El Barça completa el Grand Slam
Con el objetivo de redondear un año para el recuerdo, el Barça viajaba a Abu Dhabi para disputar el Mundial de Clubs que enfrenta a los campeones de las distintas federaciones de fútbol del planeta. Lo hacía, seguramente, en el mejor momento de la temporada, después de que tras un inicio irregular en cuanto a juego, los partidos ante Inter de Milán, Real Madrid y Dinamos de Kiev, activaran al grupo y permitieran aparecer a la mejor versión del equipo de Guardiola. El Barça que se presentaba en Abu Dhabi, no obstante, no era el mismo de la temporada del triplete. A las altas y bajas acontecidas en verano de las que destaca por encima de cualquier otra el cambio de Eto’o por Ibrahimović, se le suman las dinámicas habituales en los equipos, que hacen que la importancia de algunos hombres cambie. Así, piezas clave en la consecución del triplete como Márquez, Touré o Henry, en la actualidad, han perdido peso en el equipo en favor de hombres como Puyol, Abidal, Busquets, Keita o Pedro.
El caso del extremo canario es el ejemplo perfecto de cómo pueden evolucionar los roles en una plantilla. La pasada temporada dispuso de pocas oportunidades en el primer equipo, por lo que en verano se planteó la opción de una cesión a un equipo de primera división para rodarse en la élite. Finalmente, sin embargo, permaneció en la plantilla con ficha del primer equipo pero con un rol que se presumía testimonial. No obstante, una buena pretemporada y los problemas físicos tanto de Bojan como de Henry, lo auparon a un papel mucho más importante desde el que ha sido de mucha utilidad al equipo. Uno de los motivos por los que más ha destacado Pedro es por su olfato goleador. Así, su facilidad para ver portería ha provocado que tras su gol ante el Atlante mexicano, Pedro pase a la historia como el primer futbolista que marca en hasta seis competiciones diferentes en una misma temporada.
Pedro fue también uno de los nombres propios de la final, no sólo por forzar la prórroga con un gol agónico “sobre la bocina”, sino porque su cambio provocó un reajuste del sistema que resultó muy beneficioso para el Barça. En la primera parte, al Barça le había costado mucho dar ritmo a la posesión ya que el planteamiento argentino concentraba los esfuerzos defensivos en la zona central, limitando la incidencia sobre todo de Messi en esa zona. En este punto, junto al planteamiento colectivo de Estudiantes, cabe alabar el gran marcaje al que fue sometido el crack del Barça por parte de Díaz. Tampoco por banda los azulgranas conseguían abrir el campo, por lo que se producía una gran concentración de juego en el carril central que cortocircuitaba el juego que debía hilvanar la media.
La temporada anterior, Guardiola hubiese ordenado el intercambio de posiciones entre Eto’o y Messi para que el argentino partiese desde el centro y generase espacios para los interiores, pero sin el camerunés, muere también esta solución. La alternativa de Guardiola fue el paso a un 1-4-2-3-1 en el que Pedro junto a Henry primero y Jeffren después, abrían el campo y encaraban a su lateral para provocar las ayudas desde el interior. Aumentaron, pues, los espacios para Messi e Ibra, y su presencia obligó a Estudiantes a retrasar la línea de medios en beneficio de los centrocampistas del Barça. El equipo se hizo con el control, pero el gol no llegaba y fue Piqué -otra vez Piqué- quien abandonando la defensa generó el desajuste en las marcas del rival permitiendo que Pedro, libre, evocara el gol de Iniesta en Stamford Bridge.
En la prórroga, con un Estudiantes exhausto que buscaba la igualdad que dan los lanzamientos de penalti, y un Barça dominador del partido y bastante más entero físicamente, el gol parecía cuestión de tiempo, y fue Messi quien, con un remate con el pecho lleno de simbología, anotó el tanto de la victoria. Otra vez Leo resultó decisivo en la consecución de un título, y es que si los cracks deben aparecer en las grandes citas, Messi ha dejado su huella en cada uno de los títulos logrados por este equipo. Un equipo que pasará a la historia por lograr un hito único que nunca olvidaran ni los miembros de la plantilla ni los miles de aficionados que llevan meses emocionándose con este equipo, y que ayer asistieron a uno de los días más felices de la historia del club.
Por eso, hoy no es un día para centrarnos únicamente en el análisis estrictamente futbolístico, porque aunque nos seduzca conocer los entresijos del juego, el fútbol, en ocasiones, trasciende su dimensión más científica. Porqué la emoción ayer de Guardiola, que nos regaló una de las imagenes más bellas de la historia de este deporte, nada tiene que ver con su acierto en los cambios, ni tampoco con que parezca haber encontrado un plan B que remplace al intercambio de posiciones entre Messi y Eto’o de la pasada temporada. Ayer, Pep lloraba por lo mismo por lo que, siendo un niño, se abrazó a Víctor Muñoz tras la tanda de penaltis frente al Goteborg. Lloraba por lo mismo por lo que se pasó vomitando la noche que como jugador contribuyó a que el club lograra su primera Copa de Europa en Wembley. Por lo mismo por lo que lo hubiesen hecho todos los culés. Por lo mismo por lo que hubiéramos corrido por la banda de Stamford Bridge con el gol de Iniesta, o hubiéramos salido con los ojos vidriosos a la sala de prensa del Bernabéu el día del dos a seis. Por eso lloraba ayer Guardiola sobre el césped, y por eso, sus lágrimas nos hicieron llorar con él.
Entusiasta 21 diciembre, 2009
Es dificil comentar este articulo. Los culés esta extasiado. El mundial de clubs ha sido corto pero intenso y ha desbocado de nuevo las emociones que explotaron en Roma.
Ayer discutia con un amigo, ¿Donde empezó lo que hoy ha acabado?.
– ¿El dia que Pep se hizo cargo del primer equipo y dijo “persistirem”?
– ¿El día que empezó el primer entrenamiento con el Barça B y les dijo “ara ja soc entrenador, ara tinc jugadors”?
– ¿El dia que Dinho marco el 2-2 al Sevilla pasada la media noche y el Barça empezó a salir del pozo hacia la euforia?
– ¿El Dream Team?
Acabé recordándole el video donde Guardiola es recoge-pelotas y se abraza a los jugadores tras remontar al Goteborg y salta de júbilo como si hubiera jugado él mismo.
Esa imagen tiene una carga emocional descomunal.
Sabiendo la ilusión y el talento que hay en la Masía y en la ciudad deportiva y afirmandose en la política de cantera, cualquiera puede imaginar que el infantil que ayer marcó un gol o el juvenil que sale cada mañana a estudiar, será un futuro balón de oro…
… o el proximo entrenador que lo ganará todo.
Iniestinho 22 diciembre, 2009
Para mi empezo todo, el dia que Nuñez eligio a Cruyff como entrenador y lo mantuvo a pesar de no ganar la Liga los 2 primeros años. Mas que los titulos (que tambien) fue la mentalidad que inoculo al club. Preguntado Pep si pasaba algo si el Barça perdia en el Bernabeu ya que igualmente salia de lider respondio que claro que pasaba algo, que salian a por todas, pero que mas alla del resultado, el lo que queria es que el Barça saliera con la misma ambicion de siempre, a jugar como siempre.
Acostumbrado a los analiticos y pedagogicos posts, el de hoy se hace muy especial, las frases finales son tremendas, piel de gallina, dignas de figurar en cualquier publicacion oficial que recuerde al Barça de las 6 Copas, al Barça de Pep.