El detalle Post-Partido: La posición de Villa
El equipo va cambiando. El Barça de Messi nació dando un peso tiránico al sector derecho donde se juntaban Márquez, Alves, Xavi y Leo. En la izquierda, Abidal cerraba, Henry golpeaba e Iniesta era el segundo foco que diversificaba la atención de los rivales. Cuando Leo pasó al centro el peso de ambos perfiles tendió a igualarse, y ahora, como ya se empezó a apuntar la pasada temporada, parece que la banda izquierda va convirtiéndose en el sector principal. La pérdida de protagonismo de Alves o Xavi, la incorporación de Jordi Alba, Cesc…y en el horizonte Neymar.
El sábado, eso sí, en el volumen de juego que el Barça volcó sobre la izquierda, tuvo mucho que ver David Villa. El Guaje, quizá cuando menos se le esperaba, es cuando más importancia está teniendo en los mecanismos colectivos. Ante el Zaragoza fue clave y origen de superioridades interesantísimas para su equipo. Sin duda, la presencia de Jordi Alba es una bendición para él. Su principal losa en el Barça siempre fue la obligación de fijar la banda, responsabilidad que ahora, a poco que el equipo se asienta en campo rival, depende del lateral.
Ahora Villa es más punta que extremo, pero un punta tirado a la izquierda. Este fin de semana, por ejemplo, la mayor parte del tiempo su trabajo se centró sobre el lateral derecho maño. Una vez fijada la marca, el Guaje se centraba, no tanto como para pasar a ser responsabilidad del central, ni tan poco para que éste se desentendiera. Sobre el césped, la posición de Villa de entrada despejaba la banda para Alba, pues ahora, Goni, se situaba casi más próximo del punto de penalty que de la banda. La primera consecuencia fue que Alba limpió a Zuculini de la batalla en la medular. El argentino completó una gran actuación, pero el Barça le obligó a ser carrilero en lugar de volante.
Por dentro, el peligro de Villa amenazando siempre la espalda de Goni, fijaba a su marcador en una posición retrasada y de rebote al resto de la zaga. Para un central, lo habitual es ser el hombre más retrasado, ver a todos los compañeros por delante. El sábado Villa fijaba al lateral muy atrás, y ante esa situación antinatural, los centrales compensaron tirando hacía atrás también. El Guaje, empujando al lateral, arrastraba al resto.
Y de ahí nació la principal ventaja que ofreció el extremo al colectivo, mucho más determinante que la posibilidad de habilitar las llegadas de Alba o amenazar el área. Con la zaga zaragozista renunciando a su plan inicial de plantarse lejos de Roberto, Messi y sobretodo Iniesta encontraron el espacio y la superioridad para imponerse. Con Zuculini fuera de la batalla y la zaga permitiendo el espacio, a Iniesta -que ante tanta ventaja evidenció que no está en su mejor momento- se le aparecía el duelo individual bien con Movilla, bien con Apoño, dos jugadores más aptos para el gesto técnico en ataque que en defensa. La ventaja era permanente y el Barça se volcó para aprovecharlo.