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julio 2013

La figura del secretario técnico es hoy en día habitual en la mayoría de equipos. Es difícil imaginarse a un club con una estructura moderna sin uno, tenga éste más o menos atribuciones. Hasta no hace tanto, sin embargo, no era tan normal. La estructura era vertical y personalista. El entrenador fichaba jugadores y el presidente entrenadores. El salto a la modernidad consistió en profesionalizar las entidades, dotarlas de una estructura que las haga funcionar casi solas y en las cuales, los directivos se encarguen de dirigir y no de ejecutar. Evitar las injerencias de no-profesionales.

Cuando tu mayor promesa desde Leo Messi abandona el club, no hay lado positivo. Cuando, además, lo hace con signos de estancamiento y sin demasiadas oportuidades ni rendimiento, es pertinente profundizar más. En las temporadas que lleva en el primer equipo, Thiago Alcántara ha jugado poquito y, a sus 22 años, ha evolucionado más poquito todavía. Encontrar un único culpable seria simplificar las cosas. Eso pretendemos desarrollar en este artículo. No repartir las culpas y ver quien tiene más, sino tejer un mapa para aproximarnos a lo que ha sido el problema y que sirva para que no se vuelva a repetir. Cuando el fracaso es tan sonado, la culpa tiene varios padres. Todos son responsables. Veremos si todos salen perdiendo.

Al fin Jordi Alba tendrá descanso. No mucho pero será valioso. Su inicio de temporada fue una de las grandes noticias del nuevo Barça de Vilanova. Pese a ser uno de los dos fichajes del equipo y empezar a jugar casi desde que aterrizó en Barcelona, pareció uno más desde el primer día. Formado en la Masía, el modelo Barça no le vino de nuevo. Su estado de forma, además, era superior al resto. Llegar en carrera siempre es mejor que empezar de parado, y Jordi llegaba encadenando Eurocopa y Juegos Olímpicos con la selección. Mientras el resto buscaba alcanzar la forma, él trataba de sostenerla, partía con ventaja. 

  Aunque hoy regresen los reproches, es difícilmente discutible que el trabajo de Vicente Del Bosque al frente de la selección española ha sido extraordinario. De principio a fin. No entró bien y algunas decisiones ha costado asimilarlas, pero si no se entiende el nacimiento de esta generación inolvidable sin Luís Aragonés, tampoco se puede entender que el ciclo se haya prolongado durante, por el momento, seis años, sin la figura de Del Bosque . Hermanado con el Barça de Guardiola, aunque con demasiada y molesta frecuencia se intente defender lo contrario, lo cierto es que el proyecto de Vicente ha sobrevivido al ciclo de Pep. "Perdió" antes el Barça que la selección.