“Como decíamos ayer…”
La remontada soñada tiene el primer gol bien pronto, al inicio de partido. El segundo, el que empata la eliminatoria, antes de llegar al descanso, tras salvarse de una ocasión clara del rival. El tercero, para ponerse en ventaja, a poco de comenzar el segundo tiempo. Es mejor el sufrimiento estando dentro que estando fuera. Y el cuarto, el que sella el pase, cuando apenas quedan unos segundos para que la adrenalina del abismo estalle en catarsis colectiva.
La empresa de la remontada no llegaba en la misma situación que otras que ha intentado este equipo. El Barça estaba mal, por razones tanto anímicas como futbolísticas, y el planteamiento de Tito y Roura actuó sobre ambas cuestiones.
A nivel mental, se buscó la activación total. Nada de salir a por el 2-0, aguantar la portería a cero y esperar dos ocasiones claras. El Barça saltó a avasallar, desde el pitido inicial. A que pasaran cuantas más cosas mejor. Defensa de tres y medio, actitud en la presión y agresividad en ataque. Desde la pizarra se pusieron las bases con tres nombres propios destacados.
Para empezar, la carta Messi. El comodín. Todo es posible con el argentino. Y cuando decimos todo es todo. No hay límite. Anoche, como cuando tomó las riendas del equipo, Vilanova se la jugó al argentino, y eso -jugársela a un sólo hombre- que podría parecer arriesgado, con Messi es la opción más segura. Para abrirle la puerta a Leo, el Barça estiró con tres chinchetas. Pedro en la izquierda, aguantando a Abate y generando espacios a Iniesta, Villa arriba pegándose con los centrales y fijando la defensa italiana en el área, y Alves en la derecha con todo el carril para él. En realidad cabe apuntar que la banda derecha culé tuvo más matices. Para empezar, porque decir que Dani Alves fue extremo sería tan falso como asegurar que fue lateral. Lo cierto es que su rol se asemejó más a lo que sería un volante. Evidentemente no fue defensa -de hecho, cuando el Milan se establecía en campo contrario, era Busquets quien completaba la línea de cuatro mandando a Piqué al lateral diestro- pero en ataque, más que estar, llegaba. Esto, con Villa como reclamo para Mexés y Zapata en el punto de penalty, permitió a Messi una zona de recepción cómoda. No es lo mismo, pero el mecanismo guardó cierto paralelismo con el que se produce cuando Iniesta ocupa el extremo izquierdo. Es la pausa que permite juntarse arriba al equipo.
El segundo nombre clave en el análisis fue el de Sergio Busquets. Omnipresente durante todo el partido. Basta decir que fue el encargado de cerrar junto a Mascherano si el Milan llegaba y a la vez el principal lanzador de la presión adelantada del Barça. Ahí estuvo otra clave del partido. Lo fácil es recurrir a la actitud, y lo cierto es que ahí también hay contenido. No era un partido más, era un choque para jugársela al cara o cruz y el Barça se expuso como no hace normalmente. Pero también hay una explicación en el balón.
Con el planteamiento de las tres chinchetas, lo que consiguió el cuerpo técnico azulgrana fue abrir al Milan y mandarlo atrás. O lo que es lo mismo, situar al Barça arriba. La pérdida se producía en constante ventaja para los locales. En una esquina o en la frontal y con muchos azulgranas cerca del esférico para buscar la recuperación. Ejemplos de esto hubo muchos en el partido. Fallaba el primero, entraba un segundo con un tercero esperando por si tampoco robaba, y con un cuarto cerca para recibir el balón una vez recuperado.
Y por último Mascherano. Cierto es que su recurrente error de bulto en la defensa del juego directo podría haber dejado el partido con 1-1 al descanso, pero la verdad es que el papel del Jefecito anoche fue capital. En defensa de tres y con el equipo íntegramente en campo rival, llegó a todo. Pocos como él en la anticipación, y si ademas el Milan, al no poder contar con Pazzini, carecía de una referencia que pudiese aguantar el balón de espaldas, todas le sonreían al argentino. Su robo en anticipación, además, suponía una oportunidad para la contra por producirse tan arriba. Con el rival desplegándose, saliendo y el equipo todavía en posiciones de ataque, la recuperación de Mascherano cogía al Milan a contrapié y al Barça con la posición ganada. Así vino el tercer gol. El de Villa. Justa compensación al error ante Niang para ser honestos con el gran partido del argentino.
El Barça consigue el punto de inflexión que tanto necesitaba, y en breve vuelve Tito. Ocasión perfecta para volver a andar el camino, con la ventaja de que ahora ya no será un camino desconocido. “Como decíamos ayer…”
Milo 13 marzo, 2013
El planteamiento fue el que mas o menos nos imaginábamos. Arriesgó el Barça al coloca a los dos laterales ofensivos (Alba y Alves) pero supieron respetar el equilibrio ya que si Alves se situaba de extremo Jordi se quedaba retrasado a la altura de los centrales. Mucha presión para recuperar el balón en campo contrario y luego a pesar de fijar a Villa o a Pedro en la banda (ya que intercambiaron papel de 9) eso permitió abrir espacios para que Alves desde la banda contraria pudiese moverse con libertad y sobretodo creando espacios para Messi. Me gustó mucho este planteamiento creo que el Barça deberá seguir en la misma línea en los partidos con defensa tan cerrada aunque habrá que ver si se vuelve a jugar contra el Madrid si esto es posible, ya que a mi criterio es necesario de nuevo la doble marca Alves-central para Cristiano y estar atentos si el portugués cambia de banda.
Me gustó mucho el partido. Juego de posición, con intensidad de la época de Guardiola pero sin entretener el balón en la posición y pases laterales del balón horizontales (error marcado en la ida y contra el Madrid) y mucho más vertical (matiz Tito). Creo que se resume en eso, las mejores cualidades del Barça de Guardiola evolucionado ahora hacia el Barça de Tito. Solo falta ver cuál es el papel de Cesc en este equipo. Si Xavi juega adelante dando el último pase, Cesc puede encajar bien, realizando disparos desde fuera del área también….
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