
Desobedecer al Coliseum
El Getafe de José Bordalás, jugando en su campo, tiene una virtud que no muchos comparten: es capaz de provocar que, prácticamente siempre, en el Coliseum Alfonso Pérez se juegue de acuerdo a sus propias reglas. Se le puede vencer, pero para hacerlo normalmente es preciso acatar su plan. Un plan basado en la incomodidad y el ritmo discontinuo, disputado casi a retales, con poco espacio para la desobediencia. La victoria del Barça este sábado, sin embargo, se basó en ella, ya que se propuso templar el frenesí. Mantener su fútbol estable y en aparente normalidad a pesar de que a su alrededor aullara la tormenta. No en vano, El Txingurri sabía de la importancia de hallar tranquilidad en el Coliseum, pues en su visita al feudo azulón el curso pasado ya ajustó al equipo para disfrutarla, si no en su totalidad, sí en determinadas zonas del campo. Entonces materializada en la presencia de un futbolista de más en los primeros compases de la jugada, esta vez la estrategia del técnico barcelonista tuvo un calado más general, presente ya desde el inicio en la elección de los once protagonistas. Con tal de cosechar su primera victoria a domicilio en uno de los escenarios más ingratos de la Liga, el Barça no se guardó ningún recurso que pudiera serenarle el juego.
Alineó juntos a Arthur, De Jong y Busquets, el trío de centrocampistas menos expuesto a la pérdida y con más soluciones para desactivar una presión agresiva del rival de cuantos puede conformar el técnico, abrió la posición de un extremo por delante del balón de manera que tanto para el ataque barcelonista como para la defensa getafense el campo fuese lo más ancho posible, y devolvió el lateral derecho al candidato con más posibilidades a la hora de aliviar la salida desde atrás. El Getafe, por su parte, de acuerdo a lo esperado, saltó al campo con intención de defender arriba, presionar el inicio de la jugada culé con sus dos puntas situados en un 1+1 que cortara el contacto directo de los centrales con Busquets, y refugiarse en la teórica falta de velocidad profunda de la delantera rival. Aunque finalmente el tanto que abrió el marcador y el triunfo azulgrana golpeó sobre ésta última cuestión, probablemente la defensa adelantada fue la parte más eficiente del planteamiento de Bordalás, pues es la que condenó al Barça a largos tramos de poca amenaza a pesar de su solvencia trasladando el balón hacia adelante.
Con Arthur especialmente protagonista en la base de la jugada, Ter Stegen convertido en tercer central, De Jong y Griezmann en referencias muy precisas entre líneas para los pases de Piqué y Lenglet, y Sergi Roberto siendo una piedra en el zapato para la presión del Getafe, sólo Junior Firpo, por izquierda, le concedió a los locales el punto de agitación emocional que, traducido en pérdidas e interrupciones, le diera tono azulón al encuentro. Todo lo contrario sucedió en el lateral derecho del Barça, este curso habitual botella de oxigeno de quienes se miden a los culés con una presión agresiva en primera línea, pues al tratarse de una posición que no genera ventajas por sí sola les permite mover atenciones a otros puntos del campo más estratégicos. Así pareció esperarlo en un principio Bordalás, que emparejó a su medio izquierdo -Cucurella- con el interior derecho blaugrana -De Jong- dejando libre a Sergi Roberto (Imagen de la derecha), un planteamiento que el entrenador local tuvo que modificar en cuanto el canterano empezó a dar salida a su equipo a través de conducciones.
Ajustó entonces el Getafe abriendo a Cucurella y empleando a otros futbolistas para defender la posición de De Jong dependiendo de la altura que ésta tomara. Si el holandés participaba abajo, taparlo pasó a ser tarea de uno de los mediocentros getafenses, y si en cambio Frenkie se lanzaba hacia adelante, a la espalda de Arambarri y Maksimovic, solía ser el lateral izquierdo Nyom quien interiorizara su defensa para contener la aparición (Imagen arriba a la derecha). Ambas situaciones las aprovechó especialmente bien la bota izquierda de Clément Lenglet para contactar con un Griezmann muy mediapunta en el primer caso (Imagen arriba a la izquierda) a través de pases tensos e interiores, o con un Carles Pérez sujeto en banda, mediante la envío aéreo diagonal. El extremo de Granollers, asistido por el central (Imagen de abajo a la derecha) y al que la presencia de Sergi Roberto en el lateral permitió recibir el balón más arriba que de costumbre, enfrentó en aclarado su duelo contra Nyom primero y Cucurella después, y a pesar de que su desborde fue más insistente que definitivo, firmó su actuación más redonda con el primer equipo y resultó importante para que el rumbo del partido respondiera a los intereses culés.
El timón, no obstante, de nuevo estuvo en las manos de Arthur Melo, tan relevante como la temporada anterior en el juego que quiere desplegar el Barça, pero con un grado superior de jerarquía con respecto a entonces. Arthur no sólo es importante, sino que ahora sabe que lo es. Y actúa en consecuencia. Contra el Getafe lo hizo más abajo de lo que acostumbran los interiores del Barça este inicio de temporada, pero aunque de este modo Griezmann lo supliera en tres cuartos y la última línea del equipo perdiera algo de presencia, Valverde y Arthur sabían dónde se disputaba la batalla por el discurso del encuentro. Y lo que vale ganarlo en el Coliseum.
– Foto: Aitor Alcalde/Getty Images
vi23 30 septiembre, 2019
Ese perfil de delantero veloz que amenace al espacio es muy necesario. No entiendo llevar ya años sin el. No hay un Pedro o un Tello en la cantera? Es que simplemente un Portu, por no hablar de un Williams, destrozaría estos planteamientos
Shaman 1 octubre, 2019
Lo bien que nos vendría un Werner apareciendo desde la izquierda o rompiendo desde el centro en todas direcciones.
Moren 1 octubre, 2019
@vi23 y @Shaman
Fichajes y este tipo de cosas, mejor los aparcamos hasta que sea el momento para que no invada toda la temporada y terminemos poniendo la atención en realidades que no existen antes que en lo que realmente ocurre en los partidos. Sé que es un tema atractivo y que también tiene interés, y por eso en la web le dedicamos siempre una semana en la que lo abordamos en profundidad, allá por el mes de marzo, más o menos. Lo hago así primero para poder sacarle todo el jugo a este tipo de cuestiones tratándolas en exclusiva y de manera pormenorizada, pero también para construir un paréntesis que nos permita no desviarnos durante la temporada. Durante el año ponemos los cinco sentidos en lo que ocurre sobre el césped, sabiendo que tenemos reservado ese período para tratar estas otras cuestiones. Gracias 😉