El detalle: Saber medir
Más allá de sacar conclusiones probablemente precipitadas de la derrota del sábado ante el Hércules, el mal partido de los de Guardiola nos sirvió un detalle interesante, en lo que respecta a los recursos que el equipo empleó para sobreponerse a su mal juego. Hablamos de la variante de liberar a Gerard Piqué para que este pase a ocupar la posición de doble nueve. Con Villa y Gerard fijando a la pareja de centrales, Pedro en una banda, Alves en la otra y Messi liberado, el objetivo es propiciar el desajuste defensivo o favorecer el desequilibrio individual para dejar en ventaja a algún futbolista azulgrana.
Sin duda es una fórmula exitosa. Ahí están la vuelta de las semifinales contra el Chelsea, la final del Mundial de Clubs, el clásico contra el Madrid en el Camp Nou de la temporada pasada o el partido de vuelta contra el Inter en el que finalmente el Barça quedó eliminado de la pasada Champions. Tanto Piqué como sus compañeros, como el cuerpo técnico demuestran tener mucha confianza en este recurso. No obstante, el equipo debe saber leer cada situación del juego y actuar en consonancia, y no aplicar las distintas estrategias siguiendo un guión fijo.
Esta reflexión viene a propósito del partido ante el Hércules, donde el recurso Piqué, no sólo no resultaba efectivo por la excelente defensa del carril central por parte de los hombres de Esteban Vigo, sino que limitaba al equipo a la hora de aplicar nuevas soluciones. Concretamente nos referimos a la superioridad por banda, principalmente la izquierda, donde Pedro encontraba muchas facilidades para recibir en una posición más so menos favorable. Para apoyar al canario y sacar ventaja de este escenario, la situación pedía el desdoblamiento de Maxwell, el cual no llegó nunca. No se trata de una cuestión achacable al lateral brasileño, pues con Piqué como segundo nueve y Alves ocupando toda la extensión de la banda derecha, el Barça necesitaba a Maxwell para cerrar en defensa junto a Abidal.
Piqué, pues, así como el resto del equipo, deben aprender a medir cada situación, a desgranar cada momento del partido para entender que es lo que éste necesita de cada jugador. El del sábado no era un partido para liberar a Gerard, era un partido para liberar a Maxwell.