos superioridades favorables al FC Barcelona. La primera, de índole individual, fue la que Pedri le proporcionó a los de Xavi recibiendo en la frontal del área. La segunda, resultado de la pizarra, es la que la permitió a los azulgranas llegar cómodamente hasta el canario. Formando con cuatro centrocampistas y organizándose con balón según el ya conocido 1-3-2-2-3, los locales tuvieron superioridad numérica en los dos primeros escalones de la jugada.
– El mapa de calor y de pases de Pedri contra el Betis. (vía as.com) –
Involucrando a Ter Stegen y a dos mediocentros en el avance, la línea de mediapuntas del Betis no alcanzó a tapar la progresión barcelonista, lo que muchas veces obligó a que bien Guido Rodríguez o bien William Carvalho rompiera la pareja de mediocentros y facilitara la recepción entre líneas de Gavi o Pedri. En estas situaciones el canario demostró que es el azulgrana más preparado para recibir, girarse y traducir en peligro sobre la portería rival los pases filtrados en tres cuartos de campo. Resultó fundamental también en las otras dos vías de progresión de su equipo, ya fuera fijando rivales por la derecha para que Araújo pudiera conducir y probar el pase cruzado hacia la banda izquierda, o bien ejerciendo de punto de conexión entre ambas orillas después de que Balde, De Jong y Gavi juntaran rivales en el perfil zurdo.
La solución de Pellegrini frente a este escenario fue el de modificar la presión bética pasando a un sistema de emparejamientos al hombre que eliminara la superioridad culer en determinadas zonas del campo, llevando a uno de los zagueros hasta el centro del campo cuando los locales iniciaban juego desde atrás. Una solución arriesgada a la que, en todo caso, tuvo que renunciar cuando su equipo se quedó con diez. A partir de entonces el Barça recuperó la superioridad numérica en gran parte de las batallas del encuentro, y la hizo valer para castigar a la zaga verdiblanca con constantes desmarques de ruptura de Raphinha a la espalda de los centrales, perfectamente habilitado por unos Busquets, Gavi o Pedri que disfrutaron de tiempo y espacio con el balón en los pies.
El impacto del canario en tres cuartos de campo, de hecho, permitió ver una versión de Gavi más protagonista en los primeros estadios del ataque, con un juego más similar al que ha lucido hasta el momento en la selección española que al que normalmente muestra como azulgrana. Tocó más la pelota lo habitual, y más atrás de lo que acostumbra, cediendo la gestión de la mediapunta a Pedri y la de los espacios primero a Raphinha y posteriormente a un Ansu cada vez más ágil y ligero. Lo último que cedió Gavi fue su puesto en el once para que hiciera su debut el jovencísimo Lamine Yamal, a quien le bastaron poco más de diez minutos para probar un disparo y una asistencia genial a Dembélé. Con todavía quince años, el camino que le queda por delante al canterano es muy largo, pero talentos como el suyo no se ven cada día.
– Fotos: Alex Caparros/Getty Images