Real Madrid: camino hacia la excelencia. (III)
En las dos entregas anteriores de esta serie en que pretendemos profundizar en lo que puede dar de sí el Madrid 2008-09, nos hemos detenido en el análisis de los motivos que le llevaron a ser campeón de Liga, y en los planteamientos que pueden buscar los técnicos rivales en esta nueva temporada para neutralizar las fortalezas del juego de los blancos y, a la vez, sacar provecho de sus principales carencias. En esta tercera entrega tomaremos como punto de partida la propuesta para neutralizar el juego merengue propuesto en el anterior post, y a partir de ahí, nos concentraremos en las nuevas alternativas y soluciones que permitirían a Schuster hacer frente a nuevos escenarios y dar al equipo un mayor crecimiento. El contenido del post fue escrito a finales de julio pero desgraciadamente no nos fue posible publicarlo antes de las vacaciones. No obstante, creemos interesante no modificarlo y dejar para una cuarta entrega que publicaremos cuando se cierre el plazo de fichajes, un análisis que incorpore a las caras nuevas blancas y por lo tanto responda a la situación actual del equipo.
Como ya hemos visto, una de las señas de identidad de este Madrid es la verticalidad y profundidad en el juego pese a tener en la delantera a tres delanteros como Robinho, Van Nistelrooij y Raúl. El primero, aunque posee una buena velocidad es un delantero que prefiere siempre el desborde a partir de una situación de uno contra uno y difícilmente busca un desmarque largo a la espalda de la zaga rival, mientras que los otros dos atacantes, pese a alternar la recepción al pie con el desmarque al espacio, a causa de su edad han perdido velocidad y capacidad para recuperar esfuerzos, lo que les limita en el número de desmarques en profundidad que pueden lanzar en un partido. Por este motivo, unido a la falta de un jugador que desde la defensa pueda lanzar una diagonal precisa a la espalda de la zaga, prevemos que a lo largo de la siguiente temporada los rivales plantearán defensas adelantadas ya que asumirían pocos riesgos de que algún delantero blanco les coja la espalda.