
Cómo llegar hasta Mauro Icardi
Karim Benzema, Edin Dzeko y Roberto Firmino fueron los tres nueves más dominantes de la pasada edición de laChampions League. En el orden que establezca el criterio de quien los enjuicie, los delanteros de Roma, Liverpool y Real Madrid, al mismo tiempo que resultaron tres soportes ineludibles para narrar el paso de sus equipos por la competición, encarnaron a la perfección las particularidades que, de un modo general, visten su demarcación de un tiempo a esta parte. Participativos, activos lejos del área, organizadores y socios siempre dispuestos para allanarle la jugada al compañero con el balón, desde caracteres distintos cada uno los tres colorearon su demarcación con un tipo de juego claramente diferenciado al que se estilaba años atrás. Incluso, aquel de los tres que más cercano había estado del papel clásico de rematador de área, Edin Dzeko, es hoy un ariete en ciertos aspectos casi antagónico a su versión del pasado. Ha dejado a un lado el atuendo clásico de nueve para adornarlo de pura modernidad. No es este el caso de Mauro Icardi, un atacante de toda la vida que, en consecuencia, actualmente resulta un caso extraño. De él destaca tanto su eficacia en el remate y la sed de gol, como sus insignificantes estadísticas de participación en el juego y reducidísimo campo de acción.
Icardi se mueve poco y apenas entra en contacto con la pelota una decena de veces por partido. Siempre en el carril central, y siempre cerca del área rival. Cae poco a las bandas, apenas se descuelga en el apoyo en tres cuartos de campo y no siente la necesidad de reclamar el esférico después de mucho tiempo sin sentir su tacto. Icardi espera, pues, en su caso, no moverse ni tocar el balón no conlleva una desconexión del juego. No se trata de un punta ajeno a lo que sucede a su alrededor que se desactive del transcurso del juego, si no que su concentración no se traduce en una implicación directa. No tiene traducción hasta que la jugada se acerca al gol. Icardi observa y aguarda su momento, sin sentirse reclamado por otra fase de la acción que no sea la de la finalización. En ella es una verdadera referencia, en el remate con los pies y con la cabeza, en la sensibilidad por el rechace en el área pequeña y en los movimientos, siempre cortos, que más pueden ayudarle a presentarse ante el gol. Su oficio es la definición. Vive por y para el remate, y apenas necesita tentativas para afinar la puntería, característica que le sirve para acompasar su singularidad como delantero con la de un equipo que no le suministra un caudal de oportunidades especialmente generoso. En la particular tabla de los equipos con mas disparos a puerta de la Serie A, el Inter de Spalletti apenas es el undécimo, e Icardi el vigésimo primer futbolista en número de disparos. Un tercio de los que intenta Cristiano Ronaldo y la mitad de los que viene firmando Edin Dzeko.
A pesar de la contrastada eficacia tanto de su juego como del plan que a través suyo adopta el cuadro neroazzurro, el Camp Nou y el FC Barcelona forman una mezcla que, a priori, deberían aumentar la exigencia de la cita tanto a nivel individual para el delantero como para el equipo italiano desde un punto de vista colectivo. Las dimensiones del feudo azulgrana, la presunción de un Barça con voluntad de jugar arriba y los metros a recorrer por su rival cuando tenga la oportunidad de robar el esférico, suelen generar un contexto en el que se requiere un papel destacado del delantero contrario no solamente en el último gesto, sino también como posibilitador del avance. Unos a través del desmarque, otros desde el juego directo y otros como apoyo para aguantar el balón, atacar en el Camp Nou es una receta que se cocina, a la vez, de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás. Es un juego de empujar y estirar. Debido a esto, una pieza de la importancia y las características de Ivan Perisic se antoja fundamental para recortar la distancia entre el inicio de la jugada del Inter y su máxima referencia atacante. Por capacidad corriendo en vertical, con balón y sobre todo al espacio, y por la posibilidad que ofrece de salir con un servicio directo en busca de su victoria aérea en banda contra el lateral derecho rival, el croata representa uno de los caminos más habituales de Spalletti para adaptarse al fútbol de su estrella.
En este sentido, la confirmada baja del belga Nainggolan es una herida profunda en las opciones del técnico italiano, pues el fogoso mediapunta es la vara de medir de la presión. Con el ex de la Roma, el Inter puede defender más arriba y aspirar a una recuperación cercana a la posición de su delantero centro, pero sin él y ante la facilidad de Ter Stegen para encontrar rutas de escape en la tormenta, un hipotético plan defensivo visitante agresivo cargará con una pesada dificultad añadida. Quizá por eso, en la rueda de prensa previa al partido Luciano Spalletti hizo referencia a que para sacar algo positivo del Camp Nou su equipo necesitaría el balón. Progresando por fuera como acostumbra y encaramándose a las inmediaciones del área culé bien para buscar a Icardi por dentro o bien, más frecuente, para lanzarle un centro lateral. No tener en frente a Messi es librarse del monstruo que siempre te recuerda lo peligroso que puede llegar a ser salir de la cama. Es la invitación a intentarlo. Además porque, sin Leo, no sólo se matiza la amenaza del rival, sino también su capacidad real de adueñarse de la pelota. Por su relación con los medios, y por la tendencia verticalizadora que suelen tener Coutinho, Dembélé y, cuando mira a portería contraria, Luis Suárez. Si Valverde quiere el control, teniendo en cuenta la mejoría del uruguayo y la enorme productividad de Coutinho cerca del área, no sería una sorpresa encontrar a un cuarto centrocampista donde habitualmente se encuentra el 10.
Contenido relacionado:
- Mauro Icardi: un 9 de otro tiempo, por Miguel Quintana
- Mauro Icardi: la amenaza fantasma, por Eduardo Zavala en ‘El 9 y medio‘
– Foto: Emilio Andreoli/Getty Images
Asier 24 octubre, 2018
Creo que jugara Semedo en el lateral ya que llega al partido con cierta confianza y puede ser importante para tapar a Perisic, ademas que en ataque cuando tiene alguien mas fijo delante suele atacar mejor, y arriba me sorprendería mucho que no saliera con Rafinha en banda derecha, creo que puede ser ese jugador que ayude a juntarse al equipo y obligue al Inter a recular demasiado, un Barça con alta posesión en campo rival mañana es tener a un Inter asfixiado sin capacidad de salir ni crear peligro, también Munir podría ser una opción interesante al ser un jugador con mas movilidad, retorno defensivo, para atacar en profundidad, pero algo menos dotado para ordenar y decidir cuando darla atrás o verticalizar,
Me sorprendería mucho que saliese con Malcom, por falta de rodaje y automatismos, Sergi Roberto me parece mas bien un recurso defensivo innecesario para mañana ademas de falto de calidad para jugar arriba ante defensas estáticos, y tanto Dembele como Vidal (en banda derecha) los veo como jugadores que saliendo del banco (Malcom también) puedan agitar el partido o cambiar alguna dinámica, mas útiles saliendo del banco que como plan de inicio.
Otro aspecto interesante seria la entrada de inicio de Vidal por Rakitic, de tener al Inter defendiendo bajo Vidal es un gran jugador para recuperar tras perdida, para entrar desde segunda linea y ademas en la circulación no suele perder muchos balones, también podría ser interesante algún intercambio de posición con Rafinha durante las jugadas.
En fin creo que el Barça de tener la posesion y las perdidas cerca del area del Inter tendra la victoria bastante mas cerca.